TAPA NÚMERO 7, Mayo 2011




El Pancho La Coca dedica estas líneas a la memoria del compañero Alberto Lapolla, que nos dejó hace pocos días. Simplemente queremos decirle gracias, por su militancia y su vocación incansable por la construcción de una patria justa y soberana.
Gracias y hasta siempre, Alberto…

EDITORIAL NÚMERO 7, Mayo 2011

  Mayo, mes de la revolución e histórico mes de luchas. Da su inicio con el Día Internacional del Trabajador   y se despide con otro aniversario del Cordobazo, primero de los “azos” emblema de la unión de los trabajadores y los estudiantes en las calles contra la dictadura de Onganía y en defensa del patrimonio nacional.
  No es posible entonces, hablar de mayo, sin hablar del pueblo trabajador, el único protagonista de las revoluciones. El acto de la CGT del 29 de abril, muestra que los trabajadores y los sindicatos, son imprescindibles para sostener cualquier proyecto popular. En este sentido, es preciso recordar el avance de los laburantes en los últimos años: la vuelta a las paritarias, las negociaciones colectivas, el aumento del empleo formal, la asignación universal por hijo, la ley de cooperativas, y el proyecto para la participación de los trabajadores en las ganancias; derecho legítimo de cualquier trabajador, porque son sus manos las que producen la riqueza. En fin, una suma de conquistas que es necesario defender sin vacilar. Sin embargo, somos concientes que para garantizar este rumbo tenemos todos que acompañarlo con una enorme responsabilidad. Lo logrado es mucho, como lo que falta. Pero, todo se podría perder, si por apresurarnos atentamos contra nuestro futuro, poniendo en peligro las líneas trazadas desde el 2003.
  También sabemos que convivimos con condiciones estructurales heredadas del neoliberalismo, que aún siguen en pie: precarización laboral, mercado de trabajo informal, tercerizados y contratados, burocracias sindicales que trabajan para la patronal, etc. Una suma de retos que tenemos que asumir, porque si bien son condiciones heredadas, no son inmutables. Son productos históricos y por tanto, desafíos del presente.
  Esos desafíos popularmente definidos como profundización del modelo, incluyen la lucha por la tierra para impedir el avance de la extranjerización del suelo argentino; los derechos de los trabajadores rurales, tan maltratados por sus pudientes patrones y las firmas transnacionales; el derecho territorial de nuestros pueblos originarios que hoy cobra fuerza de la mano de la transformación cultural en marcha, luego de medio siglo de indiferencia. Por esto celebramos el diálogo establecido entre el gobierno nacional y la comunidad Qom. 
  Por último, sabemos que tenemos la responsabilidad histórica de defender lo que consideramos positivo en el presente, siendo concientes de las faltas y estableciendo el compromiso de avanzar. Queremos un país donde, no sólo los estudiantes se unan a los trabajadores; sino que los trabajadores puedan ser estudiantes. Queremos un país, en el que los sindicatos fortalezcan sus bases con comisiones internas y delegados, que luchen por las demandas de sus compañeros. Queremos un país, donde no sólo los dirigentes políticos se unan y escuchen a los trabajadores; sino que los dirigentes mismos, salgan de lo más hondo del pueblo. Queremos sumarnos a la lucha de un país y una América que ya ha empezado a trazarse con el lápiz de los trabajadores, pero que aún no ha terminado de dibujarse…

Entrevista a Daniel Filmus por Andres Cottini POR ACÁ NÚMERO 7, Mayo 2011

Entrevista a Daniel Filmus

"El macrismo acentuó su perfil de fuerza de centroderecha"

Por Andrés Cottini
andrescottini@elpancholacoca.com.ar

Se acercan las elecciones, las encuestas hacen temblar decisiones que parecían tomadas y el kirchnerismo se va consolidando en la ciudad. Por un lado está el modelo de país que se inauguró con Néstor en 2003, por otro lado la subejecución de presupuesto, el endeudamiento, la criminalización de la pobreza...
Sociólogo, investigador, ex ministro de Educación y actual Senador de la Nación, Daniel Filmus se hizo un espacio entre el cierre de campaña y habló con El Pancho la Coca. ”La gestión de Mauricio Macri será recordada por su alta ineficiencia en la planificación y ejecución de políticas públicas” asegura. 

