"El macrismo acentuó su perfil de fuerza de centroderecha"
Por Andrés
Cottini
andrescottini@elpancholacoca.com.ar
Se acercan las elecciones, las
encuestas hacen temblar decisiones que parecían tomadas y el kirchnerismo se va
consolidando en la ciudad. Por un lado está el modelo de país que se inauguró
con Néstor en 2003, por otro lado la subejecución de presupuesto, el
endeudamiento, la criminalización de la pobreza...
Sociólogo, investigador, ex
ministro de Educación y actual Senador de la Nación, Daniel Filmus se hizo un espacio entre el
cierre de campaña y habló con El Pancho la Coca. ”La gestión de Mauricio Macri será
recordada por su alta ineficiencia en la planificación y ejecución de políticas
públicas” asegura.
¿Qué ciudad, a grandes rasgos, está dejando Macri luego de
sus 4 años de gestión?
Daniel
Filmus.- En contraposición con el camino de recuperación
económica y ampliación de derechos que comenzó a transitar nuestro país con el
gobierno de Néstor Kirchner en 2003, y que continúa la presidenta Cristina
Fernández, nada se ha avanzando en nuestra Ciudad. El exponencial crecimiento
de sus recursos públicos, determinado por un record histórico en la recaudación,
no se dirigió en absoluto a resolver las problemáticas sociales que muchos
porteños padecen. Nada se avanzó en cuestiones impostergables como la
urbanización de las villas de emergencia, lo que hubiera garantizado un piso de
dignidad a los más de 160 mil porteños que las habitan. Tampoco se avanzó en
materia de transporte público, obras de infraestructura, disminución de la
basura, salud o educación. Como ejemplo, nos prometieron 10 km de subte y nos dieron
100 bicicletas. Y eso que tiene el mayor presupuesto per cápita del país. Son
seis mil quinientos millones de dólares… Y aun así, endeudó a la Ciudad. ¿Dónde están los
cuarenta kilómetros de subte? ¿Dónde están las cuarenta mil viviendas? ¿Dónde
están los cincuenta y cinco estacionamientos? No hay nada. La gestión de
Mauricio Macri será recordada, no sólo por su esperable falta de sensibilidad y
desapego a cuestiones sociales, sino también por su alta ineficiencia en la
planificación y ejecución de políticas públicas. Su dubitativa gestión, caracterizada
por constantes contramarchas en sus decisiones llegan al punto del ridículo.
¿Qué es lo que cambió para que
el peronismo sea una opción fuerte en la ciudad?
D.
F.- A partir de junio de 2009, la sociedad empezó a
ver mejor las muchas virtudes del gobierno nacional y, al mismo tiempo, se
hicieron más patentes las limitaciones de la oposición, no sólo para gobernar,
sino también para legislar. Además, después de la 125 y la derrota de junio, el
gobierno de Cristina hizo transformaciones muy profundas que mejoraron las
condiciones de vida de los argentinos. Es un hecho innegable que el país crece
y que los beneficios del crecimiento se distribuyen mucho mejor y de manera más
justa. Y eso se manifestó en la gran fiesta del Bicentenario y en la emotiva
despedida de Néstor. El papel del Estado hoy se puede ver en obras
concretas. Mientras que nuestro país ingresó en un sendero de crecimiento,
iniciado en la gestión de Néstor Kirchner y profundizada en la administración
de Cristina Fernández, la
Ciudad de Buenos Aires se sumergió en un gobierno sin
iniciativa, ni capacidad de gestión. Desde el 2003 se recuperó, en el ámbito
nacional, un rol medular para el Estado y una centralidad de la política por
sobre la economía, que se tradujo en un desarrollo con equidad y que permitió
la rápida recuperación de los deprimidos indicadores sociales. Son innumerables
las decisiones de gobierno que pueden ser remarcadas, desde la negociación e
histórica quita de la deuda pública externa; el accionar constante para el
fortalecimiento del mercado interno; la prioridad en lo que refiere a la
educación y la ciencia y tecnología; la implementación de políticas sociales
como la
Asignación Universal por Hijo; o la decisión de integrarse al
mundo desde un hermanamiento sudamericano, entre tantos otras. El decidido
accionar del gobierno nacional permitió desandar el complejo entramado
producido por las reformas neoliberales de los ´90, con su devastador impacto
social. Todo esto es valorado hoy en la Ciudad de Buenos Aires, y convierte a nuestro
espacio en una alternativa sólida al macrismo, que generó mucha desilusión
hasta en sus propios votantes. Macri desilusionó a pocos al no mostrar
sensibilidad social, porque casi nadie esperaba que la tuviese. O que tuviese
un espíritu solidario e integrador. Pero desilusionó a muchos al demostrar que
tiene una ineficiencia total.
