Elecciones en Santa Fe
A SEGURO SE LO
LLEVARON PRESO
Por Gerónimo López
El Frente Progresista Cívico y Social y sus
traiciones
Las primarias santafesinas dejaron mucha tela
para cortar y poco hilo para coser lo que se rompió.
Previo a las internas, los socialistas tenían
que cumplir con los “pactos preexistentes” rubricados 4 años atrás, así que en
estas elecciones, el candidato a gobernador debía ser radical. Pero a los
muchachos les gusta el poder más que el dulce de leche y con mucho protocolo y rigor
formal le expresaron a sus socios de la boina blanca: ¡minga va a ser radical!
Y se armó el cortocircuito. Los correligionarios estaban como abeja que le
patearon el panal y buscaban un cuello donde dejar su aguijón. Pero no
contentos con tanto daño causado, y sabiendo que así las cosas, era inevitable
una interna en el Frente Progresista Cívico y Social, los socialistas sacan de
la galera… bah! de un cajón, un proyecto tapado de telas de arañas e
inoportunamente presentado por ¿un? sí, sí, por un radical, y en la anteúltima
sesión del año, a las 12 de la noche y a 6 meses de las elecciones, aprueban el
actual “Sistema de Boleta Única”. Una jugada “a lo peronista” dirían los
gorilas. ¿El pretexto? La transparencia, inclusión, economía y piripipi, ¿Las verdaderas
razones? Anular el aparato de los radicales en la interna del Frente. Hace 4
años, cuando el Frente ganaba las elecciones provinciales, el socialismo metió
solamente al gobernador, pero sus socios radicales obtuvieron casi todas las
localidades (Intendentes y Presidentes Comunales). Con el anterior sistema de
“lista sábana”, las referencias locales radicales podían jugar un papel
definitorio, traccionando votos para su candidato a gobernador en la interna
con sus parientes de la rosa, y éstos, no podían permitir que ello sucediera.
Ahora, con el nuevo sistema, las boletas van separadas por cada una de las
categorias de cargos y los candidatos locales ya no arrastran votos para las
otras candidaturas. “Clink caja” para los de Binner y se armó el segundo
cortocircuito. En el medio de todo esto, y oliendo la carroña, apareció
Giustiniani con los dientes afilados y dándole un poco de oxígeno a los
correligionarios, se tuvo fe y se largó por la gobernación. Tercer
cortocircuito, esta vez en las filas propias del socialismo. Y con este
chisporroteo, llegaron y pasaron las internas del Frente Progresista Cívico y
Social. La historia reciente dirá que los de Binner se salieron con la suya y
su candidato Antonio Bonfatti ganó la interna con el 45,04%; seguido por el
candidato radical y actual Intendente de la ciudad de Santa Fe, Mario Barletta
(Unidad Progresista) con el 30,89%; Ruben Giustiniani (Ganamos Todos) con el
23,33%; y a los premios, un histórico del radicalismo, el “Changui” Cáceres
(Adelante Santa Fe) haciendo historia también con un lamentable 0,75%. Todo
ello, arrojando la suma total de 665.614
votos para el Frente Progresista Cívico y Social.
La boleta única y un parto festejado con pizza
y champagne
El filósofo contemporáneo Jacobo Winograd podría
sintetizar con claridad meridiana al nefasto sistema electoral impuesto en la
provincia de Santa Fe en una sola frase: “Billetera mata galán”. La ecuación es
simple y muchísimo más contundente que en cualquier otro sistema electoral: +
publicidad + grado de conocimiento + votos.
El porcentaje de conocimiento en un primer
momento en la provincia, del menos gracioso de los MiDaChi, era como el de las
anticonceptivas, el 99,99%. No hay que restarle méritos a un alto porcentaje de
la sociedad santafesina de características reaccionarias y goriláceas, que ha
tenido incidencia en el caudal de votos que obtuvo, pero está claro que el
nuevo sistema lo ayudó mucho.
Los sorpresivos 241.631 votos que obtuvo Del Sel, reviven aquellas urticarias
generadas en los 90´s cuando las operaciones menemistas terminaron con la
coronación de otro famoso en la gobernación y sepultando al peronismo militante
de la provincia.
Igual y por cábala, “Miguel” (así se presenta
en la campaña) festejó con sus amigotes de barrio Guadalupe con pizza y
champagne, recordando viejas épocas de gloria neoliberal.
Datos a tener en cuenta: 1) el cómico santafesino le sacó en estas
elecciones más votos al Frente Progresista que al Justicialismo 2) en donde no le fue para nada bien fue en su
Santa Fe natal. Parece que donde lo conocen de verdad, no lo votan.
En fin…a mí siempre me gustó el Dadi, que
además es hincha de Colón.
Persevera y triunfarás
La discusión en el Frente para la Victoria, comandado por
Agustín Rossi, antes del cierre de listas para las internas, era si se iba por
dentro o por fuera del Partido Justicialista. Ir por afuera facilitaba la
cuestión ideológica porque al final del camino no había que mezclarse con
sectores del ¿peronismo? que habían sido opositores al gobierno de Néstor o Cristina. Sin embargo esa decisión
debilitaba las chances de poner a Agustín en la gobernación. Autoexcluidos
Jorge Obeid y Carlos Reutemann las posibilidades del Chivo aumentaban
exponencialmente.
La encrucijada se resolvió yendo dentro,
respetando la tradición frentista del peronismo con el “Frente Santa Fe para
Todos” y sin usar el sello del partido.
Ya en la interna, la disputa siempre se pensó
entre dos: Agustín y Rafael Bielsa. Pero en política, 2 más 2 puede no ser 4 y
en los últimos 20 metros
antes de cruzar el disco, Omar Perotti metió la cabeza y terminó segundo,
relegando a Bielsa al tercer lugar. La cuestión estaba sellada. Agustín Rossi
era el candidato de todo el
peronismo.