¿Qué ciudad, a grandes rasgos, está dejando Macri luego de sus 4 años de gestión?

Daniel Filmus.- En contraposición con el camino de recuperación económica y ampliación de derechos que comenzó a transitar nuestro país con el gobierno de Néstor Kirchner en 2003, y que continúa la presidenta Cristina Fernández, nada se ha avanzando en nuestra Ciudad. El exponencial crecimiento de sus recursos públicos, determinado por un record histórico en la recaudación, no se dirigió en absoluto a resolver las problemáticas sociales que muchos porteños padecen. Nada se avanzó en cuestiones impostergables como la urbanización de las villas de emergencia, lo que hubiera garantizado un piso de dignidad a los más de 160 mil porteños que las habitan. Tampoco se avanzó en materia de transporte público, obras de infraestructura, disminución de la basura, salud o educación. Como ejemplo, nos prometieron 10 km de subte y nos dieron 100 bicicletas. Y eso que tiene el mayor presupuesto per cápita del país. Son seis mil quinientos millones de dólares… Y aun así, endeudó a la Ciudad. ¿Dónde están los cuarenta kilómetros de subte? ¿Dónde están las cuarenta mil viviendas? ¿Dónde están los cincuenta y cinco estacionamientos? No hay nada. La gestión de Mauricio Macri será recordada, no sólo por su esperable falta de sensibilidad y desapego a cuestiones sociales, sino también por su alta ineficiencia en la planificación y ejecución de políticas públicas. Su dubitativa gestión, caracterizada por constantes contramarchas en sus decisiones llegan al punto del ridículo.

¿Qué es lo que cambió para que el peronismo sea una opción fuerte en la ciudad?

D. F.- A partir de junio de 2009, la sociedad empezó a ver mejor las muchas virtudes del gobierno nacional y, al mismo tiempo, se hicieron más patentes las limitaciones de la oposición, no sólo para gobernar, sino también para legislar. Además, después de la 125 y la derrota de junio, el gobierno de Cristina hizo transformaciones muy profundas que mejoraron las condiciones de vida de los argentinos. Es un hecho innegable que el país crece y que los beneficios del crecimiento se distribuyen mucho mejor y de manera más justa. Y eso se manifestó en la gran fiesta del Bicentenario y en la emotiva despedida de Néstor. El papel del Estado hoy se puede ver en obras concretas. Mientras que nuestro país ingresó en un sendero de crecimiento, iniciado en la gestión de Néstor Kirchner y profundizada en la administración de Cristina Fernández, la Ciudad de Buenos Aires se sumergió en un gobierno sin iniciativa, ni capacidad de gestión. Desde el 2003 se recuperó, en el ámbito nacional, un rol medular para el Estado y una centralidad de la política por sobre la economía, que se tradujo en un desarrollo con equidad y que permitió la rápida recuperación de los deprimidos indicadores sociales. Son innumerables las decisiones de gobierno que pueden ser remarcadas, desde la negociación e histórica quita de la deuda pública externa; el accionar constante para el fortalecimiento del mercado interno; la prioridad en lo que refiere a la educación y la ciencia y tecnología; la implementación de políticas sociales como la Asignación Universal por Hijo; o la decisión de integrarse al mundo desde un hermanamiento sudamericano, entre tantos otras. El decidido accionar del gobierno nacional permitió desandar el complejo entramado producido por las reformas neoliberales de los ´90, con su devastador impacto social. Todo esto es valorado hoy en la Ciudad de Buenos Aires, y convierte a nuestro espacio en una alternativa sólida al macrismo, que generó mucha desilusión hasta en sus propios votantes. Macri desilusionó a pocos al no mostrar sensibilidad social, porque casi nadie esperaba que la tuviese. O que tuviese un espíritu solidario e integrador. Pero desilusionó a muchos al demostrar que tiene una ineficiencia total. 

Para hacer contrapeso con la pregunta anterior: teniendo en cuenta que el gobierno macrista ha subejecutado los presupuesto de educación y vivienda, que su líder está procesado por escuchas ilegales, que han pasado decenas de funcionarios por distintos Ministerios… ¿Cómo se explica que Macri tenga hoy un alto porcentaje de popularidad?

