Número 1 Noviembre 2010

El Pancho La Coca sólo publica artículos, la información contenida es responsabilidad de sus respectivos autores

El Pancho La Coca
Año 1 número 1, noviembre 2010

Por acá: 
-"Neoliberalismo go home", por Sacha Pujó
-"Hoy es cuando", por Gastón Florio
Nuestra América:
-"La hora de América Latina", por Norberto Galasso
Globo:
- "El fin de una ilusión", por Mariano Salvatierra
1/2s?:
-"A desconcentrar, a desconcentrar. Que la información es tuya, mía y de aquel", por Eva Stilman
Social:
-"Sí, quiero. Ahora puedo. Pensando al matrimonio igualitario", por María Eugenia Asato
Cultura:
-"La hora de los pueblos", por Carla Wainsztok
Ayer nomás:
-"Breve relato de un prócer latinoamericano", por Gastón Florio
Herramientas:
-"¿Cuál es la idea del socialismo para nuestro siglo?", por Modesto Emilio Guerrero
Colgué!:
-"La sorpresa de un huevo roto", por Eva Stilman
Acordate:
-"Piloteando en la patria contratista: una carrera para recordar", por Gastón Florio





Editorial
Mucho gusto

 
Ante todo: mucho gusto. En un mundo saturado de información, la pregunta casi inmediata, cuando uno se embarca a formar una nueva publicación es la siguiente ¿Para qué otra más, es realmente necesario y hasta deseable ponerse a navegar a riesgo de ahogarse en este mar de letras?
Entonces, debate y mate mediante, elaboramos un ensayo de respuesta para tratar de dar justificación al, aparentemente, tan innecesario intento. De esta forma, navegamos por esta red de información sin fuentes, de opinión sin firma, en un océano de palabras que muchas veces parece tener la profundidad de la piletita de lona que un vecino copado nos dejó disfrutar un verano hacinador. Nos topamos con contenidos corporativos envasados con etiquetas de objetividad, con voceros de intereses empresariales ocultándose detrás de la bandera del periodismo independiente y con ciertos sospechosos blogueros y comentaristas, neo agitadores políticos escondidos en el anonimato. Chocamos con un sin número de insultos generalizados sin siquiera una argumentación mínima para semejantes escupitajos de bronca. Pero esa es la parte fea de la historia, también nos encontramos con publicaciones militantes, que desde una postura explicitada nos narran su visión de la realidad y su postura en ella. Nos encontramos con artículos que rescatan una mirada crítica de la historia, con análisis cuya fundamentación demuestra una seriedad que hay que reivindicar, con debates que enriquecen la profundidad de los niveles de discusión, con varios comentarios y publicaciones, que aunque no están firmados, brindan al menos argumentaciones coherentes de sus ideas.
Desde El Pancho La Coca venimos a sumarnos a este debate acerca de la construcción y circulación de la comunicación, aportando pensamientos y reflexiones sobre nuestra realidad, siempre vertiginosa. Gracias a las luchas que se establecieron en las últimas décadas, hoy podemos afirmar que las primeras dos batallas están ganadas: el cambio legal de reglamentación de sistema comunicacional y, quizás lo más importante, la toma de conciencia popular de que los mayores medios del país, informan según sus intereses (financieros y políticos) y no en base necesidades sociales. Algunos podrían afirmar que ya estamos saliendo de la “Era de la Desinformación”, pese a que todavía el camino a andar es mucho. Las mayores multiempresas de comunicación de nuestro país, han amasado unos grandes imperios económicos que les permiten formar noticias y apostar en el quehacer político argentino, como otro actor más, pero con una diferencia a su favor: el aparato de comunicación en su poder. El planteo es sencillo, ¿Cómo poder estar informado, si lo medios que uno tiene a su disposición para ello, no lo informan? Flor de cachengue tenemos cuando el supuesto relator del ajedrez político, no sólo apuesta a ciertas fichas en el tablero, sino que además es parte integrante de las partidas que se juegan. El problema entonces, no se encierra en que los encargados de comunicar socialmente no cumplen su rol por ineficacia, sino que por sus propios intereses muchas veces no solo distorsionan información, sino que también desinforman. En las últimas décadas se generó un sistema comunicativo concentrado en pocas manos, haciendo que el derecho de la expresión quede a voluntad de sus dueños. La formación de estos oligopolios fue gracias a apoyar desde sus páginas (mediante editoriales explícitas u ocultamiento de información) al terrorismo de Estado, las privatizaciones y la quiebra del Estado nacional durante los ‘90. Esta complicidad les fue funcional para el aniquilamiento de pequeños medios de comunicación y el manoseo a los periodistas que cuestionaban sus frágiles y falsas editoriales.
La aventura que nos ofrece la Ley de Medios sancionada recientemente, es desafiante. Una oportunidad histórica de volver a pensar la comunicación como derecho y no como mercancía, nos tiene que empujar a todos a ejercer con pasión, compromiso y seriedad este derecho universal, hoy posible de recuperar. Por esto, resaltamos la importancia de publicar, de socializar pensamientos e ideas, de analizar la realidad con compromiso y tomando conciencia de lo importante que resulta esta herramienta para la construcción cotidiana de la Patria justa y soberana. Lejos de creer que se está cayendo el telón, para nosotros la cosa recién empieza. Queremos intervenir en la historia real. Para ello, no hay que desperdiciar fuerzas cuando todavía no resultan suficientes, tampoco es cuestión de que quedarse quietos y dejarse arrastrar por la historia.
El escenario político ha cambiado intensamente en los últimos diez años y esto nos exige un análisis comprometido y serio. En el 2001, el pueblo dijo basta a la estafa que sufríamos bajo la doctrina del Consenso de Washington, manifestándose en las calles bajo la consigna “Que se vayan todos, y no quede ni uno solo”. Esta pueblada estuvo enmarcada en un contexto de crisis de representación de los partidos tradicionales y en una crisis institucional profunda. En ese contexto de crisis de legitimación de los canales tradicionales de expresión política, la activa participación popular no tuvo una dirección política capaz de conducirla. Sin embargo, este renacer de muchos militantes o efervescencia popular, dejó secuelas hondas el los procesos siguientes.
Mientras el duhaldismo intentaba desmovilizar a través de una dura represión, comenzó a verse acorralado. Tras la masacre del Puente Puerreydón, en donde fueron asesinados Darío y Maxi, no tuvo más remedio que llamar a elecciones. Néstor Kirchner asumió con un frágil 23% (producto de la astuta jugada de Carlos Saúl de no presentarse a la segunda vuelta) comenzando una etapa nueva, con contradicciones, desde luego. Pero tanto su gobierno como el de Cristina Fernández tuvieron la voluntad de recomponer el poder institucional bajo otras líneas de desarrollo. La recuperación de ciertos ejes centrales de la economía, la redefinición del el rol del estado, el avance en la política de derechos humanos, la voluntad de forjar un bloque regional y un sistema económico basado en la acumulación de reservas; son algunos aspectos que eran impensables años atrás. A pesar de los movimientos cíclicos de la economía mundial, se forjó un crecimiento económico anual notable, que expresó achicamientos en los índices de pobreza y desempleo. Quizás muchos cambios a nivel de legislación no muestran sus frutos inmediatamente como la Asignación Universal por Hijo. Sin embargo, la ley de expropiación de empresas recuperadas, la nueva ley de medios y los convenios bilaterales con países hermanos son aspectos que permiten pensar en otro horizonte. Para dejar en claro nuestra postura: no creemos que está todo hecho. No podemos ni queremos conformarnos con la realidad existente, pero no somos ningunos panchos: no queremos retroceder en ninguna de las conquistas populares obtenidas hasta el momento. Avanzar dependerá de la capacidad de organización de los sectores populares y creemos que ello se logra a través de la participación y movilización popular, la defensa de las conquistas obtenidas y la demanda de profundización de los aspectos progresivos del actual modelo.
Por eso no nos tragamos el chamuyo de una oposición en donde se entrecruzan actores políticos y oligopolios mediáticos que ya nos dejaron en claro su voluntad de retrotraer los avances nacionales y regionales logrados (de ninguna manera profundizarlos). Eligieron el camino más irresponsable que una fuerza política, que se llena la boca hablando de republicanismo y democracia, puede tomar para volver a ser gobierno: la desestabilización creando situaciones de ingobernabilidad. Nuestra historia cuenta con unos cuantos ejemplos de este tipo, en los cuales los sectores más retrógrados y conservadores se muestran con banderas de democracia, libertad y demás palabras bonitas que esconden detrás de sí proyectos políticos antipopulares. Ya conocemos que lo que le pasó a Yrigoyen y a Perón, y en dónde culmina esa táctica. Hasta hoy esta estrategia no fue eficaz. ¿Por que? Por aciertos del oficialismo, por concientización del pueblo y por torpeza propia de la oposición, también.
Sin embargo, quizás los vientos nuevos nacionales sean rápidamente empujados por el tiempo esperanzador latinoamericano. Como nunca antes, desde el Tratado de Guayaquil, nuestras tierras protagonizan una realidad política similar. Todos los países hermanos sufrimos las heridas del neoliberalismo y así entendimos lo que nuestros pueblos reclamaban: repensar nuestro desarrollo partiendo de nosotros y comprender que en este sistema mundial globalizado, no es posible garantizar la independencia ni el bienestar social sin el fortalecimiento de un bloque regional, en donde madure su integración política y económica.
Pese a los grandes matices que presentan los gobiernos latinoamericanos (sus contradicciones estratégicas y su nivel de profundización de políticas reformistas internas), la mayoría de los gobiernos revolucionarios o progresistas coinciden en la misma política continental: lograr la mayor autonomía política regional posible que nos posicione con más dignidad en el mapa geopolítico. Algunos caminos en esta dirección ya están trazados. El Mercosur y la jovencita Unasur comienzan a diseñar ese bloque fuerte que soñaron Bolívar y San Martín, entre otros. Asimismo, los proyectos del Banco del Sur y el Comité de Defensa Regional representan logros impensados años atrás. Pero así como nuestros gobiernos confluyen en la idea regional, los sectores de la derecha también caminan hacia un horizonte común, acompañado por el histórico mal de los pueblos: el imperialismo. Tenemos que recordar, retomar y repensar ciertos términos que tienen aún una tremenda vigencia en el devenir de nuestra historia, porque cambiarán las formas, pero los contenidos del imperialismo (y sus cómplices internos) siguen siendo los mismos: impedir los avances populares para someter con miseria y colonización cultural a sus pueblos.
Finalmente, ya que la supuesta objetividad no es más que el velo que pretende invisibilizar una postura política, social y cultural, aclaramos que vamos a hablar desde el lugar de estar dispuestos a dar batalla. Contra aquellos que creen que las clases populares sólo se movilizan por un pancho y una coca. Contra aquellos que creen que la cultura popular es sólo pobreza y delincuencia. Contra los que creen que las clases populares son niños a los que se debe cuidar, pero no dar voz y voto en las decisiones importantes. Y para recordarles a aquellos que se olvidaron del “piquete y cacerola, la lucha es una sola”. Porque parte de la lucha es que nosotros definamos el sentido de las palabras, aquí está la justificación del intento de esta nueva publicación denominada El Pancho La Coca. ¿Por qué El Pancho La Coca? Porque queremos de Nuestra América una Patria Grande desde México hasta Tierra del Fuego, desde el sombrero de Pancho hasta los pies de la Coca…



