NILDAGARRÓ LA
FEDERAL
El kirchnerismo demostró una vez más que tiene una capacidad
inigualable para imponer agenda. El rol de Garré, Macri, los medios y el habitus del gobierno.
Por Andrés Cottini
andrescottini@elpancholacoca.com.ar
El
Ministerio de Seguridad
Luego
de los lamentables incidentes ocurridos en el Parque Indoamericano, el gobierno
nacional decidió llevar a cabo el Ministerio de Seguridad.
De la
mano de Nilda Garré, el kirchnerismo busca atacar uno de los estandartes más
sostenidos en el tiempo de la oposición: la inseguridad. Esta inseguridad, que
con recurrencia enfermiza aparece en la primera plana de los medios más
prestigiosos (?), no refiere al derecho a la salud, la vivienda o a la
educación de todo ciudadano. No, habla de los choreos y los asesinatos.
¿Existen? Si. ¿Alguien disfruta de ser robado? No. Ni robar ni ser robado.
Atacar
esta construcción discursiva no es un desafío menor. Desde la izquierda siempre
se supieron las causas reales de la llamada inseguridad pero nunca se dejó en
claro la posible solución para el aquí y
ahora. Entonces la derecha pasó a tener la solución: represión, cárcel,
etc, etc. Los medios más poderosos parecen contentos orquestando los crímenes
una y otra vez, pidiendo implícita y explícitamente bajar la edad de imputabilidad
a 1 mes de nacimiento o incluso menos.
Yendo
a los inicios de la “era k”, desde que Néstor asumió el control de la batuta,
se anunció la decisión de no reprimir la protesta social. Sin embargo, casos
como el del pibe de Viejas Locas, Mariano Ferreyra o las muertes del
Indoamericano, entre otras, demostraron que no basta con la decisión. Mientras
a la policía la controle la misma policía, la decisión última quedaba en manos
de la fuerza. Por esto, en consonancia con la progresiva profundización de la
democracia, intervenir en la policía desde lo político y civil es seguir
reconstruyendo “el espacio de lo público”, como afirmó Garré en la presentación
del Plan de Participación Ciudadana.
Todo
argentino es testigo de la impunidad policial: ¿Quién no vio un patrullero
parando en un bar a media noche a buscar sus birritas? ¿Quién no tuvo que pagar
algunos pesos por tener una tuca o para evitar una multa? Todos, absolutamente
todos sabemos que el uniformado es protagonista del delito. Bueno, estas
medidas que está llevando a cabo la ministra apuntan también a eso: “nos anima
la intención de recuperar el sentido más profundo que tiene la profesión
policial: servir a la comunidad, recuperar credibilidad y prestigio a partir de
la motivación y el profesionalismo”[1].
Desde
la tribuna de doctrina, Reymundo
Roberts, uno de sus voceros tragicómicos, pone en la boca de un policía
ignoto: "Mmmm... Usted sabe lo que pasa cuando los policías nos quedamos
sin trabajo, ¿no? Además, ojo, porque te hacemos un mes de inteligencia y ya
sabemos tanto de vos que te tenemos en nuestras manos"[2].
Claro, entonces sería más prudente dejar semejante sinvergüenza cumpliendo
funciones públicas ¿no?
Magnetto
y CIA tan’ que trinan. Si el gobierno logra quitar el monopolio de la palabra “seguridad”
a Clarín y La Nación…
a los Guiness de cabeza!
En la ciudad
El 4
de abril “Garré reforzó
la presencia policial en las calles para prevenir delitos”. O,
“Dejan sin custodia los edificios públicos”. Como quieras leerlo. Si ocultar es
parte de mentir, desde el más adicto, como gusta llamar ahora, o desde el más
hostil al gobierno, dejan ver bien clara sus hilachas.
“Estamos
a la buena de dios” repetía un Marcelo Bonelli indignado en A dos Voces. En una
hora lo dijo alrededor de 15 veces. Cuando hablaba Pino Solanas (…) apareció en
el margen superior un comentario en facebook: ¡¡¡Estamos a la buena de Dios!!!,
quien nos cuida (o algo por el estilo). Fue tan burdo como Clarín intentaba
poner el miedo en tema que surge una pregunta: ¿Quién pensó la medida, no
supuso que pasaría esto? Clarín y la oposición son más predecibles que un
principiante con el ancho de espada y el de basto viejo, vamos!
Más
allá de si es o no justo que la policía federal deje de custodiar los edificios
públicos y pase a ocupar la calle, ¿no había otra forma de anunciarlo? De esta
forma se da pie para que Macri y su caravana de ineptos se siga victimizando.
Podrán decir “que se haga cargo de sus problemas” y todo eso pero el macrismo
se cae solo. No hay que ayudarlo. No hace falta tratar que quede mal, ellos
mismos se encargan. Es real la necesidad de tener más efectivos en la calle si
lo que se busca es desarrollar una nueva ingeniería que contemple al actor
civil, es verdad que el gobierno de la ciudad deba más de 20 palos al nacional
pero anunciarlo de esa forma genera confusión en un eslabón clave del
kirchnerismo: la clase media.
Entonces
No es
de extrañar que este gobierno aborde un tema tan delicado como el de la
seguridad desde un punto de vista progresista. Han sido varios los ejemplos que
demostraron la capacidad de poner en agenda temas que no admiten grises y que
implican una posición determinada. Un ejemplo claro es la ley de Servicios
Audiovisuales, podemos estar en contra del “modelo k” pero si tenemos una
mínima militancia en la izquierda, no seria consecuente estar en contra y
desconocer el significado que tiene el trabajo de la Coalición por una Radiodifusión
Democrática.
Con
el Ministerio de Seguridad ocurre algo similar, es un intento de poner la
inseguridad como consecuencia de la des política y del desgobierno, y comenzar
a construir a través de la participación popular. Que esto esté acompañado por
políticas de inclusión social, por trabajo, por el derecho a la vivienda, la
salud y la educación es el desafío; principal para garantizar una profunda
reforma social.