D. F.- Si bien perdió gran parte de sus votantes, Macri conserva aproximadamente un tercio del electorado de la Ciudad que se inclina por propuestas conservadoras, de corte neoliberal. Este sector comparte ideológicamente las posiciones de Mauricio Macri. En estos años, el macrismo acentuó su perfil de fuerza de centroderecha, cosa que en la campaña de 2007 había tratado de disfrazar. La manera en que abordó el conflicto en el Parque Indoamericano, el abandono del Estado y sus apelaciones a la discriminación y a la xenofobia, es un ejemplo claro de esto, y una franja de la población estuvo de acuerdo, sin duda.

¿En que podría consistir una hipotética triangulación entre ciudad, provincia y nación?

D. F.- De lo que se trata, en última instancia, es de definir cuáles son las transformaciones profundas que la Ciudad necesita y planificar. Macri no tuvo una idea estratégica; repitió la que había y mal. Por ejemplo, hay que pensar el tema del tránsito muy vinculado al transporte público, y es imposible pensarlo sin integrar la Ciudad con Provincia y Nación. Y, a la par, idear un proceso de descentralización importante. Por otro lado, hay que volver a pensar el transporte de la mano de la Nación y la provincia de Buenos Aires, haciendo más complementarios a los ferrocarriles, a los subtes y a los colectivos. Hay que sentarse de forma conjunta para resolver estos temas y otros, como los del medio ambiente o seguridad.
Cada vez hay una conciencia más instalada en la ciudadanía la necesidad de hacer complementarios los gobiernos del área metropolitana y de la gestión nacional con la  local.
Esta conciencia surge con el fracaso de Macri, que apostó a que la ciudadanía pensase que era posible construir una Ciudad de espaldas a la Nación. Pensar que esta Ciudad puede salvarse sin transformaciones que se pacten en forma conjunta con la Nación es ilusorio.

¿Cuál sería el futuro de la Metropolitana si usted logra imponerse en las elecciones?

D. F.- La creación de la Policía Metropolitana es una buena iniciativa que se llevó a cabo mal. Nosotros votamos tanto en el Congreso nacional como en la Legislatura, la modificación de la Ley Cafiero para permitir la creación de la Metropolitana. Lo que no votamos fue colocar a Jorge “Fino” Palacios al frente. Nuestra propuesta era que se hiciese cargo un civil elegido por la Legislatura. Y creo que la idea inicial de traer a policías que venían con prontuario de la Federal, definitivamente, no fue buena. Por un lado, enfrentó gratuitamente a la Metropolitana con la Federal. Por el otro, colocó un manto de sospecha sobre esa conducción. La llegada de Eugenio Burzaco, hay que decirlo, permitió avanzar en algunos de esos temas. Pero está claro que la institución viene de un pecado original que le deja una impronta difícil de revertir.
 Nuestra política va a ser fortalecer la fuerza y trabajar con la Federal. Cristina lo planteó muy bien cuando se inauguró el cuartel de bomberos en el Club Albariños. Lo que hay que hacer es delinear las funciones de la Metropolitana a partir de la competencia de delitos que quedan transferidos a la Ciudad. Eso le daría mucha más racionalidad al sistema. Algunas competencias van a seguir en manos de la Federal, no sólo porque son delitos federales o complejos, sino porque ésta es la capital de los argentinos. Después está el tema de los recursos, que no es un asunto menor. No es el gobierno nacional el que los tiene que transferir, sino una ley del Congreso. Y ahí es muy difícil ponerse de acuerdo. Por ejemplo, nos preguntan por qué el país tiene que pagarle la policía a la Ciudad, si no lo hace con Jujuy, con Corrientes o con Misiones, que son provincias mucho más pobres. Es una cuestión a discutir, todavía. Pero con vocación y voluntad se va a terminar saldando.

Uno de los ejes de su campaña es la urbanización de todas las villas miseria en 6 años. ¿Es realmente posible?