Por acá 
NEOLIBERALISMO GO HOME


Por Sacha Pujó
sachapujo@elpancholacoca.com.ar

Actualmente estamos presenciando un proceso de crisis de hegemonía del neoliberalismo y el imperialismo norteamericano en Latinoamérica. Los levantamientos populares que se inician con el “Caracazo” en el ´89 en Venezuela inician el camino de ruptura con el modelo de mercantilización extrema que representa el neoliberalismo. En Argentina las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 son la expresión de ese fenómeno. Aunque sin estrategia política ni dirección, esas masas expropiadas por el capital de los derechos mínimos se rebelaron a un estado insoportable. Esa falta de estrategia es producto de las secuelas de la dictadura y los años ´90 que hicieron cuerpo en la sociedad las ideas de la antipolítica: que la política es corrupción y que no es posible a través de ella generar cambios. En la misma resistencia de los movimientos sociales se pensó que había que alojarse en una sociedad civil incontaminada para crear nuevas relaciones sociales.  Es decir, las ideas del neoliberalismo calaron hondo en la sociedad ya que se pensaba al Estado como fuente de corrupción y lo público desvalorizado. Así surgieron las asambleas populares basadas en el horizontalismo, pero sin ninguna vocación de poder popular que se expresó en su fracaso por generar alternativas a la ilegitimidad de los partidos tradicionales. Tan pronto como se recuperó la economía los movimientos sociales y las asambleas dejaron de ser alternativas reales de poder.
Desde que asume Néstor Kirchner en 2003 se inicia un nuevo periodo para el capitalismo argentino que empieza a recuperarse de la gigantesca capacidad ociosa de la economía dejada por los ´90. En un comienzo, la mayoría de las expresiones sociales apoyan la gestión, para poder seguir en condiciones normales la acumulación de capital. En la primera gestión del actual modelo no se vislumbraban aún gestos importantes de ruptura con el neoliberalismo, mas allá de la importancia simbólica de sacar el cartel del genocida Videla en la ESMA y avanzar en los juicios a los represores como política de Estado. Será en la segunda gestión, a partir de que el gobierno de Cristina se ve enfrentado a un lockout patronal agrario debido a las retenciones a la renta extraordinaria, cuando se de un vuelco con características nacional y populares del gobierno. Ese conflicto es un antes y un después ya que en primer lugar  comienzan a salir a la superficie muchos fenómenos que no se hacían explícitos. Mas allá de la tradicional defensa corporativa de la Sociedad Rural contra el pueblo como es esencial a su historia, sale a flote el verdadero poder en las sociedades pos Estados de bienestar, esto es, el poder mediático. Sobre este nuevo sujeto, dice JP Feimann en un artículo (Página12  30/08/10) “el sujeto comunicacional es un sujeto informático, bélico, enmascarador, sometedor de conciencias, sujetador de conciencias, creador de realidades virtuales, creador de versiones interesadas de la realidad, de la agenda de lo que hay que hablar, capaz de voltear gobiernos…” en definitiva creador de la verdad, su verdad,  y por ende de subjetividades. Constructor de hegemonía, capaz de generar movilizaciones espurias, recordemos el caso del pseudoingeniero Blumberg o el campestre De Angeli que lo ubicaban en todas las pantallas al mismo nivel que la presidenta polarizando al país.
El conflicto con la patronal agraria entonces, desde nuestra perspectiva, marca un antes y un después de lo que será la orientación del gobierno nacional. La certeza de que, para lograr mínimas transformaciones en la redistribución de la riqueza (ya que ni siquiera se ha intentado tocar la propiedad) hay que batallar con el poder mediático. Excepto algunos medios independientes y pequeños, los medios concentrados con intereses directamente afectados (el grupo Clarín y La Nación son socios en Expoagro) intentaron reventar toda la legitimidad de un gobierno nacido de las urnas. Fue una batalla de verdades y por un tiempo triunfó una verdad particular (la de los empresarios más poderosos con el poder mediático) como verdad nacional, esto es, hegemonía. La expresión de ello fue la derrota en 2009 en los comicios legislativos del oficialismo. Se presentaba entonces el siguiente panorama: negociar una salida sin conflictos aceptando todo de la derecha política o radicalizar las políticas en un intento por ganarse la simpatía popular. Este último camino es el que se adoptó. Ley de servicios de comunicación audiovisual, estatización de los fondos de los jubilados, Asignación universal por hijo fueron las principales medidas que le vienen renovando el consenso al gobierno. Son políticas sociales de carácter claramente confrontativo con el orden neoliberal. El poder mediático se radicalizó en su lucha por imponer la agenda (este fenómeno no es propio de Argentina, sino que también se repite en Venezuela, Brasil, Ecuador, Bolivia y Paraguay) pero se dio un vuelco y el que ahora impone mayoritariamente la agenda es el gobierno. La reciente denuncia del Estado sobre la complicidad del grupo Clarín y La Nación con la dictadura, expresado en el caso de la apropiación de Papel Prensa a costa de silenciar lo que sucedía, suma otra certeza en la sociedad acerca que la dictadura no fue un hecho de locuras militares simplemente, sino que también fue un proyecto de transformar la economía y la sociedad acorde a los grandes intereses empresariales
Actualmente se recupera la imagen presidencial  y el candidato oficialista tiene mayoría de cara a las elecciones de 2011. Néstor Kirchner ha afirmado que el objetivo de este gobierno a largo plazo, -que los hechos conflictivos de coyuntura creemos que lo han hecho proyectarse como nacional y popular – es lograr la sociedad del fifty-fifty en las proporciones de ingreso nacional entre capital y trabajo. Semejante objetivo, más la muy lúcida política exterior del gobierno expresado en las alianzas con Latinoamérica impulsando un mundo multipolar antiimperialista, le presentan al campo de la izquierda en general sólo dos posibles estrategias, como bien define el sociólogo brasilero Emir Sader para los gobiernos progresistas de America Latina. La primera es la oposición frontal: sus consecuencias son el aislamiento en lógicas ultraizquierdistas y doctrinarias sin ninguna capacidad de acumular fuerzas o ser alternativa. Esta estrategia cree que el enemigo a derrotar es Kirchner y para ello hace alianzas hasta con la derecha más tradicional. La otra estrategia caracteriza a este gobierno como contradictorio e híbrido, y considera que hay que hacer alianzas con los sectores progresistas del gobierno a fin de fortalecer los elementos que atacan al neoliberalismo como ser la autonomía del Banco Central que está siendo puesta en cuestión y sería un golpe al capital financiero. Fortalecer la lucha contra el agronegocio o contra el poder mediático y seguir avanzando en la distribución del ingreso. Esta estrategia además promueve la unidad con Latinoamérica.
A la defensiva, el poder mediático  ha instalado la idea de una sociedad crispada que no soporta más a este gobierno. Por un lado, saludamos esa crispación ya que es expresión de una vuelta de lo político, de lo público, después de una sociedad vaciada de sentido como fueron los años ‘90. Por otro lado, se ha derribado la famosa tesis de la política argentina de los últimos tiempos de que “tres tapas de Clarín en contra voltea un gobierno”. Hace poco fuimos testigos de la patética movilización de unas 50 personas en defensa de Fibertel (la compañía sin licencia del grupo Clarín).
Los motivos principales por los que este gobierno está creciendo popularmente entre otras cosas,  es porque está poniendo en cuestión el neoliberalismo, el Estado está volviendo a ser regulador de la economía y las relaciones sociales, asestándole un golpe a la mercantilización de todos los aspectos de la vida cotidiana. Hoy la lucha es contra el modelo de individualismo extremo y exclusión social. Es un punto mínimo para reestablecer los lazos sociales destruidos desde la dictadura en adelante y para avanzar en programas de máximas. Se puede establecer una analogía en la actualidad acerca de lo que está sucediendo en un importante sector de la juventud con lo que sucedió con la juventud en los años ´60 y ´70, esto es: la juventud en aquellos años se vinculó a la militancia en el peronismo porque representaba la lucha por la justicia social y también y muy importante, la lucha contra el oscurantismo de la dictadura militar, y en la actualidad, la militancia a favor de la ley de medios contra el oscurantismo de los medios concentrados de comunicación hace que un sector importante nos sintamos identificados con el gobierno que le dio impulso a una demanda de la sociedad civil de muchos años. Por esta gran avanzada democratizadora que representa esa ley y todas las políticas sociales y las que aún faltan por profundizar, es que el proyecto encabezado por Cristina Fernández se debe profundizar.



