Garantizar el Socialismo
“nadie sabe que cosa
es el comunismo,
Y eso puede ser pasto de la aventura.”
Silvio Rodríguez
Por Gastón Florio
gastonflorio@elpancholacoca.com.ar
Luego de décadas de falsos pronósticos,
en Abril se realizo el VI Congreso del Partido Comunista Cubano, en el cual se
rectificó nuevamente el rumbo de la
Isla: el Socialismo. Con masiva concurrencia de veteranos y
jóvenes cuadros de la Revolución,
el VI Congreso coincidió con el aniversario de la invasión yanqui a Playa
Girón. Cincuenta años más tarde, el socialismo cubano no solamente sigue en
pie, sino que también se refunda y se permite trascender sus propias fronteras.
“Me asombraba la preparación de esta nueva generación, con tan elevado nivel
cultural, tan diferente a la que se alfabetizaba precisamente en 1961, cuando
los aviones yankis de bombardeo, en manos mercenarias, atacaban la Patria. La mayor parte
de los delegados al Congreso del Partido eran niños, o no habían nacido”, expresaba Fidel Castro.
Quizás, lo más significativo ha sido que
el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruiz, le ha cedido el cargo de Primer
Secretario del Comité Central del Partido a su hermano, Raúl Castro por voto
mayoritario de los miembros del mismo. Sin embargo, el VI Congreso arrojó un
resultado que permite imaginar que el socialismo cubano no presta lugar para
estancamiento, y se aventura a reformular políticas históricas, en pos de
garantizar un mayor bienestar a los cubanos.
El congreso en números
El último censo realizado en el 2009 indicó
que en la Isla
viven 11.242.621
cubanos. Sin embargo, mucho se habla, poco se conoce. Durante los años que
lleva la Revolución
cubana, el ataque del imperio para verla caer ha ocupado varios campos, no
dando tregua. Invasión militar, bloqueo económico y mitos armados sobre la vida
interna de la Isla,
son armas utilizadas durante ya medio siglo.
La masiva participación en el VI Congreso
fue impactante, abrumadora, y más aun; si se compara el total de la población y
el número de cubanos que participaron del Congreso, se notará que estamos ante
la sociedad que más participa de su política en el mundo.
En Diciembre del año pasado comenzaron los
grupos de trabajo para diagramar los ejes programáticos del Congreso, hasta el
28 de febrero del 2011. Durante esos tres meses, se celebraron un promedio de 163
mil reuniones de organizaciones políticas y sociales, arrojando una
participación de más de 8.913.838 cubanos, los cuales fueron parte de lo que se
denominó “El proyecto de Lineamientos de la Política Económica
y Social del Partido y la
Revolución”. Noventa días de intenso debate sobre el futuro
de su gobierno, millones de personas participando y reflexionando. Pero, a
pesar de esto, a los medios hegemónicos poco les interesa mostrar la realidad
de la democracia cubana y eligen abonar el imbécil mito del imperio: la dictadura
castrense. “Es un verdadero y amplio
ejercicio democrático, el pueblo manifestó libremente sus opiniones, esclareció
dudas, propuso modificaciones, expreso sus insatisfacciones y discrepancias, y
también sugirió abordar la soluciones de otros problemas, no contenidos en el
documento”, expresó ante multitudes Raúl Castro.
Luego de estos tres meses de
participación popular, se giró el documento para el análisis de Buró Político,
el Comité Ejecutivo de Ministros, la
Central de Trabajadores Cubana (CTC) y la Juventud Comunista
(UJC); y finalmente, ese documento que deambuló por el 80% de los cubanos,
llego al Comité del Partido. Se estima que durante los seis meses que se
debatió el documento del VI Congreso, el 68% de su contenido original, fue
reformulado, llegando así al inicio del VI Congreso de Partido Comunista.
Resultados
El principal punto del VI Congreso
giró en torno a una reestructuración del modelo económico, para impulsar y
renovar los vientos de la
Isla. Ellos caracterizan
como algunos problemas “el paternalismo, el igualitarismo y las concepciones
idealistas de la revolución”, los cuales hoy atentan directamente contra el
Socialismo. El mismo Fidel en un
discurso en 1975 expresó: “En la
conducción de nuestra economía hemos adolecido indudablemente de errores de
idealismo y en ocasiones hemos desconocido la realidad de las existentes leyes
económicas objetivas a las cuales debemos atenernos”. En esta línea, el evento cubano ha modificado
eslabones como la libreta de alimento
y ha propuesto otras formas de propiedad
y de gestión no estatales, bajo la supervisión del Estado revolucionario.