Sin lugar a dudas podemos decir que acá se hizo
justicia, y la política no siempre la imparte. Un premio al tipo que construyó
la masa militante más grande de la provincia, que defendió ideas por sobre
conveniencias personales, que se bancó huevazos y escraches y que arriesgó todo
su cuero por una causa. Por primera vez, y luego de tanto tiempo de intentarlo,
el pueblo peronista tiene la oportunidad de poner en la gobernación a su más
fiel exponente y con ello, provocar la transformación total de una provincia
aplastada por la desidia.
Agustín (Frente para la Victoria) gana la interna
con el 39.94% de los votos, seguido por Omar Perotti (Por más Santa Fe) con el
29,97%, Rafael Bielsa (Encuentro Santafesino) con el 28, 4% y Mercier (Soy
Federal) con el 1,68%, arrojando la suma total de 692.400 votos para el Justicialismo.
LOS TRES A LA FINAL
Las primarias tuvieron como ganador al
Justicialismo con 692.400 votos, segundo al Frente Progresista con 665.614
votos y tercero al Pro–Federal (con el cómico a la cabeza) con 241.263 votos.
Este resultado significó un golpe muy duro para el Frente, sobre todo porque
ellos se presentaban en la previa como cómodos ganadores.
Ahora bien, frente a las elecciones generales
del 24 de julio, los alquimistas de la política se rompen el mate viendo cómo
se hace para mantener los porotos que se tienen, o como aumentarlos según el
caso.
Por la casa del Frente Progresista, la cosa
viene complicada. Las heridas fueron profundas y no hay garantías de que las
ovejas no salten el corral. Y para agregarle nafta al fuego, Binner no le deja
ni siquiera un lugar expectante en la lista de diputados nacionales a Mario
Barletta. Los correligionarios andan con el cuchillo abajo del poncho y esto
puede traerles serias complicaciones.
Cuentan las malas lenguas, que hubo una fuerte
discusión entre Antonio Bonfatti y Hermes Binner por la candidatura de este último
a la presidencia. Parece que Bonfatti entiende que la exposición de Binner le
resta más de lo que le suma. Es que seamos sinceros: ¿Cuántos segundos deben
pasar hasta que aparece la imagen de “chupete” en vuestra cabeza, joven
argentino? En mi caso, milésimas.
Por si esto fuera poco, todos los análisis
indican que cuanto más crece Miguelete, más baja Bonfatti manteniendo la
tendencia que ya había arrancado en la interna.
Además, el hijo pródigo de Macri sigue
empapelando la provincia con su “Ahora sí. Miguel gobernador” y esto preocupa a
los socialistas tanto como debería preocuparles a los porteños si se enteraran
que, en las tierras de Estanislao López, se están gastando algunos de los
kilómetros de subte que Mauricio todavía no hizo para la ciudad.
A su favor, el frente tiene todo el aparato
estatal provincial del que hacen uso y abuso, y la cartelera del grupo Clarín a
disposición para que Hermes haga campaña provincial y de tanto en tanto un meta
un bocadito nacional.
Las claves para el triunfo del Chivo
Por el lado del Chivo las claves son 2:
La primera está en los votos de Perotti, cuyos
datos filiatorios fueron otorgados en gran parte por el reutemismo y el
obeidismo y que podrían trasladarse a Del Sel. Frente a esto, el Chivo estuvo
rápido de reflejos y atacó con dos operaciones: 1) convenció a Cristina de
cederle el primer lugar de la lista de diputados nacionales a Omar Perotti; 2)
empezó a explotar la figura de María Eugenia Bielsa, vicegobernadora de Obeid
en el pasado lejano y en el cercano fue quien encabezó la lista de diputados
provinciales de su hermano Rafael, duplicándolo en votos casi al propio
consanguíneo y a la lista de Diputados del Chivo. Otro de los resultados que
encuentra su explicación en el nuevo sistema electoral, la lista del chivo
llevaba a un dirigente de raza y muy respetado en el mundo de la política como
Luisito Rubeo, pero con la mitad del grado de conocimiento de María Eugenia
Bielsa.
La cuestión es que Agustín se los cargó a los
dos en el avión, se los llevó a la
Rosada y se sacó la foto con ellos y Cristina. Hoy la
provincia está empapelada con esa foto y la cuestión parece saldada.
La segunda clave está en el grado de
intervención que Cristina tendrá en estas elecciones.
Humildemente, creo que Cristina no se
despegaría de un resultado adverso en la Provincia por más que no venga, porque Agustín es
Cristina y sí o sí no se va a salvar de que Magneto y Cía. al otro día de la
derrota titulen: “Cristina empieza a caer a manos de Binner”.
El peronismo auténtico y militante ha renacido
con la figura del Chivo y de Cristina. No habrá otra ocasión igual en mucho
tiempo, es la oportunidad histórica de recuperar la gobernación y también los
valores de la política que, desde la década del 90, se perdieron en nuestra
provincia.
Santa Fe sería un pilar fundamental para la
defensa del modelo nacional y popular y la sintonía con el gobierno de Cristina
revolucionaría a una provincia adormecida por el opio socialista.
Todo indica que la elección es muy pareja y
como en toda disputa la diferencia la hacen los talentosos. Agustín tiene un
jugador guardado y el peronismo espera que frote la lámpara para terminar de
cerrar el partido.
El otro día un pronosticador consuetudinario me
dijo: “Si Cristina viene, Agustín gana
seguro”. Y yo le pregunté. “¿y si no
viene?” Me respondió: “A Seguro se lo
llevaron preso”