Por acá
 HOY ES CUANDO


Por Gastón Florio
gastonflorio@elpancholacoca.com.ar

El fallecimiento de Néstor Kirchner demostró lo que significó su figura en los últimos años del país. Lamentablemente nuestra esencia humana lleva a reconocer a personajes en momento que ya es tarde, cuando su obra culmina o cuando ya no se puede continuar por su sendero. Pero, en este caso, no es así. La obra iniciada en el 2003 no ha caducado con la desaparición física de su líder; sino que hoy, esta más vigente que nunca. Quizás esa fue la última clave que le ha dejado el ex presidente a su pueblo, sacudiéndonos a todos y tomando conciencia de que importante son los cimientos colocados desde su llegada a la presidencia de la Nación, no solamente para el país, sino también para toda la región.
Un buen punto para empezar a desmenuzar esta pérdida, sería centrarse en lo que pasó en la Plaza de Mayo después de la tremenda noticia. Oleadas de personas llegaban a despedir a Néstor Kichner, buscando consuelo en el otro, intentando volcar su dolor y convertirlo en apoyo incondicional a Cristina Fernández. Trabajadores, estudiantes y profesionales entraban a la Casa Rosada después de interminables cuadras de cola, para darle el último adiós a su compañero de batalla, al hombre que había introducido en los últimos años de su vida, una pizca más, de alegría y dignidad. Sin embargo (a pesar de la congoja), esa Plaza no murió en la multitudinaria despedida, sino que el pueblo entero reiteró su apoyo a la presidenta y al modelo. “A Cristina no la van a tocar”, grujían previniendo a los gorilas de siempre, que ya están especulando y operando desde la sombras. También Cobos fue muy recordado por el pueblo y otros hipócritas que tuvieron el tupé de llegar al Salón de los Patriotas Latinoamericanos, pero en tanto la pantalla gigante de la plaza los mostraban, los silbidos resonaban.
Ese pueblo se había encontrado en ese mismo lugar, años atrás. Pero por razones antagónicas. En los días de 19 y 20 de diciembre del 2001, no se estaba despidiendo a nadie, no se encontraba entre la muchedumbre el más sincero respeto a ninguna figura, ni el apoyo a ningún modelo. Sino todo lo contrario. Y sin embargo era el mismo pueblo. El del 45, el 2001 y el que le dijo “hasta siempre” y gracias a Néstor Kichner. Pero, ¿Cómo puede ser? ¿Estaremos locos? ¿O simplemente será que la etapa histórica ha cambiado? Aquel 17 de octubre el pueblo fue a buscar a su caudillo. El 19 y 20 rompió todo, para que lo escuche y no lo castiguen más; y  hoy, ese mismo, el que nunca se equivoca, fue a dar la gracias y a decir: “de aquí en más, ni un paso atrás”. Menos de nueve años transcurrieron de ese grito popular “que se vayan todos” al agradecimiento al  ex presidente. Un cambio de sentimiento rotundo vivió nuestro país, para semejante contraposición, y definitivamente su autor fue: Néstor Kirchner.
 Llegó a la presidencia de la mano de Duhalde, manteniendo autonomía en sus decisiones y en cuanto pudo se lo llevó puesto. Pateó ese escalofriante tablero de gobernabilidad reestructurando la Corte Suprema y derogó las leyes que castigaron nuevamente a nuestros 30.000  compañeros. “Vengo a pedirles perdón en nombre de Estado Argentino, luego de 20 años de ausencia”, les dijo a miles, en la inauguración del Museo de la Memoria. Nos hizo dar cuenta, que nuestra apolitización, no era una virtud, sino una derrota más. Por ello, principalmente los jóvenes como nosotros, le estaremos eternamente agradecidos. Abandonó la política digitada desde Washington y recuperó la consigna “Unidos o Dominados”. Se enfrentó a los tradicionales poderes reaccionarios del país y al establishment económico. Cuando todos lo atacaban para que cedieran, el redoblaba la apuesta. Supo gobernar sin las tapas de Clarín e inició, (junto a Cristina) el camino para empezar a investigar a los civiles socios de la última dictadura genocida.  
En su asunción el 25 de Mayo del 2003, quiso dar el mismo mensaje político de unión latinoamericana que el ex mandatario Cámpora.  Así, Lula, Chávez y Fidel (entre otros) asistieron al Congreso Nacional, con la enorme expectativa de conseguir un nuevo aliado en la región. Sin embargo, encontraron algo más, se toparon a un compañero de la Patria Grande. En la noche de ese 25 de mayo, Chávez y Fidel permanecieron dialogando hasta altas horas de la madrugada. En un momento el Venezolano le afirmó a Fidel, que a su parecer había encontrado a un aliado, y el sabio cubano respondió: “No Hugo, encontramos mucho más que eso”. Dos años más tarde, todos juntos (mas Evo), le escupieron la cara al imperio en Mar del Plata, gritando: “ALCA, al carajo”. Hoy, al igual que el pueblo argentino, lo recuerda toda Latinoamérica. “Me siento un huérfano”, decía Evo cuando llegaba a su velatorio. Lula suspendió su cierre de campaña, para asistir a la Casa Rosada. Chávez, Mujica, Santo, Lugo, Correa y Piñeyra, también llegaron al país para despedirlo.  “Ha muerto un justo, llorarlo sería poco. Sigamos su ejemplo” decía Hugo Chávez, parafraseando a José Martí, en referencia a la muerte de su amigo y compañero. Néstor Kirchner logró un protagonismo principal también en el plano regional. Más allá de las diferencias tácticas con el resto de los presidentes Latinoamericanos, su estrategia y sueños por la unión, la demostró desde las primeras horas. Así, la Unasur lo designó como el primer Secretario General de ese organismo. Y pese a la desdicha de muchos gorilas locales, desempeñó con eficacia su rol. Por esto, en el momento del velorio, el presidente de Colombia quiso reconocer la mediación de Néstor Kirchner en el conflicto de Colombia-Venezuela de meses atrás, el cual estuvo al borde de llegar a una disputa armada en la región. Así, Santos le pidió permiso a Cristina Fernández de Kirchner para aguardar al presidente Hugo Chávez y abrazarse en público, y de este modo, hacer homenaje a la obra de su marido, por la paz y la unión de nuestros pueblos.
Otro aspecto que la historia le reconocerá al ex presidente, es la resignificación del discurso político. Recapituló la mejor concepción del Estado, volcándolo hacia su función de regulador, tirando a un costado las palabras del neoliberalismo, donde la “mano invisible” es la garante de la estabilidad. Recuperó también la importancia del trabajo y el consumo interno del país, como motor de la economía nacional, contraponiéndolo al capital especulativo rey de la década pasada. Llegar al Fifty-Fifty en poco tiempo era su anhelo. Recuperó las paritarias anuales para los trabajadores, después de años. Le impidió a las fuerzas de seguridad el arma de fuego en escenarios de protestas sociales. Y volvió a posicionar a la educación, como única solución para la inseguridad.    
Sin embargo, para muchos extraterrestres, Néstor es igual a Menem. Durante su vida política fue corrido por derecha y por izquierda. Los primeros, no asombran su postura. La oligarquía y el “medio pelo” argentino hasta el día de hoy, se encuentran aglutinados detrás del CEO de Clarín en busca de torcerle el brazo al oficialismo. Pero gracias a su mediocridad de acción y su primitivo discurso político, no pueden salir de las cuerdas. Y por otro lado la izquierda, que en los últimos tiempos, más que aclarar al pueblo, lo confunde. Así los vemos jocosos a algunos almorzando con Mirtha Legrand y a otros junto a Biolcati. ¿Qué dirán ahora? ¿Cómo explicarán la masiva despedida a Néstor Kirchner? ¿Seguirán haciéndose los distraídos y buscando cámara en TN y líneas en Clarín? ¿Hasta dónde llegará su oportunismo?
Muchos, se apresuraron a comparar este momento con la muerte de Perón y el gobierno posterior de Isabel. Los principales diarios del país, salieron como fieras a aconsejarle a la presidenta de la Nación que se respalde en los intendentes y termine en “paz” su mandato. Sin embargo, se equivocan una vez más. La muerte del ex presidente es una pérdida muy fuerte para el campo popular y el proyecto nacional. Pero de ningún modo es un cambio de rumbo. Tampoco es pérdida de conducción. Contamos con una presidenta capaz de gestionar, de conducir y de acompañar a la profundización del modelo. En paralelo el gobierno y sus bases cuentan con muchos cuadros valiosísimos, que están dispuestos a seguir trabajando para la construcción de un país mejor. No es posible frenar este proceso, el motor está en marcha y todos los militantes a bordo. Los juicios seguirán en marcha. Ninguna medida cautelar conseguirá frenar las ideas y los proyectos de los argentinos. La Asignación Universal por Hijo seguirá mandando a los pibes en las escuelas y seguiremos trabajando para crear trabajo, en pos de las generaciones futuras.  Los nietos seguirán recuperando su identidad y todos viendo como los cómplices de la dictadura van perdiendo ese macabro velo de impunidad. Seguiremos luchando junto al gobierno, para avanzar a nuestra soberanía económica y hacia la integración Latinoamericana.
Sin dudas el proyecto político iniciado en el 2003, hoy esta más vivo que nunca. El Estado volvió a tomar su rol de panificador de las políticas sociales y regulador de la economía. Las bases sembradas son muchas y los enemigos, también. La polarización que temían algunos, se demostró que era una fantasía más, de los formadores de noticias y de la izquierda funcional a la derecha. El pueblo, todo, tomó la senda de la unión para bancar el gobierno y ofrecerse para la profundización del proyecto político. Por esto, es la hora. Es el momento  de acompañar, de militar, de dar la muestra que ya estamos hartos que nos vendan pescado podrido. Tomemos en nuestras manos este vital proyecto político para canalizar nuestro deseo por un país más justo, por la distribución del ingreso, por la aplicación de la ley de medios y por la unión de la Patria Grande. Hoy es cuando, compañeros…   



Nuestra América
LA HORA DE AMÉRICA LATINA


 Por Norberto Galasso

América, como continente geográfico que va desde Alaska hasta Tierra del Fuego tiene dos historias contrapuestas: la del Norte y la del Centro y Sur.
La América del Norte, del río Bravo que limita a Méjico con Estados Unidos, es una historia de lucha donde una burguesía industrial del nordeste logró imponerse sobre los latifundios y dueños de esclavos que los explotaban, en las costas del golfo, y hacían grandes negocios por  el puerto de  Nueva Orleáns. Esa guerra de secesión, que terminó en  1865, permitió el fuerte desarrollo capitalista y el avance hacia el far West. Los ferrocarriles se cruzaron de costa a costa y el país creció hacia adentro, con un fuerte desarrollo económico. Los esclavos se tornaron obreros -y fueron explotados como tales- pero también se convirtieron en consumidores. El algodón, que se exportaba rumbo a Inglaterra, sirvió de materia prima a las fábricas textiles del noreste y quebró la división internacional del trabajo de los yanquis con los ingleses. Con fuertes aranceles aduaneros creció un capitalismo nacional que luego pasó a su etapa superior, el imperialismo, engulléndose más de la mitad del territorio mejicano, y luego dando zarpazos sobre Puerto Rico, Cuba, desmembrando América Central y  avanzando hacia el sur para quedarse con materia prima y salarios bajos, hasta llegar a ser la primera potencia mundial.
En el resto de América, el proceso fue inverso. Triunfaron los exportadores de materias primas, que no querían industrias, y sólo se limitaban al negocio comercial en los puertos. Aquello que pudo ser la  Patria Grande de San Martín y Bolívar se despedazó en una veintena de países dependientes, monoexportadores, semicoloniales, saqueados y expoliados por el imperialismo yanqui y el imperialismo inglés. Sin industrias, cundió la desocupación y así también la enfermedad, el analfabetismo, la deformación económica, el endeudamiento externo. Uno era el tiburón, como dijo  Juan José Arévalo y los otros, las sardinas. Así nació la OEA, las prerrogativas del FMI y todos los elementos de dominación y expoliación.
Pero desde 1998, América Latina empezó a cambiar con la llegada del comandante Hugo Chávez al poder y la instalación de la República Bolivariana de Venezuela. En esta última década se fueron sucediéndose los cambios, ya imparables, en la mayor parte de los países y aquello que parecía un sueño empezó a concretarse: un hombre de los pueblos originarios pasó a gobernar Bolivia, un tornero llegó a la presidencia de Brasil, un sacerdote del pueblo pasó a liderar al  Paraguay, el sandinismo renació de sus cenizas, ex guerrilleros, como Funes en El Salvador y  Mujica en el Uruguay se convirtieron en primeros magistrados, un economista formado en Harvard asumió en Ecuador para expulsar a los norteamericanos de la base de Manta. Y en la Argentina, un presidente imprevisto, se sacó de encima el monitoreo letal del FMI y recuperó las banderas de Perón.
Al mismo tiempo, en 2005 fue hundido el ALCA en la cumbre de  Mar del  Plata, de donde Busch salió con el rabo entre las piernas y poco tiempo después fue tomando fuerza el  UNASUR, con los consiguientes proyectos de Banco del Sur, empresa energética latinoamericanaa, comité de defensa militar sudamericano y otras formas de afianzamiento el ALBA, el MERCOSUR, etc.
Hoy vivimos una hora excepcional, la hora de la soberanía latinoamericana, de la liberación y de la unión, que no podrá darse en los márgenes estrechos de las viejas relaciones de producción de explotación sino bajo nuevas formas de propiedad donde impere la solidaridad y el hombre sea capaz de gozar de la plena libertad, en camino hacia el Hombre Nuevo de que hablaba el Che.