D. F.- Es imperiosa la necesidad de diseñar y ejecutar medidas de gobierno a los efectos de darle respuesta a los vecinos y vecinas que habitan en villas de emergencia, inquilinatos, casas tomadas o se encuentran en situación de calle. De igual forma, los sectores de clase media, los y las jóvenes que desean adquirir su primera vivienda, precisan de un acompañamiento del Banco Ciudad para poder acceder a un crédito hipotecario con tasa subsidiada, o la efectiva respuesta por parte del Instituto de Vivienda de la Ciudad, y aquellos y aquellas que alquilan una vivienda necesitan un marco jurídico que los y las proteja. La resolución del problema habitacional es posible en el mediano plazo con una adecuada planificación, con la inversión de recursos públicos de la Ciudad y con la articulación de los planes nacionales de vivienda. Con los recursos que nuestra Ciudad posee es injustificable que no se implemente un plan intensivo que permita la urbanización total de las villas de emergencia y asentamientos. Con decidida inversión de la Ciudad y la coordinación con programas habitacionales nacionales resolveremos este histórico problema en un plazo no mayor a los 8 años. Contar con barrios y viviendas dignas para todas y todos los que habitan la ciudad es posible. La existencia de villas atenta contra la dignidad y seguridad de todas y todos los que las habitan y también de todas y todos los que vivimos en Buenos Aires. En aquellos casos que no se pueda urbanizar porque las viviendas se encuentran ubicadas en lugares insalubres o en espacios verdes de la Ciudad, se procurará su relocalización garantizando el derecho a  una vivienda digna.

¿Cómo se construye una “ciudad para todos”?

D. F.- En primer lugar, para revertir el cuadro de abandono que se encuentra nuestra Ciudad, sobre todo en los barrios del sur, hay que poner en marcha un conjunto de políticas públicas que hagan de Buenos Aires un espacio de desarrollo productivo y social, donde haya lugar para todas y todos. Pero para esto es necesario contar con otro modelo de Estado, un Estado cercano, con capacidad para escuchar las demandas y las contribuciones de sus habitantes; pero que también sea capaz de implementar políticas públicas y que pueda anticiparse a los problemas, ya que existen necesidades en la población que no siempre se transforman en demandas explícitas, pero que pueden ser previstas por parte de un Estado atento y alerta frente a los conflictos y las condiciones de vida. Un Estado fuerte, presente y promotor, que incentive el desarrollo de sus ciudadanos y promueva la creatividad de su gente, pero que trabaje en forma incansable en la ruptura de las asimetrías en el desarrollo de la Ciudad. Una Ciudad con justicia social y equidad distributiva, atenta a las necesidades de cada uno de sus ciudadanos, capaz de brindar a cada uno respuestas oportunas y satisfactorias. Una Ciudad capaz de dar respuestas a todos, pero que esté prioritariamente al servicio de los sectores más vulnerables. Una Ciudad que brinde salud, educación y  justicia a todos por igual y en forma equitativa, priorizando a aquellos que menos tienen. Una Ciudad en la que el ciudadano pueda confiar y piense e implemente políticas públicas promotoras del desarrollo productivo, laboral y social. Una Ciudad en donde el Estado trabaje en los barrios, comuna por comuna, cerca de la gente, descentralizando recursos y acciones

"El campo, la CANPO y la ley de tierras" por Mauricio Amiel POR ACÁ NÚMERO 7, Mayo 2011