Los cubanos buscan con el último punto, que el Estado pueda: “concentrarse
en elevar la eficiencia de la producción y los servicios básicos y crear un
espacio para la reubicación de cientos de miles de trabajadores del sector
público. La educación y la salud gratuitas y universales, la seguridad y la
asistencia social, conquistas históricas de la Revolución, continuarán
dentro de la esfera estatal, que estará en mejores condiciones de elevar
su calidad y continuo perfeccionamiento, logrando mejor servicio con menos
gasto”, cuenta Ángel Cablera.
El punto de la libreta de alimento fue el más polémico y simbólico, por su
histórica aplicación. Desde los años ´60, cada cubano tiene garantizado de
forma gratuita un abanico de alimentos para que no quede al desamparo. Pero,
con el correr del tiempo se notó que esa política, tan vital para garantizar la
igualdad cuarenta años atrás, hoy representa el desestímulo al trabajo y, en
ocasiones, lucro de esos productos hacia el mercado negro. Por esto, este
debate popular concluyó en su eliminación paulatina, dejando en claro que nunca
el Estado dejará desprotegido a ningún ciudadano. “En Cuba, bajo el socialismo, jamás habrá espacio para las `terapias de
choque´ en contra de los más necesitados y que son, tradicionalmente, los que
apoyan a la Revolución
con mayor firmeza, a diferencia de los paquetes de medidas que se emplean con
frecuencia por mandato del Fondo Monetario Internacional y otras organizaciones
económicas internacionales en detrimento de los pueblos del Tercer Mundo e
incluso, en los últimos tiempos, en las naciones más desarrolladas, donde se
reprimen con violencia las manifestaciones populares y estudiantiles”,
expreso Raúl Castro.
El modelo
cubano, buscará entonces, expandir su economía para fomentar nuevas experiencias productivas que logren generar empleo fuera de la órbita
estatal. Continúa Raúl Castro: “El incremento del sector
no estatal de la economía, lejos de significar una supuesta privatización de la
propiedad social, como afirman algunos teóricos, está llamado a convertirse en
un factor facilitador para la construcción del socialismo en Cuba, ya que
permitirá al Estado concentrarse en la elevación de la eficiencia de los medios
fundamentales de producción, propiedad de todo el pueblo y desprenderse de la
administración de actividades no estratégicas para el país”.
Estos puntos, y demás, fueron acogidos
por el pueblo caribeño con grades esperanzas y expectativas. Estas reformas
económicas se encuadran en lo que la misma realidad demuestra, dándole la
espalda a las mentiras compulsivas de los medios masivos que hace 60 años
maldicen a la Isla:
el Socialismo cubano renace día a día; se regenera. Su planificación, el dominio
de Estado sobre los medios de producción estratégicos, la masiva participación
y compromiso de la población, y su calidad educativa y sanitaria, reafirman el
destino de la Isla.
¿Qué significa autosuperarse? Ejemplo:
Esta “actualización” del modelo
económico cubano, trae una enorme esperanza en toda la región. De más esta
decir, que muchos históricamente encontraron en la Revolución cubana, la
luz que amparó las ideas por un mundo mejor, durante los fatales años del
neoliberalismo. Hoy los movimientos populares del Sur, juntos a sus diferentes líderes,
lograron renacer de las cenizas, y acompañar políticas anti-imperiales para
luchar por la igualdad y la justicia social. Día a día se enfrenta al poder
económico multinacional, intentando redistribuir la renta y liberarse de la
extorsión del capital financiero. Cada uno confrontando con sus oligarquías
locales, dando pelea en sus pugnas internas. Pero al mismo tiempo, reformulándose,
para encontrar un nuevo modelo que acapare a las mayorías y unifique un bloque
subcontinental solido, donde el Estado sea el único motor del futuro y con una
identidad únicamente pensada de sus realidades y necesidades; no exportadas.
Algunos hablan de capitalismo Nacional, otros de Socialismo del Siglo XXI. Lo
cierto es que todavía esta historia se esta escribiendo.
Por esto, es un ejemplo, que el
único pueblo que viene dando pelea al imperio, mano a mano hace más de medio
siglo, ilumine su futuro y se disponga a pensarse y repensarse para lograr su
superación demostrado a lo largo de este tiempo, dando pruebas que la
liberación Nacional no se llama “utopía”. Raúl Castro dice: “ [El mundo
reconoce] …a Cuba por ser uno de los países más seguros y tranquilos del
mundo, sin narcotráfico ni crimen organizado, sin niños o adultos mendigos, sin
trabajo infantil, sin cargas de caballería contra los trabajadores, estudiantes
u otros sectores de la población, sin ejecuciones extrajudiciales, cárceles
clandestinas ni torturas”.