Globo
EL FIN DE UNA ILUSIÓN


Por Mariano Salvatierra

Crisis, crisis y más crisis
Era como la ilusión del uno a uno. Ese elemento inquebrantable de la vida económica cotidiana que dejaba tranquilo a un sector siempre beneficiado dentro del sistema neoliberal. Era tal vez, la omnipotencia del llamado primer mundo, ese conglomerado de países que figuran como centrales: estabilidad económica, industrialización, un PBI alto, potencial militar, acceso a muchas pelotudeces. No sé, es distinto; la pasan mejor y hay menos quilombo. O al menos así parecía, el quilombo solamente estaba acá, en el Caribe, en la frontera de México y Estados Unidos, Afganistán, Irak, Sumatra, la isla de Java y por qué no en la nueva Rusia capitalista y el África. La clase media y los medios, produciendo y reproduciendo hasta el hartazgo una tendencia de sentido común, han sabido elaborar el imaginario de que Europa y Yanquilandia es el exponente máximo de este sistema; la meca del capitalismo, el ejemplo a seguir. Nuestra vanguardia para superar  nuestras crisis. Usted lector, mentiría si vivió en Argentina y me dijera que nunca escuchó que porque en España esto no pasa, porque en Estados Unidos lo matan, porque acá esto, porque allá eso y así. Y así, así, hasta que lo terminamos creyendo: ellos son mejores, nosotros unos pelotudos. Este es el peor país del mundo, el peor continente, y se nos llena de bolitas, ignorantes, mequetrefes. Todo es un quilombo. 

El día que el imaginario se fue a la mierda
¿Estados Unidos tiene una crisis? ¿En España hay cuatro millones de desocupados y también están en crisis? ¿En Francia rompen todo por la edad jubilatoria? ¿Hay piquetes y piqueteros vagos que rompen todo? ¿Cómo? ¿No era acá el quilombo? ¿Qué pasa? Pero, todo este tiempo… este país es una mierda, no ellos; somos nosotros los forros que arruinan el mundo. No, no puede ser…
Primero Grecia y la resistencia popular contra las medidas de austeridad. Nos quedamos asombrados al ver en la TV el despelote Socrático símil Argentina 2001. La cana reprimiendo, gases, muertos, todos en la calle. “Que se vayan todopopulus” Vaya a saber uno cuál era la consigna callejera. No importa. Nos vimos reflejados y observamos que el país de mierda de a poco llegaba a Europa. Sin más, pisaba fuerte la macana de los consejos del FMI, ese versito que nos humillaba, cuando perdíamos nuestra soberanía, cuando nos decían qué hacer y cómo y los intereses locales accedían arrodillándose sin un mínimo pudor. Advirtieron los economistas mediáticos: esto llegará a España. Los gallegos están hasta las bolas. Y sí, el mercado especulativo es así. Entonces, tras una gran resistencia, los políticos griegos bajaron los salarios de los empleados públicos, recortaron las jubilaciones y todo lo que implique gasto público. Palo y a la bolsa. Desocupación, malestar, pancitas que hacen más ruido que antes. Ahora España sólo debería esperar unos meses para ver llegar de a poco una tormenta imparable. La crisis cíclica del capitalismo financiero.
Como la ilusión del uno a uno, el primer mundo llegaba a su fin. No había tantos mundos como parecía.

Uno para todos y todos... ¿para quién?
En el 2001, mientras acá se dio el grito de guerra contra el neoliberalismo, en el viejo continente se unificó la moneda Euro. Era el nacimiento de una E fuerte y a la vez un símbolo de unificación económica. La UE, exigía algunos requisitos para poder ser parte de este engranaje; por ejemplo, demostrar tener una política monetaria y fiscal responsable, que priorizara la estabilidad de precios.  Esto se traducía en un examen de cuentas públicas y Grecia, decía el New York Times “engañó a la UE sobre sus datos reales de déficit público con la ayuda de bancos de inversión de Wall Street, como Goldman Sachs o JP Morgan, que ofrecieron al gobierno griego operaciones similares a las que causaron la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos. En concreto, Goldman Sachs habría ayudado al gobierno griego a disimular la obtención de créditos por miles de millones de euros, en un acuerdo que fue presentado como si se tratara de un intercambio de divisas en lugar de un préstamo. El dinero facilitado por los bancos de inversión nunca quedó registrado en las cuentas públicas de Grecia, que ofreció, a cambio de esos préstamos, pagos futuros con sus ingresos por tasas aeroportuarias y sus ganancias de la lotería.”  Fueron casi diez años de engaño que derivaron en lo que derivaron. Sin embargo, la complejidad de esta crisis no es como decir en un examen del secundario “en el 29 hubo crisis porque hubo sobreproducción”. No, la cosa acá es más turbia y el mercado, como señalamos antes, está regido por una globalización más descarnada y un nuevo ordenamiento del flujo del capital, un nuevo orden mundial. Con un sistema mundo tan complejo como innovador.  Los grosos de Wall Street estaban detrás de esto, y claramente, vienen siendo los grandes ganadores de esta crisis.
Para Grecia, el incremento de las importaciones de divisas, se tradujo en deuda pública. Siempre y cuando los capitales extranjeros siguieron penetrando con su capital,  hubo un virtual crecimiento. Pero el problema está cuando esta inyección se retira. Se pierde la competitividad, la actividad interna se desploma. En España esta situación se tradujo como financiación del boom inmobiliario. Según analisisdecoyuntura.com.ar “(…) la situación nos resulta muy familiar a los argentinos: “Si España aún tuviera su antigua moneda, la peseta, podría remediar rápidamente el problema con una devaluación, digamos, reduciendo el valor de la peseta un 20% respecto de otras monedas europeas.” Pero, cerrada esa posibilidad –igual que en Argentina mientras se consideró intocable el 1 a 1– España “sólo puede recuperar competitividad por medio de un lento y desgastante proceso de deflación.
El quilombo comenzaba a aflorar lentamente. La eurozona salía de la bobera neoliberal que los había engatusado. Creían que “el fin de la historia” era realmente que para ellos jamás nada volvería a suceder. El fin de los fines. Ahora, como un terremoto inesperado ese capital, siempre en movimiento, y sin frontera, los abandonaba, y por ende, los trabajadores siempre, al borde del precipicio devorador de hombres: la máquina del ajuste. Nuestro 2001 (salvando todas las distancias, claro).
El FMI tomaba su protagonismo tan deseado. Su alimento, la crisis. El PSOE (¡el socialismo!) se hizo, entonces, la barbarie. Los muertos y los detenidos griegos, junto al pedido de cooperación ciudadana por parte del primer ministro Papandreu, ya habían quedado atrás, en las calles atenienses de nieblas lacrimógenas. Quien ahora cruzaría por el centro del círculo de fuego, sería Zapatero, un líder progresista.  ¿Pero cuál es en todo esto el objetivo? Claro, tal vez, nuestro sentido común, señor/a lector/a, diría que es salvar los empleos, el trabajo, la seguridad social. ¡No! Permítame, con todo respeto, secar las lágrimas que corrieron por tanto reírme. Para nada, acá había que salvar los Bancos, hay que salvar al Euro, porque cae. Cae irremediablemente.



 1/2s?
A DESCONCENTRAR, A DESCONCENTRAR
Que la información es tuya, mía y de aquel



Por Eva Stilman
evastilman@elpancholacoca.com.ar

Este mundo, esta empresa
  El proceso de debate acerca de la nueva ley de medios ha traído, entre otras, dos consecuencias importantes para el conjunto de la sociedad. Por un lado, el consumidor de información ha perdido la inocencia, los riesgos de ser un espectador pasivo se han puesto a la vista. Por otro lado, a las empresas de información se les ha caído (y en parte se les ha arrancado) el velo de objetividad y neutralidad que era costumbre en sus discursos.
  Este artículo se escribe desde una postura que no pretende ocultarse, sino simplemente ser explicitada y explicada. Así que empezaremos con una afirmación, que para algunos sonará a sentencia: los autodenominados medios masivos de comunicación, no son medios ni comunican (creo haberlo escuchado de  un artista lúcido, hago propias sus palabras). Tratemos de desmenuzar tan arrogante proposición. En principio, son empresas privadas que producen y distribuyen información. En el mundo contemporáneo, la información ha devenido mercancía y el mundo de la información es un mercado controlado (como todo mercado) por las empresas más concentradas. Ahora bien, ¿qué implica decir que los “medios” son en realidad empresas privadas? No es ni más ni menos que afirmar que, si es una empresa privada, actúa como una empresa privada. ¡Tremenda perogrullada!, dirán. Pero es justamente lo más obvio, lo que generalmente no nos detenemos a pensar, precisamente por aparecérsenos como obvio. ¿Qué es lo que una empresa quiere? Las empresas buscan consumidores para el producto que ofrecen, no actúan como sociedades de beneficencia propulsoras del bien común, sino como empresas que quieren que sus productos sean los más consumidos, por lo que puede esperarse que no anhelen a la diversidad de productos en el mercado informativo. Es feo, pero así es el capitalismo, y eso es lo que pasa cuando un derecho social deviene mercancía… pero a no deprimirse y sigamos, ¿Qué más puede querer una empresa? Probablemente quiera ser dominante en el mercado y para ello tratará de eliminar a la mayor cantidad de competidores posible, tendiendo a la concentración y centralización (monopolización). Es feo, pero así es el capitalismo, y eso es lo que pasa cuando se deja a la información en las manos invisibilizadas del mercado. Pero a no angustiarse y sigamos…
  El proceso de concentración de empresas de información no ha sido un fenómeno exclusivamente local, pero la particularidad de nuestro caso es que tuvo su origen en la dictadura genocida que se hizo gobierno en 1976 y durante los gobiernos neoliberales que le sucedieron. El proceso de formación de oligopolios mediáticos en Argentina estuvo enmarcado en un contexto de sangre y hambre para el pueblo argentino. De esta manera, el control del mercado informativo quedó en unas pocas manos que imponen qué es una noticia y qué no lo es. El poder de circulación masiva de la información producida por los “multimedios” (que pueden producir información en todos los formatos vigentes: radio, televisión, prensa gráfica, web, etc.) genera una posición hegemónica en el control de la información. Este poder se evidencia no sólo en su capacidad directa de circulación masiva de sus contenidos, sino también en el efecto “rebote” que producen en otras empresas más pequeñas que reproducen la información o los temas impuestos por las empresas hegemónicas.