El Campo, La CANPO y la Ley de Tierras


Por Mauricio José Amiel
mauricioamiel@elpancholacoca.com.ar

El pasado 20 de abril se inauguró, con la presencia de la Presidenta, otro frente institucional de lucha para configurar una nueva manera de hacer política en el país: la Corriente Agraria Nacional y Popular, la CANPO. El plan ya había sido armado por Néstor un tiempo antes de su repentina muerte física.  Esta corriente, formada por veterinarios, productores, semilleros, ingenieros, abogados y otras personas vinculadas directamente con el sector agropecuario, apuesta a conformar un frente político que luche por un campo diferente al que desean quienes están representados en la Sociedad Rural o la Federación Agraria. La lucha es por:  “Garantizar en primer lugar el derecho a la alimentación de toda la población y, consecuentemente, la seguridad alimentaria tanto en calidad, cantidad, precio y variedad; democratizar el acceso a la Tierra para su utilización productiva y en defensa de la soberanía, manejo, conservación y acceso a los recursos naturales nacionales; presevar el medio ambiente para las generaciones futuras y reivindicar la activa participación del Estado para el logro de estos fines”[1]. Este último punto es fundamental, es el cambio de paradigma que nos ha permitido salir del pantano económico en el que nos dejó el neoliberalismo brutal de las décadas anteriores, el cual abrió la posibilidad de adquirir tierras –un bien no renovable, estratégico para el posicionamiento de las economías nacionales en el mapa económico global - libremente por personas físicas o jurídicas extranjeras, entre ellas representantes del capital financiero internacional, lo que redundaba sin más en la fuga de capitales mediante la explotación de nuestros recursos naturales. Obsérvese que la entera libertad dada a las empresas también fue dada a los sectores productores del agro, lo que derivó en una producción dirigida al más fácil y rápido enriquecimiento (puntualmente se trata de la producción de soja para exportación, que redujo el sector ganadero en 14 millones de hectáreas, generando un aumento del precio de la carne en el mercado interno). Parte de esta activa participación forma  la propuesta de ley que la presidenta anunció el 27 de abril por cadena nacional. La “Ley de Protección al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o Tenencia de Tierras Rurales”, más conocida como Ley de Tierras, propone limitar la compra de tierras por parte de extranjeros a 1000 hectáreas y hasta un 20 % del total de las que dispone el país. Para dar cuenta de estas cantidades se creará (el vaticinio se justifica ya que la ley encuentra apoyo en los más diversos actores políticos, incluidos algunos radicales y la Federación Agraria, por ejemplo) también el Registro Nacional de Tierras Rurales. Es para tener en cuenta que la Ley no es retroactiva, por lo que no perjudica a aquellos propietarios que hayan adquirido sus tierras bajo otras disposiciones legales. Cuestión ésta que contenta a varias empresas y particulares extranjeros que poseen increíbles cantidades de Tierra contradiciendo la supuesta “chavización” del gobierno argentino (piénsese nada más en Benneton, que en el sur tiene 900.000 hectáreas nada más que para criar ovejas y esquilarlas; prácticamente no genera trabajo ni deja ganancias en el país, ya que la lana se exporta tal cual la sacan para ser luego lavada y procesada en Europa; aun así tienen el tupé de desalojar comunidades mapuches que han vivido en esas tierras –MAPU, en mapuche-  desde tiempos inmemoriales, razón por la cual les pertenecen). La ley tiene precedentes en varios países, entre los cuales Cristina mencionó Brasil, Estados Unidos, Canadá, Francia e Italia. Podría haber mencionado también a nuestros país hermano Bolivia, que propuso hace unos años una Ley de Tierras que establecía un límite a la propiedad que, si bien tampoco era retroactivo, disponía que aquellas tierras que permanecieran sin ser trabajadas serían rentadas por el gobierno para ser dadas a campesinos que sin duda las aprovecharían. Ésta ley también proponía un régimen de descanso para la Tierra, según la composición de la misma en las diferentes zonas, cosa que afecta directamente a la producción de soja, que, tanto allá como acá se produce de manera ultraviolenta, no sólo contra la Tierra sino contra las personas (muchas veces niños) que trabajan en ella por causa de los químicos que usan para matar todo lo que no sea soja. La idea de un cambio de paradigma en la concepción de la producción agrícola-ganadera que sostiene la CANPO debería apuntar, entre otros objetivos, a este cuidado responsable de la Tierra.
Aunque TN denigre la ley diciendo que el gobierno propone una “nueva ruralidad”, así entre comillas, dando a entender que no será una verdadera nueva ruralidad; aunque algunos sectores, como el forestal, ya hayan comenzado sus contraataques, tenemos que apostar ahora a que se genere verdaderamente este cambio; que, además de controlar la posesión de la Tierra el gobierno, ahora con la ayuda de la CANPO (que resultará indispensable en esta tarea), disponga regímenes de cuidado y diversificación de la producción que favorezcan no sólo el crecimiento de los capitalistas nacionales, sino la seguridad alimentaria de toda la nación. En esta línea vienen también hace un tiempo los créditos que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca está entregando a los productores ganaderos. (¡Que bien estaría que baje la carne!) La apuesta también es a regular las situaciones laborales de los trabajadores rurales que históricamente han sido vapuleados por sus patrones (aún existiendo el estatuto del peón rural).  Esta lucha está siendo ya encarada por AFIP, pillando a los explotadores por tener a sus empleados en negro, pero también por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y la secretaría de Derechos Humanos, que promueven que se revea la ley de Trabajo Rural a la vista de la lucha contra la trata de personas.




