Pensando desde
acá: Roberto Carri
“Puedo ver y decir,
Puedo ver y decir y sentir:
Algo ha cambiado.
Para mí no es extraño.
Yo no voy a correr,
Yo no voy a correr ni a escapar
De mi destino,
Yo pienso en peligro.”
Charly García
Puedo ver y decir y sentir:
Algo ha cambiado.
Para mí no es extraño.
Yo no voy a correr,
Yo no voy a correr ni a escapar
De mi destino,
Yo pienso en peligro.”
Charly García
Por Carolina Brandariz
Charly le ponía música a “Los Rubios”, película realizada por la directora de cine Agustina Carri, hija de dos compañeros detenidos-desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar de 1976 en la Argentina: Roberto Eugenio Carri y Ana María Caruso de Carri. En búsqueda de la verdad, Agustina investiga sobre la desaparición de sus padres en Hurlingham en 1977, en donde los vecinos del barrio los habían apodado “los rubios”. Algo habían hecho.
Charly le ponía música a “Los Rubios”, película realizada por la directora de cine Agustina Carri, hija de dos compañeros detenidos-desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar de 1976 en la Argentina: Roberto Eugenio Carri y Ana María Caruso de Carri. En búsqueda de la verdad, Agustina investiga sobre la desaparición de sus padres en Hurlingham en 1977, en donde los vecinos del barrio los habían apodado “los rubios”. Algo habían hecho.
En la década del ¨60, en el
contexto de una época donde la política era protagonizada por los jóvenes como
una herramienta de transformación, en la Argentina (con sus
características particulares), esta posibilidad de cambio estaba encarnada en
el peronismo como Movimiento de Liberación Nacional. Sin embargo en esos años,
si bien el estado Burocrático autoritario de Onganía que detentaba el poder lo
había proscripto, la militancia se encontraba en lo que dio en llamarse la
resistencia. Según el historiador Norberto Galasso, si durante el
primer gobierno peronista, los trabajadores, la iglesia y las fuerzas armadas
estaban contenidas y hegemonizadas por el proyecto de país que conducía Perón,
el período de la resistencia peronista fue solamente de los trabajadores. Sin
embargo por esos años, Onganía interviene
la Universidad
de Buenos Aires, promoviendo un proceso
de solidaridad de los estudiantes para con los trabajadores. Unos y otros
estaban proscriptos.
Roberto Carri era estudiante de
Sociología en la Universidad de Buenos
Aires y junto a otros estudiantes universitarios formaron las Cátedras
Nacionales. Estas cátedras generaron
el insumo teórico y la práctica política universitaria a partir de la cual
muchos de los sectores medios se acercaron al peronismo en tanto Movimiento de
Liberación Nacional. De esta propuesta fueron protagonistas intelectuales como Alcira Argumedo, Horacio Gonzalez, Amelia Podetti, Ernesto Villanueva, Roberto Carri, Justino O` Farrel, Norberto Wilnery y Gunnar Olsson.
A partir de la crítica al eurocentrismo de la Universidad, ellos plantearon la necesidad de la
recuperación de textos de los intelectuales latinoamericanos y nacionales, así
como también la elaboración propia de teoría que reconozca la realidad del país
en tanto capitalismo dependiente generando condiciones de cambio en la
lucha político-cultural que llevaban a cabo dentro de la propia Universidad,
enmarcada en la sociedad toda.
Si bien,
muchos de los análisis sociológicos que realizaron estos intelectuales retomaban el estudio de las condiciones
materiales que sostenía el sistema capitalista, se distanciaba de los autores
reconocidos marxistas en lo que respecta a diferenciar a la Argentina y a America
Latina toda como país no central y por lo tanto dependiente en el desarrollo del capitalismo mundial.
Recuperando la lectura de teóricos silenciados, ensayistas sociales, líderes políticos nacionales y latinoamericanos,y la experiencia de los intelectuales de FORJA como Arturo Jauretche, convirtieron a la Carrera de Sociología en un terreno de lucha político-cultual. Como irrupción y ruptura, criticaron su colonización pedagógica: “En la medida que la colonización pedagógica no se ha realizado, solo predomina en la colonia el interés económico fundado en la garantía de las armas. Pero en las semi colonias, que gozan de un status político independiente decorado por la ficción jurídica, aquella “colonización pedagógica” se revela esencial, pues no dispone de otra fuerza para asegurar la perpetuación del dominio imperialista, y ya es sabido que las ideas, en cierto grado de su evolución, se truecan en fuerza material. (….)La juventud universitaria, en particular, ha asimilado los peores rasgos de una cultura antinacional por excelencia. Bajo estas condiciones históricas, se formó nuestra elite intelectual” (Abelardo Ramos, 1954)
De esta manera
este grupo de intelectuales invierten el binomio Civilización
y Barbarie que según Jauretche es la zoncera madre de todas las demás,
encontrando los rasgos de certeza y de verdad en lo popular. “La incomprensión de lo nuestro
preexistente como hecho cultural o mejor dicho, el entenderlo como hecho
anticultural, llevó al inevitable dilema: Todo hecho propio por serlo era
bárbaro, y todo hecho ajeno, por importado, por serlo, era civilizado.
Civilizar, pues, consistió en desnacionalizar.”. (Arturo Jauretche, 1968).
En este marco, Roberto Carri escribe Isidoro Velazquez,
formas prerrevolucionarias de la violencia. Allí Carri analiza la vida de un
bandolero chaqueño que se burla del Estado regional que protege los intereses de las compañías
extranjeras agropecuarias, a través de su monopolio de la violencia encarnada
en la policía.. Su obra, fundamenta, es de carácter sociológico principalmente
por la identificación en la figura de Isidoro que construye el
campesinado oprimido por las empresas monopólicas extranjeras que no solamente
destruyen las economías regionales sino que imprimen condiciones de trabajo
agropecuarias cuasi esclavas en la región.
Así, la violencia legal es
deslegitimada por el pueblo chaqueño, mientras que son avaladas y legítimas las prácticas ilegales llevadas a cabo por Isidoro. Entonces, se invierte el binomio
civilización y barbarie: la violencia ilegal desnuda a la violencia legal pero
ilegítima en términos populares. “En la Argentina, la guerra civil,
las montoneras; y esta agudización de los conflictos tiene que ver no sólo con
el poder político de la ciudad puerto , sino con el uso de este poder al
servicio de los intereses extranjeros que destruye las economías locales . La
contradicción puerto interior es derivada de la principal: imperialismo-
nación”. (Roberto Carri, en Imperialismo
y Coloniaje en Revista Envido nro
3, Abril 1971).
Como jóvenes, estudiantes y
militantes, su legado principalmente es
poder analizar la realidad de nuestro país y de America Latina toda, dejando a
un lado lo que dicen que somos (que en términos económicos sería nuestra importancia como países exportadores
de materias primas en la división
internacional del trabajo) para pensar en lo que pudimos y podemos ser. Un
país agroexportador e industrialista, independiente en términos económicos,
soberano en términos políticos y
igualitario en términos sociales. Los vientos que corren para
Latinoamérica, y para la
Argentina, nos permiten pensar el fortalecimiento de las
instituciones democráticas como el camino para
alcanzar ese horizonte.