Es una línea, y otra línea, y otra línea más
  El mundo “mediático” que vemos es un mundo simbólico (no por ello menos real) que construyen empresas privadas: producen y nos muestran un relato de lo real construido a partir de edición, musicalización, titularización, zócalos, editoriales, publicidades e intereses. Ahora bien, la información siempre contiene un sesgo ideológico, esto en sí mismo no es un problema; porque la historia siempre es contada por alguien y ese alguien tiene objetivos, deseos, posturas ideológicas, roles sociales, etc. El problema está en saber a quién representa y favorece ese relato de lo real (relato que a su vez, forma parte de lo real). En este sentido, los autodenominados “medios”, ocultan sus intereses detrás de un velo de supuesta objetividad y neutralidad, que es lo que supuestamente legitima su pretensión de postularse como “independientes”. Nadie es objetivo ni neutral, lo que sí existe es una forma discursiva que por su retórica y gramática característica, simula y aparenta ser distante de los hechos que suceden y se narran. Defender intereses no es en sí mismo un problema, el problema reside en ocultarlo intencionalmente y presentarse como un narrador neutral y objetivo.
  Los oligopolios “mediáticos” tienen poder de construcción del sentido. Los grupos dominantes, la burguesía, la oligarquía, como quiera que se lo llame al poder hegemónico, dispone de la propiedad de los medios materiales de producción, pero también de los medios intelectuales. Tiene el  poder de monopolizar el sentido de ciertas expresiones,  hacerlas propias y postularse como el único legítimo propietario. Un ejemplo bien claro es la insignia de la libertad de prensa: las empresas “mediáticas” se presentan como sus únicos legítimos propietarios y la convierten en un slogan publicitario para vender sus intereses. He aquí el problema, porque cuando repetimos un discurso mediático y hegemónico, muchas veces compramos intereses ajenos que defendemos sin darnos cuenta de lo que estamos haciendo. Hacer eco de la ley de medios como una ley K o ley mordaza, es un ejemplo claro: ¿Cuántos habrán repetido esas adjetivaciones? Esa adjetivación es peyorativa, además de falsa. No es justa con las organizaciones sociales que participaron en su construcción. Pero acá está el poder de los oligopolios, el lograr que vastos sectores de la población se sientan más cerca de esos monstruos mediáticos que de los medios sociales y alternativos.
 Todos los “medios” bajan línea todo el tiempo, pero no en todos los casos esto está claro. Cuando miramos la TV pública sabemos que es un canal oficial y podemos tomar postura con respecto a los contenidos y formas de la información que re-presentan, el tema es que en el resto no tenemos esa chance de saber quién y qué re-presenta. Sin embargo, es cierto que los oligopolios mediáticos han perdido últimamente “las buenas formas” y cada vez son más visibles sus intereses corporativos.
Pero hay otra cuestión también, cuando consumimos información, aprendemos y aprehendemos ciertas visiones de la realidad. El mero consumo de información es un acto pasivo de aprendizaje, es decir, repetición mecánica del sentido incorporado pasivamente. No sólo los programas políticos, periodísticos, noticieros y canales informativos expresan ideología. También muchos programas “de entretenimiento” bajan sus líneas constantemente: pedir la pena de muerte, expresar indiferencia por el golpe de Honduras, presentar a las mujeres como meras portadoras de idiotez y curvas vendibles, son algunas de las otras formas que los “medios” tienen para bajar línea, y el tema es que esos contenidos son consumidos cuando el espectador tiene “las defensas bajas” o “bajó la guardia” porque precisamente, tiene ganas de entretenerse un rato y despejarse un poco después de la jornada laboral. ¿Quién va a sospechar que está siendo educado dos horas antes de irse a dormir?

Yo trabajo acá
  Muchos llamados periodistas se han transformado en meros presentadores de noticias, sin analizar la información que muestran. Los temas que cubren esos periodistas son los que el medio les impone, pero además muchas notas y secciones se han convertido en editoriales no explicitadas como tales. Se cubren sólo las noticias que deben ser consideradas según intereses publicitarios, corporativos y/o políticos.
  Pero la cosa no termina ahí porque en los últimos tiempos, muchos de los llamados periodistas parecieran ser verdaderos voceros de intereses corporativos de las empresas “mediáticas”. Supongamos que ese es su deseo, tienen total derecho a hacerlo, pero entonces que no nos corran después con la de “somos trabajadores defendiendo nuestros puestos de trabajo”. Con el mayor de los respetos: vamos muchachos, no nos tomen por boludos. Una cosa son aquellos que recién inician su carrera, se ven limitados por cuestiones de supervivencia propia o familiar, en fin, de todos aquellos que se ven forzados a vender su fuerza de trabajo para garantizar su existencia. Otra cosa son aquellos que ya tienen bien garantizado su pasar y por motivos de confluencia ideológica o jugosas pagas deciden adherir y ponerles la cara a los intereses del patrón. No todos deben considerarse proletarios porque, a juzgar por sus salarios, están bastante lejos del promedio de los trabajadores. Más bien podríamos pensar que están mucho más cerca de los gerentes y bien se sabe que el gerente (al igual que el capataz) tiende a pensar como el dueño, porque le es necesario para cumplir exitosamente su labor. Por tanto, el gerente tiene una conciencia mucho más parecida a la del patrón que a la de un compañero trabajador. Digamos que hay figuras que parecen ser endemoniadamente caras, como para tratarlas como simples trabajadores...

Yo me bajo acá
 A estas alturas podemos afirmar que la información no es cualquier tipo de mercancía, ya que produce sentido común, opinión y predispone a ciertas prácticas. Los “medios de comunicación” son formadores de conciencia. Claro que la conciencia que les sirve a sus intereses no es una conciencia crítica y activa, sino una conciencia alienada, colonizada y pasiva. Quizás la palabra medio no estaría tan mal utilizada si, en lugar de definirlos como medios de comunicación, los llamáramos medios de colonización, pero bueno, no es hora de ponerse tan rigurosos con las etiquetas.
 Durante mucho tiempo, parecía que nada ni nadie los iba a parar, hasta que se lograron consolidar las demandas de organizaciones sociales, vastos sectores de la población y dirigencia política que pintó el debate sobre la ley de medios sancionada durante la última dictadura. La nueva ley de medios es un paso para decir: la información es un derecho, no una mercancía; un derecho social para la construcción de nuestra conciencia.
 De aquí la importancia del rol de medios alternativos o sociales ya que no se trata sólo de desmontar un aparato de dominación ideológica y reemplazarlo por un aparato diversificado de “PYMES” que garanticen un libre mercado de mercancías informativas (al estilo yanqui de libre competencia). No es cuestión de hacer un zapping más colorido y atractivo para espectadores pasivos, sino de comprender la importancia de recuperar espacios para la construcción de sentido para que puedan ser expresadas las demandas de los sectores populares desde sus propias bocas.
  Disculpas por la extensión del artículo, pero hay que darse un debate profundo, porque lejos de haberse agotado en la sanción de una ley, nos demanda una participación activa para que su implementación efectiva sea realmente un triunfo para los sectores populares. Si llegaste hasta este párrafo, realmente gracias por las ganas y el tiempo dedicado a leer una nota de una nueva publicación. Para terminar, muchas fueron las declaraciones alrededor de la ley de medios, nos quedamos con la de un manifestante que en la marcha para exigir la implementación efectiva de la  nueva ley dijo algo así como: “quiero ver y que me vean, quiero escuchar y que me escuchen”. Creemos que por ahí viene la mano, y por ahí vamos nosotros.



