Los nombres de nuestro
continente laborioso
Por Carla Wainsztok
Nombrar
es dar sentido, es darse identidad, el hombre, la mujer y los pueblos somos
seres sociales identificados.
Sin
embargo en medio de la larga noche neoliberal, nos habíamos olvidado de nuestros
propios nombres, conocíamos nuestro nombre individual, pero casi no
recordábamos los nombres de nuestro continente laborioso, del continente que
habitamos.
No
es casual entonces que volvamos una y otra vez sobre este tema ¿quiénes somos?;
¿cómo nos llamamos? ¿quién nos narra la historia de nuestros nombres?
Habíamos
sido privados de nuestros recursos económicos y de nuestros relatos, habíamos
sido doblemente expoliados, nos quedamos sin cuentas y sin cuentos.
Hace
120 años Martí, afirmaba en un texto que
se llama Nuestra América “Se ponen en
pie los pueblos y se saludan ‘¿Cómo somos?’, se preguntan, y unos a otros se
van diciendo como son” (Martí; 1980: 13)
Hoy,
nos vamos conociendo, reconociendo, y nos queremos presentar.
“El
nombre de América no había sido acuñado por navegadores, descubridores o
conquistadores. Fue producto de la pura especulación intelectual de monjes
eruditos y cartógrafos” (Funes; 2006:246) Lo hacían en honor a Américo
Vespucio.
La
idea de Nuestra América, para diferenciarnos de España es decir para
emanciparnos también mentalmente tuvo en Francisco Miranda su primer autor “Con
estos auxilios podemos seguramente decir que llegó el día, por fin, en que,
recobrando nuestra América su soberana independencia, podrán sus hijos libremente
manifestar al universo sus ánimos generosos” (Miranda; 1792)
Bolívar
por su parte decía Nuestra Patria es
América o hacía referencia a la América Meridional, mientras
afirmaba filosóficamente “no somos indios ni europeos, sino una especie media
entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles”
(Bolívar;1986: 79)
El
24 de junio de 1856, Francisco Bilbao ofrecía una conferencia en París donde
pronunció América Latina “Hasta ahora el testimonio más antiguo de la aparición
de la nueva denominación” (Roig; 2009: 31) El antiimperialismo de Bilbao impide
pensar entonces que este nuevo nombre sea de ideología panlatinista, lo que si
puede haber acontecido es que diversos autores tomarán el adjetivo latino o
latina con pretensiones hegemónicas eurocéntricas en Nuestra América Latina.
Retomando
el espíritu emancipador de Miranda, Martí nos convida con un texto que nos
convoca a la reflexión y a la acción. Nuestra América es un llamamiento al
pensamiento propio “las levitas son todavía de Francia, pero el pensamiento
empieza a ser de América. Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo,
hunden las manos en la masa, y la levantan con la levadura del sudor. Entienden
que se imita demasiado y que la salvación está en crear” (Martí; 1980: 15)
Hacia
1920, varias son las denominaciones, Indoamérica, Patria Grande, Haya de la Torre, Mariátegui y, Manuel
Ugarte compartían un denominador común el antiimperialismo y el espíritu de una
época que ponía en crisis las ideas liberales y positivistas.
Y
como no deseamos olvidarnos de nuestros hermanos recordemos que el agregado
Caribe “es un nombre geográfico (paradójicamente indígena, ‘caribe’ para
incorporar sociedades sajonas” (Funes; 2006:246)
Hoy a Nuestra
América Latina se le suman nombres “institucionales” ALBA; UNASUR pero debemos
recordar que cada mañana un/a latinito/a que nace nos convida con la
posibilidad de nuevas palabras, de nuevas prácticas, de nuevos sueños y
renombra “el deber urgente de nuestra América (…) enseñarse como es, una en
alma e intento” (Martí; 2005: 13) la
Galería de los Patriotas Latinoamericanos es un símbolo de
los tiempos que corren.
Bibliografía
Bolívar, S. (1986) Escritos
Políticos, México, Porrúa
Funes, P. (2006) Salvar
la nación, Buenos Aires, Prometeo
Martí, J. (1980) Nuestra
América Buenos Aires, Losada.
Martí, J. (2005) Nuestra
América y otros ensayos, Buenos Aires, El Andariego.
Miranda, F. (1792) Carta
a los españoles americanos
Roig, A. (2009) Teoría
y crítica del pensamiento latinoamericano, Buenos Aires, Una ventana.