[1] Declaración oficial de CANPO.

"El movimiento obrero brasileño: del peleguismo al lulismo" por Alberto "Pepe" Robles NUESTRA AMÉRICA NÚMERO 7, Mayo 2011

El movimiento obrero brasileño:
del peleguismo al lulismo


Por Alberto “Pepe” Robles*


El pasado 1 de enero, el sindicalista José Ignacio Lula Da Silva, terminó sus 8 años como presidente de Brasil. Queda un país y una región que no volveran a ser lo que eran. Lula fue la cara visible de un movimiento popular en Brasil, que se está integrando con los demás pueblos sudamericanos, y del que el movimiento obrero brasileño es la columna vertebral.

Un país-continente: aislamiento y desigualdad

Brasil es un país continente. Los países hispanoamericanos también lo hubieran sido, si no se hubiera frustrado el sueño de Bolivar y Monteagudo. Tiene 190 millones de habitantes, el quinto más poblado del mundo. Pero América Latina tiene casi 600 millones de habitantes. Así que Brasil es solo un tercio de América Latina, y por grande que sea, su tamaño es insuficiente para “cortarse solo”.
El Mercosur inició la vinculación del “lado” hispano de Sudamérica con su “lado” portugués, en un proceso que confluyó con la acción del movimiento obrero brasileño para terminar con el modelo de extrema desigualdad. Es que Brasil no solo es uno de los países más grandes del mundo, sino también es uno de los más desiguales, en la región más desigual y socialmente injusta.

Orígenes del movimiento obrero brasileño: el peleguismo

Hasta 1930 Brasil fue un país esencialmente rural y cafetero. Con una casi inexistente clase obrera, aparecieron algunos brotes de organización sindical, fundamentalmente encabezados por los anarquistas primero, y luego por los comunistas. Estos últimos lograron arraigar en el seno de los trabajadores una cultura sindical embrionaria, que dejaría su huella.
Pero esos antecedentes sindicales fueron muy débiles y resultaron barridos a partir de la década de 1930, por la organización desde el Estado de un sistema sindical paraestatal, apolítico y de base municipal, en el que las centrales estaban prohibidas. Este sistema conocido como sindicalismo varguista o peleguismo, fue impuesto por Getulio Vargas, que gobernó cuatro veces entre 1930 y 1954, abriendo el camino a la industrialización del país y a la organización del Estado Nuevo (Estado Novo). En el modelo sindical brasileño, el Estado establece sindicatos únicos de base municipal, tanto de trabajadores como de empleadores, que deben negociar colectivamente entre ellos.
El sistema varguista, que sigue estando en la base del modelo sindical brasileño actual, extendió la presencia del sindicalismo y la negociación colectiva en casi todas partes. Pero a la vez cuidó que el sindicato no estuviera presente en los lugares de trabajo y que los dirigentes sindicales no pudieran organizarse política e ideológicamente, para actuar como una fuerza social colectiva. Por eso hay muy pocos delegados sindicales en las empresas del sector privado. En Brasil no hay protección legal del delegado contra el despido.
Este tipo de sindicalismo se llama peleguismo. En portugués la palabra “pelego” se refiere al cuero de oveja que se utiliza en el recado (montura), para suavizar la monta del caballo. Nosotros le decimos cojinillo o pellón. Le llamaron sindicatos pelegos, para decir que el papel de esos sindicatos era amortiguar la lucha. Pero lo cierto también es que la realidad suele ser más compleja que las etiquetas. El propio Lula inició su carrera en el sindicalismo pelego.
A partir de la Segunda Guerra Mundial comienza tener cada vez mayor presencia un movimiento obrero coordinado por el Partido Comunista (PCB), que culmina con la fundación de el Comando General de los Trabajadores (CGT) en 1962, en el marco de los gobiernos populares de Kubistchek, Quadros y Goulart (1960-1964). Pero el auge del movimiento popular fue interrumpido por el golpe de militar de 1964, el primero que estableció un tipo de Estado militar represivo en América Latina, bajo la doctrina de la seguridad nacional elaborada por la Escuela de las Américas de los Estados Unidos, que luego se extendería por todo el continente.