Social
Sí, quiero. Ahora puedo
Pensando al matrimonio igualitario


Por María Eugenia Asato
eugeniaasato@elpancholacoca.com.ar

Quiero compartir con ustedes algunas reflexiones acerca de la histórica ley sancionada recientemente que permite casarse a las parejas del mismo sexo.
La ley de matrimonio igualitario se consiguió tras 15 horas de debate en el Senado, 3 meses de discusión en comisión, 3 años de campaña de la comunidad lésbica, gay y trans; y muchísimos años de lucha histórica. Todo un proceso que requirió de tiempo, paciencia, energía, perseverancia. Como la maduración de las frutas, las sociedades maduran y llegan a conquistar estos logros.
La votación fue peleada, dándose en este caso una votación no por bloque sino personal. Sin embargo, el espíritu optimista y esperanzado no cedía. Finalmente, la votación concluyó con 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones. A último momento se fueron del recinto, tres referentes del Peronismo disidente: Carlos Reutemann, Adolfo Rodríguez Saá y Juan Carlos Romero.
A primera vista en las notas de Clarín, encontramos en el encabezado de las notas acerca de la nueva ley, la denominación “matrimonio homosexual”. Toda denominación expresa una visión. Esta expresión, muestra que ganó derechos “ese grupo” y no va más allá: plantear que se avanzó en materia de igualdad de derechos, y por lo tanto, es un avance para el conjunto de toda la sociedad.
Con respecto al mal sentido común, no es raro que se caracterice al homosexual como promiscuo y abusador, como si algunos  heterosexuales no fueran promiscuos y abusadores. Elena Corregido del Frente Just. Chaco Merece más, dijo que “se ha metido a niños en medio del debate con intención de meter miedo, como si las personas homosexuales fueran anormales, perversas”. Lucía Corpacci del FpV de Catamarca manifestó la “supuesta normalidad heterosexual”. Desde mi punto de vista, la perversidad no es una característica propia de los homosexuales. Lo perverso no discrimina por sexo sino que también existe en los heterosexuales.
En el recorrido de los argumentos del debate, encontramos a la senadora Negre de Alonso del PJ disidente de San Luis, quien votó en contra de la ley y expuso un video-propaganda, para nada informativo y sin solidez en su postura. Además dijo estar preocupada por la educación sexual que recibirían niños y niñas: “Me preocupa qué va a hacer la ley de educación sexual. Vamos a tener que enseñar qué es ser gay, lesbiana, travesti, transexual... Eso”. Y, sí señora, esta es la compleja y diversa realidad. “Ya no vamos a poder decir que solamente hay hombre y mujer. Les vamos a enseñar que es una construcción cultural”. Desde ya, ¡la sexualidad es una construcción!
Entre una de las alternativas que se plantearon, podemos hallar a la unión civil, la cual intentó enmascarar la discriminación. La unión civil, dijo Liliana Negre de Alonso, es otorgar derechos (Oh oh oh discriminación! diría la banda reggae local Resistencia Suburbana) Claramente la unión civil estigmatiza y discrimina. Me pregunto ¿de dónde viene esta señora? Y encuentro que milita con Rodríguez Saá, y milita también, nada más y nada menos que en el Opus Dei (institución perteneciente a la Iglesia católica que se caracteriza por su sectarismo y por ser ultraconservadora). Por su parte, Clarín criticó la eliminación del tratamiento de la unión civil. ¿Qué te pasa Clarinete, mejor enmascarar una “pseudoigualdad” bajo la bandera de la unión civil?
En relación al matrimonio, para Josefina Meabe, del Frente de todos de Corrientes, la unión de parejas es para la procreación. Éste no es necesariamente el fin del matrimonio, que en último término es un contrato.
Uno de los temas más polémicos, que trajo aparejado el matrimonio de personas del mismo sexo, es la adopción. “¿Y además que adopten hijos?”. Esta es una expresión de indignación, presente en muchos legisladores y en algunos sectores de la sociedad. Pero debemos ver la realidad: las familias no se caracterizan  por si son biológicas, sino por si son un lugar de contención, cuidado, educación y afecto. Además, la compleja realidad muestra nuevas familias. Investigaciones empíricas demuestran que las parejas homosexuales no tienen menos habilidades en cuanto a la paternidad y que sus hijos no muestran falencias con respecto a hijos de padres heterosexuales.
Como pasó con otros temas, pudimos ver que la discusión se convirtió en un circo. En la mesa de la Chiqui, días antes de que se votara la ley del matrimonio igualitario, Mirtha Legrand le preguntaba al diseñador de moda Roberto Piazza: "Roberto te voy a hacer una pregunta muy delicada: la pareja de homosexuales, suponte que adoptan a un chico, como tienen inclinaciones homosexuales, ¿no podría producirse una violación hacia su hijo?". A lo que Piazza le respondió muy calmadamente (para mi gusto demasiado calmado) que no, que era una perversión el abuso, que no tenía que ver con la inclinación sexual.  Estas declaraciones de Mirtha Legrand, a pesar de sus disculpas públicas, son un agravio contra toda la comunidad homosexual y muestra de una ignorancia que permite una televisión enmascarada bajo la bandera del “pluralismo” y que no controla los contenidos que se difunden. Además la televisión forma opinión y aunque sabemos que algunas personas piensan lo que dijo Mirtha Legrand, no todo se debe permitir.  Otra de las discusiones que se dieron en esta “bendita” mesa fue la de Pepe Cibrian con la diputada Cynthia Hotton quien se opone a la ley. En referencia a la alternativa de  adopción de chicos que están expuestos a vivir en la calle de tener un hogar con padres del mismo sexo, Pepe Cibrian le preguntó ¿Pepe o calle? Cri… cri… por parte de la diputada. Después respondió que presentó proyectos de adopción pero claro está, sin incluir a las parejas homosexuales. De todo tiene este circo. Y, como no podía faltar: tarán… ¡el payaso!: el diputado Alfredo Olmedo, el empresario sojero salteño que regalaba coches y motos para que lo voten. En el programa de Lanata, “Después de Todo” que va por canal 26, esto le preguntaba Jorge Lanata y esto respondía Alfredo Olmedo: ¿Es cierto que en su campaña electoral regaló coches y motos para que lo voten?. Así es. Tenía una forma de llamar a la gente para que vaya a los actos, no tengo punteros políticos ni la plata ni la estructura del Estado para mover a los actos entonces sorteamos 4 autos en total y saqué 83 mil votos. La diferencia es que la plata era nuestra no del Estado.  En la misma entrevista declaraba: “Yo tengo la mente cerrada y la cola también, para que no le quepa ninguna duda, bien clarito”. Este personaje con su llamativa campera amarilla, que más que reír nos hace llorar, se caracteriza por sus declaraciones, que muestran una discriminación con rasgos retrógrados, ignorancia y desfachatez.
Y, como no podía faltar, la cúpula de la Iglesia católica expuso su mirada. Nuevamente la cúpula de la Iglesia salió a la cruzada con declaraciones retrógradas. ¡Otra vez sopa! Bergoglio manifestó que era una movida del diablo, que la envidia del demonio era la que estaba dentro de la ley. Ya en 1994, el obispo Quarracino, dijo que los homosexuales eran enfermos y había que ponerlos en un gueto. A lo que le respondo: la homosexualidad no es un trastorno ni una enfermedad sino una orientación sexual. Según Marcelo Alejandro Guinle del Frente por la Integración de Chubut, los pastores deberían recibir la diversidad con los brazos abiertos. Además, la cúpula de la Iglesia católica, castigó a los que estaban a favor de la ley. Cabe rescatar el coraje de los cristianos que contrariaron a la cúpula de la Iglesia.
En la misma vereda de los cristianos a favor de la ley,  para Blanca Osuna, del FpV de Entre Ríos, “los católicos de respuesta positiva ante la ley, nos ponemos del lado de los humillados”. Jesús hoy estaría del lado del marginado por la sociedad, ¿acaso no lo son los homosexuales? Esto entendieron, algunos curas y laicos que se han manifestado a favor de la ley. Lo que demuestra que no toda la Iglesia es homogénea. Sin embargo, mal no le vendría a la cúpula católica y a algunos laicos, revisar prácticas y mensajes de Jesús.
En cuanto a la manifestación, miles de personas siguieron la sesión por radio y se manifestaron en la Plaza de los Dos congresos, en donde se había montado la Carpa de la Diversidad. En la vigilia hubo música, consignas y disfraces. Estuvieron presentes: el ministro de economía Amado Boudou, el legislador porteño de Proyecto Sur Fabio Basteiro, la cantante Patricia Sosa y Kevin Johansen quienes actuaron en el escenario montado en la plaza, los dirigentes de organizaciones de gays y lesbianas Maria Rachid y César Cigliutti, la dirigente del MST Vilma Ripoll, dirigentes de centros de estudiantes, militantes del Movimiento Evita, La Cámpora,  el PO, el Frente Transversal, la CTA, el Movimiento de desocupados Anibal Verón, la Juventud Radical de la Capital, la FUA, la FUBA, el movimiento feminista Pan y Rosas y otras organizaciones sociales y políticas .  También se manifestaron en contra, militantes católicos y de iglesias evangélicas. Entre éstos y las agrupaciones políticas hubo pequeños incidentes, pero la fiesta se realizó en paz, y no como planteó Clarín, que hizo hincapié en que hubo un fuerte cruce.
Los manifestantes a favor de la ley, se expresaban frente a lo que iba sucediendo en el recinto. Ante la abstención de María José Bongiorno, la plaza festejó. Durante toda la jornada se vivió un clima festivo. La alegría, pareciera que es algo que nos quieren arrebatar. Muchos medios no la estimulan, sino todo lo contrario, la desalientan, mostrándonos que son todas “malas noticias”. No perdamos la alegría, y menos ante la posibilidad de luchar juntos por nuestros derechos.
En relación a las minorías, Blanca Osuna argumentó: "No son cuestiones religiosas o morales las que están acá en juego. Estamos planteándonos la responsabilidad que tiene la democracia con minorías discriminadas". Las minorías deben ser respetadas, reconocidas en toda Democracia ya que ésta se enriquece y no ser consideradas como amenazantes.
Se ha dado, sin duda, un paso importante en materia de igualdad, uno de los  principios de la Revolución Francesa. Entre otros, Filmus manifestó que el proyecto avanza en la construcción de una sociedad más igualitaria y democrática.
Para José Manuel Cano, del Acuerdo Cívico y Social  de Tucumán, hubo una división de la Sociedad. Siguiendo en esa línea, Adolfo Rodríguez Saá, titular del bloque del PJ Federal, declaró: "Con la unión civil hubiéramos encontrado un camino de consenso contra los fundamentalistas que quieren dividir". Desde ya! Eso genera el debate!  Voces a favor y en contra. Lo contrario sería algo idílico. Es importante que se instale el debate en una sociedad muchas veces indiferente y con prejuicios.
Claramente, con la ley se ha hecho historia. Desde luego, con esta ley se ha avanzado  en materia de derechos. La nueva ley es un hecho histórico en América Latina, siendo la primera ley que permite casarse a personas del mismo sexo. Esto fue posible gracias a la organización colectiva que se vio en el protagonismo de organizaciones, legisladores, periodistas, y por supuesto ¡la participación del pueblo! Todavía queda mucho por andar. Pero, a festejar, tomar un respiro y seguir andando, rescatando la importancia de poner el cuerpo, la voz, y el voto.


Cultura
LA HORA DE LOS PUEBLOS

“Para los latinoamericanos este ‘hoy’ 
de la historia es una ruptura, un juicio
un llamado a la solución”  
(Justino O´Farrell)



Por Carla Wainsztok

¿Cómo no conmoverse ante la plaza llena de pueblo? Si, de pueblo no gente o de público. Ahí estábamos nosotros, los/las trabajadores, los/las jóvenes, los/las militantes, los/las cumpas, aquellos/as que se sintieron, nos sentimos convocados a despedir a Néstor. A un soñador de la Patria Grande.
Como toda ceremonia popular, se juntan el dolor y la alegría, el exceso, el desborde, quién quiera comprender que comprenda. ¿Cómo no contemplar con los ojos llenos de lágrimas el altar frente a la Casa Rosada? Allí había dibujos, palabras, flores, velas, es decir ofrendas. Ofrendas al compañero que ya no está, pero está. Está en nuestros corazones, en nuestros anhelos.
¿Cómo explicar que había compañeros/as camaradas que esperaban por horas ingresar a la Galería de los Patriotas Latinoamericanos para despedir por última vez a Néstor?
¿Qué sentimientos supone correr al lado del coche fúnebre, tocarlo como quién toca al compañero? Y mientras el furgón comenzaba a circular, escuchar la Marcha de San Lorenzo. La misma marcha que nos emocionó en los festejos del Bicentenario.
¿Cómo no dejarse estremecer por los abrazos de los presidentes latinoamericanos? El abrazo de Lula, un Lula que no podía ocultar sus lágrimas, ¿por qué habría de ocultarlas?, en ese abrazo de Lula a Cristina donde se veía una vez la imagen de la mano de Lula, allí donde la máquina le quito un dedo. Como se ha dicho una y mil veces los presidentes y nuestros pueblos se parecen cada vez más. Recordemos sino a Cardoso, a Collor de Melo.
Y las palabras de Evo, “Me quedé huérfano, siento que perdí a un hermano mayor, a mi padre, a un amigo, a todos juntos. Siento que toda América Latina quedó huérfana del hermano Néstor, que fue el primer presidente de todo el continente, él me enseñó con el ejemplo que los latinoamericanos no somos el patio trasero de ningún imperio” y a quién le falta memoria recordemos que el presidente boliviano, el Goñi no sabía hablar bien el castellano. Eso si, sabía muy bien el inglés.
Como nos enterneció, el discurso de Chávez, en la elegía a Cecilio Acosta. El texto de José Martí, escrito en 1881, tengo el texto junto a mi mano, permítanme citarlo un poco más allá del parafraseo del comandante” Ha muerto un justo (…) Llorarlo fuera poco. Estudiar sus virtudes e imitarlas es el único homenaje grato a las grandes naturalezas digno de ellas. Trabajó en hacer hombres: se le dará con gozo con serlo ¡ Qué desconsuelo, ver morir en lo más recio de la faena a tan gran trabajador! Sus manos, hechas a manejar los tiempos, eran capaces de crearlos (…) Quería hacer la América próspera, y no enteca: dueña de sus destinos”
Y que decir de la compañera Cristina, acompañando a Néstor y recibiendo los aplausos y los vivas a Néstor que se sumaban a los pedidos, las demandas de los/las cumpas. Por mis hijos, por mis hijos le solicitaba un padre. Y ese barítono que mezclaba lo mejor de las culturas entre el Ave María y un hasta la victoria siempre.
Es que el pueblo, nosotros somos así, lloramos y cantamos, morimos y renacemos, pedimos y agradecemos.
¿Cómo no conmoverse frente a la Galería de los Patriotas latinos una vez más, luego de los festejos del Bicentenario? Para que se pudiera crear la Galería fue necesario descolgar con anterioridad el cuadro de los asesinos del pueblo. Y Néstor dio lo orden, proceda. Era imposible que la Galería de los Patriotas latinoamericanos naciera y conviviera con esos otros retratos.
Despedimos a Néstor recordándonos que esta es la hora de los pueblos latinos y caribeños, y que por ello es momento de crear miles y miles de aulas y otras tribunas donde se narren las historias de Nuestra América, las pedagogías latinas y, las sociologías indoamericanas.



 Ayer nomás
BREVE RELATO DE UN PRÓCER LATINOAMERICANO
                             “La libertad de América es y será siempre el objeto de mi anhelo.”
José Artigas.

