"Pensando desde acá: Roberto Carri" por Carolina Brandariz AYER NOMÁS NÚMERO 10, agosto 2011

Pensando desde acá: Roberto Carri
“Puedo ver y decir,
Puedo ver y decir y sentir:
Algo ha cambiado.
Para mí no es extraño.
Yo no voy a correr,
Yo no voy a correr ni a escapar
De mi destino,
Yo pienso en peligro.”
Charly García


Por Carolina Brandariz

Charly le ponía música a “Los Rubios”, película realizada por  la directora de cine Agustina Carri, hija de dos compañeros detenidos-desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar de 1976 en la Argentina: Roberto Eugenio Carri y Ana María Caruso de Carri. En búsqueda de la verdad, Agustina investiga sobre la desaparición de sus padres en Hurlingham en 1977, en donde los vecinos del barrio los habían apodado “los rubios”. Algo habían hecho.

En la década del ¨60, en el contexto de una época donde la política era protagonizada por los jóvenes como una herramienta de transformación,  en la Argentina (con sus características particulares), esta posibilidad de cambio estaba encarnada en el peronismo como Movimiento de Liberación Nacional. Sin embargo en esos años, si bien el estado Burocrático autoritario de Onganía que detentaba el poder lo había proscripto, la militancia se encontraba en lo que dio en llamarse la resistencia. Según el historiador Norberto Galasso, si durante el primer gobierno peronista, los trabajadores, la iglesia y las fuerzas armadas estaban contenidas y hegemonizadas por el proyecto de país que conducía Perón, el período de la resistencia peronista fue solamente de los trabajadores. Sin embargo por esos años, Onganía interviene  la Universidad de Buenos Aires,  promoviendo un proceso de solidaridad de los estudiantes para con los trabajadores. Unos y otros estaban  proscriptos.

Roberto Carri era estudiante de Sociología  en la Universidad de Buenos Aires y junto a otros estudiantes universitarios formaron las Cátedras Nacionales.  Estas cátedras generaron el insumo teórico y la práctica política universitaria a partir de la cual muchos de los sectores medios se acercaron al peronismo en tanto Movimiento de Liberación Nacional.  De esta  propuesta fueron protagonistas intelectuales como Alcira Argumedo, Horacio Gonzalez, Amelia Podetti, Ernesto Villanueva, Roberto Carri, Justino O` Farrel, Norberto Wilnery  y Gunnar Olsson.

A partir de la crítica al eurocentrismo de  la Universidad, ellos plantearon la necesidad de la recuperación de textos de los intelectuales latinoamericanos y nacionales, así como también la elaboración propia de teoría que reconozca la realidad del país en tanto capitalismo dependiente generando condiciones de cambio en la lucha político-cultural que llevaban a cabo dentro de la propia Universidad, enmarcada en la sociedad toda. 
Si bien, muchos de los análisis sociológicos que realizaron estos intelectuales  retomaban el estudio de las condiciones materiales que sostenía el sistema capitalista, se distanciaba de los autores reconocidos marxistas en lo que respecta a diferenciar a la Argentina y a America Latina toda como país no central y por lo tanto dependiente en el desarrollo del capitalismo mundial.


Recuperando la lectura de teóricos silenciados, ensayistas sociales,  líderes políticos nacionales y latinoamericanos,y la experiencia de los intelectuales de FORJA como Arturo Jauretche, convirtieron a la Carrera de Sociología en un terreno de lucha político-cultual. Como irrupción y ruptura, criticaron  su colonización pedagógica: “En la medida que la colonización pedagógica  no se ha realizado, solo predomina en la colonia el interés económico fundado en la garantía de las armas. Pero en las semi colonias, que gozan de un status político independiente decorado por la ficción jurídica, aquella “colonización pedagógica” se revela esencial, pues no dispone de otra fuerza para asegurar la perpetuación del dominio imperialista, y ya es sabido que las ideas, en cierto grado de su evolución, se truecan en fuerza material. (….)La juventud universitaria, en particular, ha asimilado los peores rasgos de una cultura antinacional por excelencia. Bajo estas condiciones históricas, se formó nuestra elite intelectual” (Abelardo Ramos, 1954)

De esta manera este grupo de intelectuales invierten el binomio Civilización y Barbarie que según Jauretche es la zoncera madre de todas las demás, encontrando los rasgos de certeza y de verdad en lo popular.  “La incomprensión de lo nuestro preexistente como hecho cultural o mejor dicho, el entenderlo como hecho anticultural, llevó al inevitable dilema: Todo hecho propio por serlo era bárbaro, y todo hecho ajeno, por importado, por serlo, era civilizado. Civilizar, pues, consistió en desnacionalizar.”. (Arturo Jauretche, 1968).

En este marco,  Roberto Carri escribe Isidoro Velazquez, formas prerrevolucionarias de la violencia. Allí Carri analiza la vida de un bandolero chaqueño que se burla del Estado regional que  protege los intereses de las compañías extranjeras agropecuarias, a través de su monopolio de la violencia encarnada en la policía.. Su obra, fundamenta, es de carácter sociológico principalmente por la identificación en la figura de Isidoro que construye el campesinado oprimido por las empresas monopólicas extranjeras que no solamente destruyen las economías regionales sino que imprimen condiciones de trabajo agropecuarias cuasi esclavas en la región.  Así, la violencia legal es deslegitimada por el pueblo chaqueño, mientras que son avaladas y legítimas las prácticas ilegales llevadas a cabo  por Isidoro. Entonces, se invierte el binomio civilización y barbarie: la violencia ilegal desnuda a la violencia legal pero ilegítima en términos populares. “En la Argentina, la guerra civil, las montoneras; y esta agudización de los conflictos tiene que ver no sólo con el poder político de la ciudad puerto , sino con el uso de este poder al servicio de los intereses extranjeros que destruye las economías locales . La contradicción puerto interior es derivada de la principal: imperialismo- nación”. (Roberto Carri, en Imperialismo  y Coloniaje  en Revista Envido nro 3, Abril 1971).

Como jóvenes, estudiantes y militantes,  su legado principalmente es poder analizar la realidad de nuestro país y de America Latina toda, dejando a un lado lo que dicen que somos (que en términos económicos sería nuestra importancia como países exportadores de materias primas  en la división internacional del trabajo) para pensar en lo que pudimos y podemos ser. Un país agroexportador e industrialista, independiente en términos económicos, soberano en términos políticos y  igualitario en términos sociales. Los vientos que corren para Latinoamérica, y para la Argentina, nos permiten pensar el fortalecimiento de las instituciones democráticas como el camino para  alcanzar ese horizonte.