El dolor en las Honduras
Por Mauricio José Amiel
mauricioamiel@elpancholacoca.com
Manifestaciones reprimidas con armas de fuego,
medios de comunicación sacados del aire, periodistas detenidos, toque de queda,
corte del suministro de electricidad y teléfono; allanamiento de la casa del
presidente, detención y exilio para él. Gobierno “transitorio”, elecciones,
proscripción. Victoria cantada.
¿A qué nos suena? ¿A guerra fría versión tercer
mundo? ¿A Plan Cóndor? ¿Al siglo pasado? Podría ser, pero se trata algo que
paso anteayer, hace dos años, en 2009, en Honduras. El presidente electo
democráticamente era derrocado por un golpe de Estado, obligado a exiliarse y
proscripto para las ulteriores elecciones. Fue en la madrugada del 28 de junio,
en Tegucigalpa, a causa –detonante, como siempre- de su propuesta para
modificar la Constitución
mediante una “Asamblea Constituyente”. La idea era presentar, en las elecciones
generales que se celebrarían en noviembre de ese año, una “cuarta urna” (además
de la municipal, en la que se eligen los alcaldes; la departamental, en la que
se eligen diputados; y la nacional, en la que se elige el presidente) con un
referéndum para decidir si se convocaba o no una Constituyente con el fin de
modificar la Constitución
de 1982. El hecho fue interpretado como un intento para conseguir la
reelección, lo que era técnicamente imposible dado que la elección a presidente
iba a ser el mismo día que el referéndum. De hecho Zelaya –y esta es la faca
trapera que le enterraron lubricada con jurisprudencia- fue acusado por el
Congreso de violentar el estado de derecho –además de que estaba incapacitado
mentalmente- al estar buscando su reelección, ya que ésta está vedada por la Carta Magna del país.
Bajo esta premisa, también fue prohibido el referéndum. Así más o menos las
cosas, Zelaya fue detenido y llevado a Costa Rica, primer sede de su exilio.
Luego se siguieron las manifestaciones –de ambas partes- la represión, el
silenciamiento de los medios, hasta algunas muertes a mano de armas legales. La Suspensión de las
Garantías Individuales (léase “Estado de sitio”). La condena internacional del
suceso fue total, pues no hubo, en esa primera instancia, ningún país que se
animara a defender el golpe. La
OEA suspendió al país como miembro en tanto no se restituyera
el gobierno democrático de Zelaya; el BID y el Banco Mundial suspendieron la
entrega de ayudas (así le dicen ellos) al país; la Comunidad Europea
retiró en bloque a sus embajadores del país. La ONU pidió la reincorporación de los representantes
que habían sido elegidos democráticamente; otro tanto el Sistema de Integración
Centroamericana. El MERCOSUR declaró que no reconocería a ningún gobierno que
surgiera de las ulteriores elecciones; lo mismo hizo el ALBA, y así otros
organismos internacionales y los presidentes o sus cancilleres de manera
particular. Después vinieron las elecciones en las que ganó Porfirio Lobo (del
conservador Partido Nacional, uno de los dos partidos tradicionales que
conforman el bipartidismo Hondureño; el otro es el Partido Liberal) en
condiciones denigrantes para cualquier democracia que se precie de tal. El
diario pro corporaciones El País, de España, decía después de las elecciones:
“Si las elecciones que se celebraron ayer en Honduras son un fraude, como
asegura el depuesto presidente Manuel Zelaya, el fraude se perpetró casi con
normalidad.” Increíble. Sin embargo -“la pucha que trae liciones el tiempo con
sus mudanzas” como dice Martin Fierro- hoy en día el nuevo gobierno es
reconocido por los Estados Unidos, Colombia,
Perú, y muchos otros. En realidad, sólo Argentina, Brasil, Cuba, Ecuador,
Paraguay, Uruguay y Venezuela no lo reconocen.
Ahora se han cumplido 2 años de aquello. Zelaya
ha podido regresar –llegó recibido por miles de simpatizantes el 28 de mayo de
este año- pero la democracia sigue fuertemente dañada. El presidente Lobo busca
el diálogo con los diferentes actores políticos para ver qué salida se le puede
dar a la crisis que vive el país. Justamente en estos días convocó a un diálogo
a 11 frentes políticos, donde cada uno expuso sus propuestas para dar salida a
la crisis política que vive el país. Entre las propuestas hay varias que
apuntan a soluciones superficiales, puesto que no bucean en las verdaderas
causas que llevaron al país a su situación actual. Debemos mencionar acá que
esta crisis es producto de dos décadas de neoliberalismo despiadado que
siguieron a dos décadas y media de gobiernos militares. En las últimas décadas,
si bien creció el PBI del país, la desigualdad creció aun más, llevando a miles
de personas a vivir en la pobreza. Cuando Zelaya llegó al poder buscó el cambio
en la misma sintonía que muchos de sus vecinos: se sumó al ALBA y entabló
relación con los gobiernos populares de Sudamérica, dejando de lado a los
consejeros tradicionales -FMI, Banco Mundial, Estados Unidos, Unión Europea- y
ganándose la oposición interna de las patronales, de las cúpulas militar y
eclesiástica, de los terratenientes, de los dueños de los medios masivos de
comunicación. Todo estalló cuando impulsó la reforma constitucional que era
claramente apoyada por el pueblo y decidieron bajarlo.
Entonces, aunque Lobo llame al diálogo, aunque
se ensayen propuestas para tapar algún que otro bache en la dura avenida que
transita el país, Honduras se debe todavía la restitución de un verdadero
estado de derecho que garantice el respeto por los derechos humanos, lo que
incluiría: la investigación de los sucesos que llevaron al golpe de estado para
determinar a los responsables para que sean juzgados; aclarar el asesinato de
personas durante ese tiempo y juzgar a los culpables; detener las acciones
legales en contra de Zelaya y otros miembros de su fuerza política; detener las
amenazas y persecuciones contra personas que hayan estado o estén en contra del
golpe de estado o que defiendan los derechos humanos en general. Por ello es
fundamental apoyar incondicionalmente la lucha del pueblo Hondureño por la
verdad, la justicia y la libertad.
Un informe
sobre la crisis en Honduras puede consultarse en Internet en el siguiente
sitio: http://www.defensaterritorios.org/images/stories/pdf/cespad-informe_final_escenarios_011-1-2.pdf