 
Por Gastón Florio
gastonflorio@elpancholacoca.com.ar

José Artigas renace en este año de celebración popular y memoria histórica. Su gesta revolucionaria pasará a los tiempos como herencia movimientista de nuestros pueblos.
Las “intencionadas malas interpretaciones” que la mitología de la histórica oficial construyó sobre él, embocó una de las tantas derrotas de nuestra identidad como sudamericanos. Consiguió el maltrato, el olvido y el racismo de generaciones sumergidas en su enseñanza. Mas allá de las fronteras que le elevó la oligarquía porteña en su vida política, la historiografía oficial lo condenó a un entierro histórico; pero gracias a la búsqueda de nuestra verdadera identidad, está renaciendo.
“Hemos tenido las mismas repulsiones contra los bárbaros desorganizadores como Artigas, a quienes hemos enterrado históricamente” le confesará en correspondencia Bartolomé Mitre a Vicente Fidel López, padres del relato oficial.
Coherentemente Mitre lo califica como “desorganizador”, respecto a la concepción de la historia y la política que identifica a la elite. Sólo un grupo de iluminados y gente poderosa conduce los procesos, para ellos. Por ende los caudillos populares que involucran a los pueblos en sus luchas y se hacen ecos de ellos, desorganizan el bien común.
Una de las virtudes históricas del artiguismo es paradójicamente su condena histórica como bárbaro. Jamás podrán perdonarle las oligarquías portuarias su anclaje popular, así como un siglo más tarde esta misma clase repugne que sus obreros y/o peones puedan acceder a lugares veraniegos al igual que ellos.
El ejército artiguista no era más que una masa popular que depositaba en el caudillo los sueños de igualdad y justicia que ni el absolutismo español, ni el oportunismo oligárquico porteño les ofrecía. Indios, peones, gauchos y pequeños hacendados son los hombres fieles al proyecto federalista. El Protector de los Pueblos Libres organiza a sus bases en asambleas populares para definir sus políticas, ataques y defensas. Convive en campamentos con ellos, y charla alrededor del fuego con su pueblo para practicar momento a momento el significado de la igualdad. Y así ira involucrando a su gente como sujeto protagónico de sus luchas. Como Güemes y San Martín, Artigas encontrará en su pueblo un ejército sediento de liberación.
Pero quizás la mayor derrota de Artigas y de nuestros pueblos fue su deformación histórica como “libertario del Uruguay”. Cuando la banda Oriental se convierte en República independiente (luego de la derrota al artiguismo  y ya bajo las garras inglesas) dirá desde su exilio: “Ya no tengo patria”. Su patria había sido quebrada en pedazos. Nunca pudo aceptar la fragmentación de América, aun cuando esto podía afirmar sus triunfos en combates parciales. Comprendía muy bien cual era el único destino para los pueblos americanos; la unión. 
Por esto resulta imposible referirse a la lucha por la patria grande sin recordar al Protector de los Pueblos Libres. En tiempos donde la incógnita de las liberaciones  nacionales responden a la misma respuesta histórica de dos siglos atrás: la unión de los pueblos latinoamericanos.
 “Sólo la unión puede ponerle el sello a nuestra obra, fijemos la garantía de esta unión” le dirá una y otra vez a Buenos Aires para que le brinden apoyo. Sin imaginarse que luego no solamente luchará contra el absolutismo español, sino también contra la clase comerciante Rioplatense anclada en el libre comercio, contrarrevolucionaria y cómplice del imperio británico. Luchó también en simultáneo contra el imperio portugués que lo acosó asociado con Buenos Aires desde el Norte. “La singularidad de Artigas reside en que fue el único americano que libró en el Río de la Plata casi simultáneamente, una lucha incesante contra el imperio británico, contra el imperio español, contra el imperio portugués y contra la oligarquía de Buenos Aires”, analiza Abelardo Ramos, en su ABC para comprender la historia nacional: Revolución y contrarrevolución en la Argentina.
Nosotros omitimos que hasta 1820 el artiguismo llegará a controlar la mayor parte del territorio nacional. Santa Fe, Misiones, Corrientes y Entre Ríos se unirán bajo el Protector de los Pueblos Libres. Los proyectos antagónicos de centralismo en el puerto de Bs. As. y un naciente federalismo (con el tinte no solamente nacional; sino de Patria Grande) van a ir tensando las relaciones entre los gobiernos portuarios y los caudillos. En similitud de las líneas políticas que el “Plan de Operaciones” de Moreno ofrece y el plan de gobierno implementado por San Martín en Cuyo, Artigas proclama como políticas de liberación a la industria nacional, la reforma agraria, la protección de las manufacturas y aperturas de nuevos puertos para quebrar el monopolio porteño.
Lógicamente dicha política era antiimperial y desfavorecía a la oligarquía de perspectiva meramente portuaria y probritánica. Entonces comienzan a inquietarse. A tal punto, que el gobierno de Buenos Aires lo convoca a San Martín para un ataque porteño a las masas artiguistas. Sin embargo el General tiene claro el proyecto de Patria que quiere y le responde al director supremo desde Valparaíso: “No, el Gral. San Martín jamás derramará la sangre de sus compatriotas y sólo desenvainará su espada contra sus enemigos de la independencia de Sudamérica”.
En 1816 Manuel García (representante de Bs. As. en Río de Janeiro) negocia con los ingleses y portugueses la invasión a la Banda Oriental para sorprender a Artigas. Las fuerzas porteñas se mantendrían neutrales frente al ataque desde el Brasil. Quizás, este es el primer suicidio del gobierno porteño al desarrollo de la Patria Grande. Y lamentablemente, unos de los tantos… 
Así en 1820 las fuerzas artiguistas se ven acorraladas desde el Brasil por los portugueses y desde el litoral por los porteños. Hasta que finalmente se sepulta el proyecto de los pueblos libres con el tratado de Pilar, firmado sin consentimiento de Artigas por dos de sus hombres, López y Ramírez.
José Gervasio Artigas muere olvidado en el Paraguay treinta años más tarde, sufriendo las frustraciones de sus sueños y de sus pueblos. Norberto Galasso recuerda: “En Octubre de 1850, se halla muy enfermo. Entonces, dice: `Yo no puedo morir en la cama, sino montando mi caballo´… La muerte lo sorprende el 23 de septiembre de 1850 sin darle tiempo a concretar su último deseo. Así desaparece uno de los caudillos
latinoamericanos con más clara posición revolucionaria” 
Ya no tiene patria, dirá como ya citamos. Su patria era y es Sudamérica unida y libre. Pero la derrota no fue nada más de él, sino de todos. La lucha por esa Patria Grande se verá interrumpida por algunas décadas. 
“Somos un país porque no pudimos integrar una nación y fuimos Argentinos porque fracasamos en ser Americanos. Aquí se encierra todo nuestro drama y la clave de la revolución que vendrá”, analiza Abelardo Ramos. Quien diría que doscientos años más tarde, la clave sigue siendo la misma y hoy se visualiza con mucho optimismo y esperanza, cabalgando juntos a los grandes de nuestra patria. 



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¿CUÁL ES LA IDEA DEL SOCIALISMO PARA NUESTRO SIGLO?


Por Modesto Emilio Guerrero

La idea del "socialismo del siglo XXI", tiene en principio, tres méritos incuestionables en el contexto histórico concreto en el que apareció.
El primero es que representa un salto, una conquista ideológica en medio de un continente en rebelión, o sea, es una idea que surge desde las entrañas de la lucha de clases.
El segundo mérito se debe a que contiene una reacción ideológica y moral sana, frente a la decadencia de la izquierda matriz de las últimas tres generaciones (la socialdemócrata, la stalinista y la nacionalista). Estas tres corrientes se venían alejando masiva y aceleradamente del objetivo socialista, tras derrotas sucesivas y fuertes presiones imperialistas. Desde comienzos de la década de los 80 hasta finales de la de los 90, suman casi 20 años de capitulaciones y retrocesos de las fuerzas históricas de la izquierda en nuestro continente. Es, y no por casualidad, el mismo período de instalación del neoliberalismo y la expansión capitalista a escala global. Con su retirada también se desdibujaba la lucha y la pasión por el socialismo.
La estrecha, casi orgánica, relación de este hecho con la implosión de los regímenes poscapitalistas de Europa del Este entre 1989 y 1991, junto a la conversión al capitalismo en los de Asia, generaron la ideología reaccionaria de la “muerte del socialismo”, el “fin de la historia” y desvíos ideológicos similares.
El socialismo del siglo XXI  fue el asalto intempestivo a esa decadencia y a su contracara: la expansión imperialista sobre el planeta.
El tercer mérito de la fórmula contiene la memoria histórica. Es el balance de la experiencia social y sus resultados, como acumulado de conocimientos de lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer.
Tal balance es más trascendente, si recordamos que nos estamos refiriendo a un proyecto, el de una sociedad socialista, que se basa en profundidades subjetivas y racionales. Los revolucionarios somos la expresión consciente del movimiento inconsciente de la historia.
Es un criterio indispensable cuando hablamos de socialismo, pues esto no es más que un movimiento social internacional, apoyado en una o varias clases sociales y sectores explotados u oprimidos, alimentado por una filosofía y una concepción del mundo radicalmente opuesta a la burguesa y la religiosa, y elaborado con una hermenéutica científica de comprobación y previsión, cuyo objetivo es uno solo: la emancipación total humana de toda forma de explotación, opresión, alienación y jerarquización jurídica, social y política; para ello acude a revoluciones sociales, insurrecciones, movilizaciones, huelgas generales y todas las formas de lucha y organización que se apoyen en las masas y movimientos sociales y en el ejercicio democrático de sus organismos.
El socialismo del siglo XXI se llama del siglo veintiuno porque no quiere parecerse a lo practicado en su nombre durante el siglo veinte, caracterizado por perversiones tan graves y resultados tan trágicos como imprevistos, nugatorios de estos principios generales del proyecto socialista elaborado por la generación a la pertenecieron Karl Marx y Friedrich Engels.
Esa es la virtud inicial de la idea del socialismo del siglo XXI. Aún siendo una idea difusa teóricamente, y más difusa en su composición social de clase, pero tiene la virtud de no ser policlasista en su definición. Más aún, contiene en su espíritu, la dialéctica según la cual, ningún retroceso, desvío o derrota, hasta ahora, ha logrado eliminar las bases materiales del socialismo, a pesar de sus perversiones estatalistas, metodológicas y de putrefacciones partidarias.
Su adjetivación temporal (siglo XXI) es mucho más que una valoración relativa, nos sugiere un balance honesto de lo mal hecho en nombre del socialismo,  y de lo dejado de hacer, sus causas y consecuencias. En ese acto político de responsabilidad, nace "el desafío y la carga del tiempo histórico", que reclama István Mészáros en su maravillosa obra Más allá del capital, para asumir el nuevo compromiso socialista.
Allí radica el valor mariateguiano, la aventura heroica de la idea de construir un tipo de socialismo que supere en el siglo XXI, todo lo practicado en y desde el siglo anterior.
Su definición sustantiva es esencialmente correcta. Se trata de Socialismo.  Eso basta para espantar a cualquiera de sus diversas variantes burguesas o intermedias: “capitalismo con rostro humano”, “socialismos nacionales”, frente populares, capitalismos de Estado, “democracia populares”, nacionalismos populares, Estados benefactores redistribuistas, o la última variante aparecida en Francia hace muy poco: “socialdemócratas del sur”, como definen lo representado por gobiernos tipo Lula, Mujica, Kirchner, el Chile de Bachelet o la Nicaragua del segundo Ortega.
La idea del socialismo de o para el siglo XXI, es la mayor expresión de la nueva relación de fuerzas sociales y nacionales vivida por los explotados del continente. Ese balance es un  desafío al dominio imperial, iniciado por el Caracazo en 1989 (la primera rebelión social que derrota al neoliberalismo en un país), seguido por la rebelión de los indígenas ecuatorianos en 1991 y luego potenciado por una cadena de rebeliones sociales, políticas y culturales, en Bolivia, Ecuador, Argentina, Uruguay, Paraguay, Colombia, México, Brasil.
Sus resultados fueron modificando, en medidas desiguales, el mapa político latinoamericano, las relaciones entre sus clases y la de sus Estados nacionales con el dominio imperial.
La llamada “nueva América latina” es un hecho categórico en términos históricos. Se define por su carácter reconstitutivo, como ciclo nuevo de reconstitución o búsqueda de refundación, si acudimos al concepto del teórico boliviano René Zavaleta.
No es un capricho entonces, que la idea haya surgido en medio de los estertores de la Venezuela que enfrentaba al imperialismo entre los años cruciales de 2002 a 2005 y que en su curso social ascendente aprendió dos cosas clave:
A)    Que no hay solución sustentable a ningún problema social dentro del capitalismo, especialmente cuando lo que está comprometido es mucho más que la explotación humana, se trata de la destrucción de la naturaleza (y su relación con los humanos) y el peligro de aniquilación de la base material del planeta.
B) Que no hay solución nacional a problemas que tienen raíces y fecundación en el sistema mundial de Estados y en la economía mundial del capitalismo. Allí el valor específico de la propuesta latinoamericanista del proyecto del siglo XXI, expresado en la construcción del ALBA, especialmente el reciente “ALBA de los Movimientos”, incluso de mecanismos de relación entre Estados burgueses como UNASUR, PetroCaribe, BanSur, o la próxima aparición, en julio de 2011, en Caracas, de la proyectada Asociación de Países Latinoamericanos y del Caribe, con exclusión de Estados Unidos y Canadá, los dos imperios del hemisferio.



