La Crisis
Política en España
Por Sacha Pujó
sachapujo@elpancholacoca.com.ar
En todo
el mundo se habla, escribe y discute sobre la crisis económica y política que
está afrontando España. El motivo es el levantamiento popular denominado a
veces como “Movimiento 15-M”, “Toma la
Plaza” o “Movimiento de los indignados”. Desde las voces de
los propios indignados se percibe un malestar y un agotamiento. La consigna más
coreada en los campamentos es “queremos democracia y no lo que hay
ahora”, es decir, un reclamo ciudadano a la formalidad burguesa, y también al
bipartidismo tradicional del PSOE y el PP, que se ha revelado como dos caras de
la misma moneda.
Desde que estalló la crisis mundial del capitalismo en 2008 la mayoría
de los países europeos han optado por resolverla con más capitalismo, es decir,
socialización de las pérdidas y privatización de las ganancias, o una especie
de “Keynesianismo al revés”. El gobierno “socialista” del presidente español
José Luis Rodriguez Zapatero, aplicó los planes de ajuste al mejor estilo de
las recetas del FMI. El resultado, los latinoamericanos lo conocemos muy bien:
privatizaciones, aumento de la desocupación, caída de la inversión pública y
privada, congelamiento de salarios, es decir, el famoso enfriamiento de la economía
para que se profundice la crisis. Parece que los indignados han tomado
conciencia que estos planes sólo sirven para salvar a los dueños del capital,
que con su lógica generan la crisis, y al mismo tiempo que el sistema político
de representación no lo es de los intereses ciudadanos.
El levantamiento comenzó con el llamado a ocupar las calles el 15 de
mayo, una semana antes de las elecciones municipales del 22. La manifestación
se organizó y canalizó principalmente a través de las redes sociales en
Internet, como el Facebook y el Twitter, y también por medio de espacios como
“Toma la Plaza”
(tomalaplaza.net), “Democracia real ya”
(democraciarealya.es) y “Nolesvotes” (nolesvotes.com). El modo de protesta que
se extiende por todo el interior de España es el acampe en plazas y calles. Las
concentraciones en las principales ciudades se organizan en espacios como
Puerta del Sol en Madrid y la Plaza Catalunya en Barcelona. En Puerta del Sol
se formó la “Asamblea general de Acampada Sol” donde se viene discutiendo cómo
seguir el reclamo y los principales objetivos.
Los indignados se definen como “personas normales y corrientes”,
apartidarios y hasta apolíticos, preocupados por la situación de España, y por
la corrupción de los políticos y banqueros.[1] Algunas
de las consignas más populares en los acampes son: "Los antisistema no
somos nosotros, son los otros los que han destruido el sistema”, “Apaga la
televisión, encended vuestras mentes” o “Si votar sirviera, estaría prohibido”.
Al respecto, en uno de los materiales para la reflexión del espacio Toma la Plaza se puede leer lo
siguiente: “La crisis nos ha enseñado que la política (y con ella la
partidocracia) está al servicio de los mercados: que primero es preciso
garantizar el beneficio de los inversores y sólo luego (y a larga distancia)
viene el bienestar de la población; que es más importante rescatar a las
instituciones financieras que mantener o ampliar los derechos sociales”.[2] En
uno de los documentos más citados sobre los indignados, el “Manifiesto
democracia real ya”, se pide por una “Revolución Ética: Hemos puesto el dinero
por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos
personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo
compro y a quién se lo compro”. Este manifiesto plantea derechos esenciales que
deberían cumplirse para que exista una democracia real. Lo contrario, afirman,
sucede en España donde los ciudadanos son “engranajes anónimos de una
maquinaria” puesta al servicio del enriquecimiento de una elite.
Tal vez no todos los manifestantes tienen la misma conciencia política,
ni adhieren a la misma plataforma de reclamos, pero lo que se expresa en común
es el descontento hacia los partidos y
representantes políticos asociados al capital, la exigencia de nuevos
mecanismos de participación y control ciudadano, y la regulación estatal y
ciudadana a los capitales financieros. Los indignados propusieron cuatro puntos
básicos para comenzar a debatir con el resto de la plataforma y a los que
consideran fácil de cumplir: Reforma electoral encaminada a una democracia más
representativa y de proporcionalidad real y con el objetivo adicional de
desarrollar mecanismos efectivos de participación ciudadana; lucha contra la
corrupción mediante normas orientadas a una total transparencia política;
separación efectiva de los poderes públicos y creación de mecanismos de control
ciudadano para la exigencia efectiva de responsabilidad política.