La hora de las centrales

Del corazón del sindicalismo pelego y del industrialismo paulista surgió también la respuesta popular. En mayo de 1978 estallaron en San Pablo una serie de huelgas organizadas por los sindicatos metalúrgicos del ABC. El ABC son los tres municipios industriales que rodean San Pablo (Santo Amaro, Sao Bernardo y Sao Caetano do Campo), donde están instaladas las grandes plantas automotrices, corazón del industrialismo brasileño. Allí surgió Lula (1975), el PT (1980) y la CUT (1983).
El auge del movimiento sindical llevó a la organización de estructuras intersindicales, para crear en 1983 de la primera central sindical brasileña, la Central Única de los Trabajadores (CUT), cuando todavía las centrales estaban prohibidas. La CUT aparece también articulada con el Partido de los Trabajadores (PT), fundado tres años antes.
La CUT apareció con la idea de crear una central única, pero la experiencia negativa de los sindicatos unitarios pelegos, llevó al novo sindicalismo brasileño a rechazar la idea de sindicato o central única. Esto definió una de las características del actual movimiento obrero brasileño, que es su dispersión en múltiples centrales sindicales.
Las centrales se multiplicaron al compás de las disidencias y llegaron a sumar 13. Actualmente existen cinco centrales sindicales legalmente reconocidas en Brasil: la CUT, Força Sindical (FS), la Unión General de Trabajadores (UGT), la Nova Central Sindical de los Trabajadores (NCST) y la Central General de los Trabajadores (CGTB). Existen también otras centrales menores a las que no se les ha reconocido la personería.

Cantidad de sindicatos afiliados a las centrales de Brasil (2007)
Fuente: Radermacher, Reiner y Melleiro, Waldeli
Central
Oficial (2007)
Autoatribuidos (2010)
CUT
1571
3438
Força
633
1050
NCST
500
3000
UGT
313
623
CGTB
81
600
Sin central
17000
11300

Pese al avance de las centrales en las últimas tres décadas, la gran mayoría de los sindicatos brasileños no están adheridos a ninguna central. Sobre un total de unos 20.000 sindicatos únicos de base municipal en todo el país, menos de un 30% están afiliados a alguna central. El PT llegó al gobierno con la bandera de una reforma sindical para permitir la creación de multiples sindicatos, pero finalmente careció de fuerza para realizarla.
Políticamente, la CUT integra el Partido de los Trabajadores (PT).También la UGT apoya al lulismo, aunque sin alinearse abiertamente. La Força Sindical apoya al PSDB, de tendencia socialdemócrata. La CGTB se identifica con el Partido Comunista, mientras que la Nova Central, mantiene posiciones más conservadoras. Más allá de sus diferencias, las centrales tienden a actuar conjuntamente, tanto en el ámbito nacional como internacional.
Internacionalmente la CUT, Força Sindical y la UGT están afiliadas a la Confederación Sindical Internacional (CSI). Por su parte la CGTB está afiliada a la Federación Sindical Mundial (FSM), de tendencia comunista, mientras que la Nova Central no está afiliada a ninguna central mundial.