Para hacer contrapeso con la
pregunta anterior: teniendo en cuenta que el gobierno macrista ha subejecutado
los presupuesto de educación y vivienda, que su líder está procesado por
escuchas ilegales, que han pasado decenas de funcionarios por distintos
Ministerios… ¿Cómo se explica que Macri tenga hoy un alto porcentaje de
popularidad?
D.
F.- Si bien perdió gran parte de sus votantes, Macri
conserva aproximadamente un tercio del electorado de la Ciudad que se inclina por
propuestas conservadoras, de corte neoliberal. Este sector comparte
ideológicamente las posiciones de Mauricio Macri. En estos años, el macrismo
acentuó su perfil de fuerza de centroderecha, cosa que en la campaña de 2007
había tratado de disfrazar. La manera en que abordó el conflicto en el Parque
Indoamericano, el abandono del Estado y sus apelaciones a la discriminación y a
la xenofobia, es un ejemplo claro de esto, y una franja de la población estuvo
de acuerdo, sin duda.
¿En que podría consistir una
hipotética triangulación entre ciudad, provincia y nación?
D.
F.- De lo que se trata, en última instancia, es de
definir cuáles son las transformaciones profundas que la Ciudad necesita y
planificar. Macri no tuvo una idea estratégica; repitió la que había y mal. Por
ejemplo, hay que pensar el tema del tránsito muy vinculado al transporte
público, y es imposible pensarlo sin integrar la Ciudad con Provincia y
Nación. Y, a la par, idear un proceso de descentralización importante. Por otro
lado, hay que volver a pensar el transporte de la mano de la Nación y la provincia de
Buenos Aires, haciendo más complementarios a los ferrocarriles, a los subtes y
a los colectivos. Hay que sentarse de forma conjunta para resolver estos temas
y otros, como los del medio ambiente o seguridad.
Cada vez hay una conciencia más instalada en la ciudadanía la necesidad de hacer complementarios los gobiernos del área metropolitana y de la gestión nacional con la local.
Esta conciencia surge con el fracaso de Macri, que apostó a que la ciudadanía pensase que era posible construir una Ciudad de espaldas a la Nación. Pensar que esta Ciudad puede salvarse sin transformaciones que se pacten en forma conjunta con la Nación es ilusorio.
Cada vez hay una conciencia más instalada en la ciudadanía la necesidad de hacer complementarios los gobiernos del área metropolitana y de la gestión nacional con la local.
Esta conciencia surge con el fracaso de Macri, que apostó a que la ciudadanía pensase que era posible construir una Ciudad de espaldas a la Nación. Pensar que esta Ciudad puede salvarse sin transformaciones que se pacten en forma conjunta con la Nación es ilusorio.
¿Cuál sería el futuro de la Metropolitana si
usted logra imponerse en las elecciones?
D.
F.- La creación de la Policía Metropolitana
es una buena iniciativa que se llevó a cabo mal. Nosotros votamos tanto en el
Congreso nacional como en la
Legislatura, la modificación de la Ley Cafiero para
permitir la creación de la
Metropolitana. Lo que no votamos fue colocar a Jorge “Fino”
Palacios al frente. Nuestra propuesta era que se hiciese cargo un civil elegido
por la Legislatura. Y
creo que la idea inicial de traer a policías que venían con prontuario de la Federal, definitivamente,
no fue buena. Por un lado, enfrentó gratuitamente a la Metropolitana con la Federal. Por el otro,
colocó un manto de sospecha sobre esa conducción. La llegada de Eugenio
Burzaco, hay que decirlo, permitió avanzar en algunos de esos temas. Pero está
claro que la institución viene de un pecado original que le deja una impronta
difícil de revertir.
Nuestra política va a ser fortalecer la fuerza y trabajar con la Federal. Cristina lo planteó muy bien cuando se inauguró el cuartel de bomberos en el Club Albariños. Lo que hay que hacer es delinear las funciones de la Metropolitana a partir de la competencia de delitos que quedan transferidos a la Ciudad. Eso le daría mucha más racionalidad al sistema. Algunas competencias van a seguir en manos de la Federal, no sólo porque son delitos federales o complejos, sino porque ésta es la capital de los argentinos. Después está el tema de los recursos, que no es un asunto menor. No es el gobierno nacional el que los tiene que transferir, sino una ley del Congreso. Y ahí es muy difícil ponerse de acuerdo. Por ejemplo, nos preguntan por qué el país tiene que pagarle la policía a la Ciudad, si no lo hace con Jujuy, con Corrientes o con Misiones, que son provincias mucho más pobres. Es una cuestión a discutir, todavía. Pero con vocación y voluntad se va a terminar saldando.