La crisis en España tiene como una de sus principales víctimas a la juventud,
puesto que el 45% de las personas entre 18 y 25 años están desocupadas. Jóvenes
con carreras universitarias están imposibilitados de conseguir un trabajo. A esto
se le suma la imposibilidad de acceso a la vivienda propia: muchos han tenido
que volver a vivir con sus padres. La gigantesca burbuja del consumo y la
especulación se pinchó y muchos españoles están endeudados y tienen hipotecado
su futuro.
La comparación con Argentina 2001
Muchos analistas y medios de comunicación[3]
comparan la situación que está viviendo España y también Grecia, Irlanda y
Portugal, con lo sucedido en el colapso del 2001 en Argentina. Respecto a lo
económico la comparación parece acertada, en cuanto a variables como
desocupación, déficit fiscal, desajustes en las cuentas externas, caída de la
producción industrial, y principalmente la carencia de autonomía monetaria y
cambiaria. Con el Euro como moneda, España adopta un tipo de cambio
completamente sobrevaluado en función de su capacidad productiva, lo que motivó
el festín del endeudamiento, hecho similar a lo ocurrido en Argentina. Los
ajustes de austeridad exigidos por Alemania, Francia y el Banco Central
Europeo, no dan muestras positivas y la economía española se sigue desplomando.
En cuanto a las respuestas populares también parecería haber
similitudes. La ciudadanía sale a tomar la calle en contra de los ajustes, con
acampes, cacerolazos y pintadas contra los bancos. Habría que matizar la
afirmación de que existe una crisis de representación del sistema político,
teniendo en cuenta que el partido de derecha PP ganó las elecciones
municipales. La abstención electoral fue similar a las elecciones de 2007
(36%), con un 33.7%. Es decir, en el voto no se expresó la crisis de una manera
distinta a las elecciones de 2007. La diferencia es que ganó el partido que es
más de derecha, pero como vimos con la actual política de ajuste del PSOE,
ambos se revelan como dos caras de la misma moneda. Podría afirmarse que en
Argentina, en las elecciones luego de la crisis, ganó el candidato de derecha
Carlos Menem, aunque se deja de lado que se bajó del ballotage porque perdía
por mucho con el candidato de centroizquierda Néstor Kirchner.
Las comparaciones no tienen en cuenta que la desigualdad en Argentina,
sobre todo en su punto más alto en 2001, es incomparable con la situación en
España donde la indigencia, la pobreza y la superexplotación laboral ni se
acercan. El país mediterráneo no deja de formar parte de un continente
imperialista que desde hace 500 años viene saqueando los recursos de Argentina
y el resto de América Latina, lo que le permitió históricamente poder dar un
mejor nivel de vida a su clase trabajadora.
Habrá que esperar para ver cómo se desenvuelve la crisis y ver, por
ejemplo, si se masifica y extiende al resto de Europa, y si logra cristalizarse
en una alternativa política. En Argentina ya tenemos la experiencia de que eso
último no se logró, y la protesta de los ciudadanos, las asambleas y demás
formas organizativas de base; perecieron con la recuperación económica y
estatal. Algunos pronósticos[4] han
augurado que con estas movilizaciones ya nada será igual en España, y que van a
paralizar la partidocracia y la prepotencia del capital. Sin duda que si esto
se cumpliera sería una revolución, aunque por lo que hasta ahora vemos parece
ser demasiado optimista teniendo en cuenta los resultados de las elecciones.
[1] Ver en http://www.democraciarealya.es/
[2] Ver en http://www.tomalaplaza.net
[3] Se
puede observar en informes de programas de televisión como 678, Duro de Domar, o en
diarios como Página 12 (“Argentina
2001, España 2011”,
8 de mayo) o La Nación (“Del cacerolazo a las
"caceroladas", 20 de mayo)
[4] Ver Atilio Boron : “Los Indignados y La Comuna de París”, Página12, 22 mayo de 2011.