 Colgué!
LA SORPRESA DE UN HUEVO ROTO


Por Eva Stilman
evastilman@elpancholacoca.com.ar


  Hace un tiempo, fui empleada en una agencia de lotería. En uno de esos diciembres calurosos (como casi todos) una señora que frecuentaba el espacio lúdico devenido en obsesión para unos muchos, me regaló amablemente un huevo de chocolate de esos que tienen adentro alguna sorpresa para niños. Desde luego agradecida por el gesto, lo guardé en mi morral, no muy convencida de que sea una buena idea degustarlo esa noche. Esa medianoche al año en que se levantan las copas, en un rito para dar cierre al ciclo anterior y donde las etílicas proyecciones para el futuro, rara vez son debidamente cumplidas durante el ciclo que sigue. Después de esa comilona que uno tiene la suerte de tener a fin de año, bien sabido es que aparecen ciertos postres que no coinciden ni un poco con nuestras necesidades térmicas: los turrones, pan dulce lleno de frutas secas, garrapiñadas, avellanas, maní con chocolate. En fin, todo un combo calórico que por suerte es remediado (en un arrebato lúcido de nuestras tierras americanas) con una fresca ensalada de frutas.
  A la tarde estaba casi convencida de que el chocolate regalado no iba a ser ingerido esa noche. Pero la tarde y la noche no se parecen, mucho menos después de unas copitas de festejo. Entonces rompo el huevo (probablemente una constante en mi conducta) ingiero el chocolate y aparece esa cápsula al estilo píldora que contiene en su interior una sorpresa de juguete. La abro sin problemas (todavía tenía bastante bien mis reflejos) y me encuentro con que la sorpresa era un gorilita lila sonriente, ligeramente panzón, con el puño izquierdo en alto y los ojos desviados, uno miraba a la derecha y el otro hacia arriba. Probablemente ese día no reparé en todos esos detalles, sólo me causó cierta gracia y lo dejé en el escritorio. No hay mucho más para contar de ese día, no viene al caso para la historia del gorilita. La cuestión es que, tiempo después, ese gorilita me hizo pensar bastante y lo conservo visible para acordarme de tener una mirada crítica, no sólo con los otros sino con uno mismo. Porque sentí jocosa que alguna vez (quizá más de una) debí haberme parecido a él.
  Hoy en día ese gorilita está justo debajo del monitor de mi computadora. El pequeño espécimen lila está ahí para recordarme varias cosas. Entre ellas, a que ando con la panza llena y tengo ciertos deberes al respecto. Para recordarme también no convertirme en una gorila cuando quiera defender ideas de izquierda. Para que mire siempre atenta con un ojo y la ceja en alto los movimientos de la derecha. Para que con el otro ojo, mire al resto de América y no me olvide nunca que soy parte de ella. Para que luche junto a otros contra aquello que creamos injusto. Y para recordarme que haga todo ello disfrutándolo, con una sonrisa en la cara. Que lo haga feliz, porque de lo contrario, ningún intento valdrá la pena.



 Acordate
PILOTEANDO EN LA PATRIA CONTRATISTA:
UNA CARRERA PARA RECORDAR

Por Gastón Florio
gastonflorio@elpancholacoca.com.ar

Nacido en 1942 en la provincia de Santa Fe, corredor medio pelo de Fórmula 1 y político clave de la era del menemismo, Carlos Alberto Reutemann sigue hoy desde sus numerosas tierras representado la política banal y privatista de la década pasada. Más allá de los diferentes escándalos de corrupción que los involucró, el “Lole” goza de la protección mediática, como pocos. Experto en hacerse el sota ante preguntas incómodas, como cuando se le descubrió una cuenta en el paraíso fiscal de Suiza: “Se me olvidó, mi contador debería haberse acordado”. Niega la política pese a que ella ha ocupado casi veinte años de su vida y admira profundamente a Domingo Cavallo. En total, Reutemann fue dos veces gobernador y tres veces diputado nacional,  su vida política se extiende de 1991 hasta hoy. En estos 19 años, carga sobre sus hombros 3132 denuncias de corrupción. Tomando sus dos mandatos como gobernador, cuenta con un promedio interesante: más de una denuncia por día.
En 1991 llegó a gobernador por el PJ, encuadrado en el proyecto político de Carlos Menem. Aquí comenzó a hacer contratos con el exterior y concesionar recursos claves de la provincia, como el puerto de Rosario, que se lo cedió a una multinacional filipina que nunca cumplió su contrato. Tiempo después privatizó la empresa Dipos (agua) y se la sedera en cifras ínfimas a capitales franceses. Sin embargo la estadía de la empresa europea duró menos de una década y le dejó a la provincia una deuda de 120 millones de dólares y el mayor número de obras públicas pactadas sin concretar. También regaló el Banco Provincial, haciéndole perder a Santa fe aproximadamente unos 600 millones de dólares en su venta.
Reestructuró la Corte Suprema provincial, sin mucha claridad profesional, nombrando en esos altos cargo a personas de su riñón. Rafael Gutiérrez, Eduardo Spuller, María Angélica Gastaldi fueron los privilegiados en ocupar los sillones más altos de la justicia. Quizás, estos personajes nos resultan intrascendentes, pero veamos su relación directa con el Lole: su primo hermano, su abogado personal, y su amiga de toda la vida respectivamente. A días de asumir su primer mandato nombró como su secretaria privada a su sobrina, Verónica Reutemann. Hoy su parentesco de confianza, está procesada por hacer compras millonaria desde la provincia, a empresas fantasma de su marido, por la suma total de 10 millones de dólares ¡Todo queda en familia! Sin embargo, cuando un reportero mal intencionado, le preguntó al Lole por este escándalo, él respondió: “No tengo nada que ver, uno no elije a la familia”.
Al igual que sus aliados nacionales, Reutemann transito su gobernación haciendo fabulosos negocios con amigos y dejando al estado como único perdedor. Junto su amigo Massat como diputado, desviaron 57 millones hacia la urbanización de la Villa Ocampo, por intermedio del ingeniero Areno (otro amigo personal). El caso fue que Villa Ocampo nunca gozó de abultada inversión y el dinero se extravió en el camino. ¡Cosas qué pasan! ¿No? Así, hoy Massat está condenado por no poder explicar su patrimonio de 17 millones de dólares.
Además de armar a su imagen y semejanza la Corte Suprema Provincial, designando a dedo a 67 jueces, armando así, un sistema judicial adicto y cómplice a la patria contratista santafesina. Esto le permitió, como hacen los buenos amigos, encubrir al Obispo Storni acusado de abuso de menores, impidiendo a través de sus dos mandatos que se lo investigue.
Al calor de su segundo mandato al frente de la provincia, se vino la profunda crisis del 2001. Las políticas implementadas de las privatizaciones y el desempleo llegaban a su punto más álgido, arrojando los índices de pobreza más altos de la historia moderna Argentina. Enfrentando dicha crisis, sus responsables en lugar de rever sus inmensos errores, decidieron profundizarla. Así, el gobernador de Santa Fe se acopló a la reducción de la inversión social reclamada por el Fondo Monetario Internacional, condenando a su gente a la miseria. En este sentido, redujo el gasto en educación, salud y planes sociales, acompañado de una reducción a las jubilaciones, a los maestros, a la policía y a los empleados estatales del 13%. Esto condujo a protestas sociales (en la misma fecha que el Argentinazo), que el Estado provincial también enfrentó con una cruda represión. “Pocho” Lepratti y siete personas más fueron asesinadas tras la orden de balacera que tenían las fuerzas de seguridad. La policía había sido reestructurada meses atrás, y en las más altas jerarquías se colocaron a represores de la última dictadura cívico-militar como el Coronel Regie, acusado de haber participado en torturas y 40 secuestros. Se podría afirmar que lo único bueno que dejó aquellos días es que, gracias a la protesta social, se impidió el proyecto del Lole de privatizar dos Aeropuertos: Sauce Viejo y Fisherton. También, había negociado un nuevo préstamo con los Estados Unidos de 300 millones, en el que se ofrecía como garantía al sistema de educación y de salud provincial. Afortunadamente, este proyecto también se interrumpió.
Tiempo después se inició la trágica inundación de Santa Fe, donde cientos de personas perdieron sus casas y su vida. Es sabido que las obrar realizadas para prevenir la crecida del Paraná no habían sido terminadas, pero la facturación liquidada. En este caso, los negociados de la otra patria contratista, dejaron un saldo humano escalofriante.
Estas líneas son parte del ejercicio de la memoria para revisar la carrera política de Carlos Alberto Reutemann. Los tiempos cambian, sin embargo algunos personajes, no. Al igual que Mauricio Macri, los medios masivos de comunicación (socios de ellos), nos venden al “Lole” como parte de una nueva política y también encubren a las nuevas generaciones de cómo algunas figuras remataron el patrimonio nacional. Sin embargo los hechos históricos y la actualidad de Reutemann hablan por sí mismos. Lo único que hay que garantizar es que se recuerde quién es quién.







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