Nuestra política va a ser fortalecer la fuerza y trabajar con la Federal. Cristina lo planteó muy bien cuando se inauguró el cuartel de bomberos en el Club Albariños. Lo que hay que hacer es delinear las funciones de la Metropolitana a partir de la competencia de delitos que quedan transferidos a la Ciudad. Eso le daría mucha más racionalidad al sistema. Algunas competencias van a seguir en manos de la Federal, no sólo porque son delitos federales o complejos, sino porque ésta es la capital de los argentinos. Después está el tema de los recursos, que no es un asunto menor. No es el gobierno nacional el que los tiene que transferir, sino una ley del Congreso. Y ahí es muy difícil ponerse de acuerdo. Por ejemplo, nos preguntan por qué el país tiene que pagarle la policía a la Ciudad, si no lo hace con Jujuy, con Corrientes o con Misiones, que son provincias mucho más pobres. Es una cuestión a discutir, todavía. Pero con vocación y voluntad se va a terminar saldando.
Uno de los ejes de su campaña
es la urbanización de todas las villas miseria en 6 años. ¿Es realmente
posible?
D.
F.- Es imperiosa la necesidad de diseñar y ejecutar
medidas de gobierno a los efectos de darle respuesta a los vecinos y vecinas
que habitan en villas de emergencia, inquilinatos, casas tomadas o se
encuentran en situación de calle. De igual forma, los sectores de clase media,
los y las jóvenes que desean adquirir su primera vivienda, precisan de un
acompañamiento del Banco Ciudad para poder acceder a un crédito hipotecario con
tasa subsidiada, o la efectiva respuesta por parte del Instituto de Vivienda de
la Ciudad, y aquellos
y aquellas que alquilan una vivienda necesitan un marco jurídico que los y las
proteja. La resolución del problema habitacional es posible en el mediano plazo
con una adecuada planificación, con la inversión de recursos públicos de la Ciudad y con la
articulación de los planes nacionales de vivienda. Con los recursos que nuestra
Ciudad posee es injustificable que no se implemente un plan intensivo que
permita la urbanización total de las villas de emergencia y asentamientos. Con
decidida inversión de la Ciudad
y la coordinación con programas habitacionales nacionales resolveremos este
histórico problema en un plazo no mayor a los 8 años. Contar con barrios y
viviendas dignas para todas y todos los que habitan la ciudad es posible. La
existencia de villas atenta contra la dignidad y seguridad de todas y todos los
que las habitan y también de todas y todos los que vivimos en Buenos Aires. En
aquellos casos que no se pueda urbanizar porque las viviendas se encuentran
ubicadas en lugares insalubres o en espacios verdes de la Ciudad, se procurará su
relocalización garantizando el derecho a
una vivienda digna.
¿Cómo se construye una “ciudad
para todos”?
D.
F.- En primer lugar, para revertir el cuadro de
abandono que se encuentra nuestra Ciudad, sobre todo en los barrios del sur,
hay que poner en marcha un conjunto de políticas públicas que hagan de Buenos
Aires un espacio de desarrollo productivo y social, donde haya lugar para todas
y todos. Pero para esto es necesario contar con otro modelo de Estado, un
Estado cercano, con capacidad para escuchar las demandas y las contribuciones
de sus habitantes; pero que también sea capaz de implementar políticas públicas
y que pueda anticiparse a los problemas, ya que existen necesidades en la
población que no siempre se transforman en demandas explícitas, pero que pueden
ser previstas por parte de un Estado atento y alerta frente a los conflictos y
las condiciones de vida. Un Estado fuerte, presente y promotor, que incentive
el desarrollo de sus ciudadanos y promueva la creatividad de su gente, pero que
trabaje en forma incansable en la ruptura de las asimetrías en el desarrollo de
la Ciudad. Una
Ciudad con justicia social y equidad distributiva, atenta a las necesidades de
cada uno de sus ciudadanos, capaz de brindar a cada uno respuestas oportunas y
satisfactorias. Una Ciudad capaz de dar respuestas a todos, pero que esté
prioritariamente al servicio de los sectores más vulnerables. Una Ciudad que
brinde salud, educación y justicia a todos por igual y en forma equitativa,
priorizando a aquellos que menos tienen. Una Ciudad en la que el ciudadano
pueda confiar y piense e implemente políticas públicas promotoras del
desarrollo productivo, laboral y social. Una Ciudad en donde el Estado trabaje
en los barrios, comuna por comuna, cerca de la gente, descentralizando recursos
y acciones.