Un sindicalista llega a la presidencia de Brasil

En la década del 90, los trabajadores brasileños, como los de todo el mundo, sufrieron severamente las consecuencias de la globalización corporativa y el neoliberalismo. El sindicalismo brasileño respondió unificando posturas, impulsando movimientos globales como el Foro Social Mundial de Porto Alegre y abriéndose a la acción sindical internacional, haciendo pie en el Mercosur, a través de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS).
En el Mercosur, confluyeron y se influyeron mutuamente los dos sindicalismos mas poderosos de América Latina, el brasileño y el argentino. Allí se fue desarrollando una cultura sindical común, que terminó dando origen a un nuevo enfoque económico, en el que el trabajo decente fue colocado en el centro. Ese fue el nucleo de las políticas económicas y sociales neodesarrollistas de los nuevos gobiernos sudamericanos surgidos a partir de 1999.
Lula insertó a los sindicatos en el Estado. El 43% de los cargos estatales decisivos fueron ocupados por sindicalistas de las diversas centrales (D'Araujo), los que a su vez dirigen las inversiones de los fondos de pensión con criterio desarrollista. Desde allí produjeron un cambio social histórico, sobre la base de planes sociales como el Plan Hambre Cero (Fome Zero), el fortalecimiento del sindicalismo y la valorización del trabajo en las negociaciones colectivas, y la integración sudamericana a partir del eje Argentina-Brasil en el Mercosur.
Pero como en otros países sudamericanos, el gobierno de Lula chocó contra la resistencia de los sectores favorecidos para redistribuir riqueza. Antes de ser elegido Lula, Brasil tenía una desigualdad que llegaba al 0,57 en el coeficiente de Gini, lo que lo hacía el país más desigual del mundo (PNUD). Desde entonces la desigualdad bajó de 0,57 a 0,515, una tendencia positiva aunque insuficiente, que debiera como mínimo tender a estar debajo de 0,40.
Allí está la principal materia pendiente, tanto de Brasil, como de las democracias sudamericanas: la redistribución de la renta. En uno de sus últimos discursos como presidente, Lula dijo al cerrar las sesiones anuales de la Cepal, que la década 2011-2020, debe ser la década de la igualdad, tanto en Brasil como en toda América Latina.


* Abogado sindical, Director de Investigaciones del Instituto del Mundo del Trabajo

"Garantizar el Socialismo" por Gastón Florio NUESTRA AMÉRICA NÚMERO 7, Mayo 2011

Garantizar el Socialismo

“nadie sabe que cosa es el comunismo,
Y eso puede ser pasto  de la aventura.”
Silvio Rodríguez

Por Gastón Florio
gastonflorio@elpancholacoca.com.ar

Luego de décadas de falsos pronósticos, en Abril se realizo el VI Congreso del Partido Comunista Cubano, en el cual se rectificó nuevamente el rumbo de la Isla: el Socialismo. Con masiva concurrencia de veteranos y jóvenes cuadros de la Revolución, el VI Congreso coincidió con el aniversario de la invasión yanqui a Playa Girón. Cincuenta años más tarde, el socialismo cubano no solamente sigue en pie, sino que también se refunda y se permite trascender sus propias fronteras. Me asombraba la preparación de esta nueva generación, con tan elevado nivel cultural, tan diferente a la que se alfabetizaba precisamente en 1961, cuando los aviones yankis de bombardeo, en manos mercenarias, atacaban la Patria. La mayor parte de los delegados al Congreso del Partido eran niños, o no habían nacido”, expresaba Fidel Castro.
Quizás, lo más significativo ha sido que el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruiz, le ha cedido el cargo de Primer Secretario del Comité Central del Partido a su hermano, Raúl Castro por voto mayoritario de los miembros del mismo. Sin embargo, el VI Congreso arrojó un resultado que permite imaginar que el socialismo cubano no presta lugar para estancamiento, y se aventura a reformular políticas históricas, en pos de garantizar un mayor bienestar a los cubanos.

El congreso en números  

El último censo realizado en el 2009 indicó que en la Isla viven 11.242.621 cubanos. Sin embargo, mucho se habla, poco se conoce. Durante los años que lleva la Revolución cubana, el ataque del imperio para verla caer ha ocupado varios campos, no dando tregua. Invasión militar, bloqueo económico y mitos armados sobre la vida interna de la Isla, son armas utilizadas durante ya medio siglo.
La masiva participación en el VI Congreso fue impactante, abrumadora, y más aun; si se compara el total de la población y el número de cubanos que participaron del Congreso, se notará que estamos ante la sociedad que más participa de su política en el mundo.
En Diciembre del año pasado comenzaron los grupos de trabajo para diagramar los ejes programáticos del Congreso, hasta el 28 de febrero del 2011. Durante esos tres meses, se celebraron un promedio de 163 mil reuniones de organizaciones políticas y sociales, arrojando una participación de más de 8.913.838 cubanos, los cuales fueron parte de lo que se denominó “El proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”. Noventa días de intenso debate sobre el futuro de su gobierno, millones de personas participando y reflexionando. Pero, a pesar de esto, a los medios hegemónicos poco les interesa mostrar la realidad de la democracia cubana y eligen abonar el imbécil mito del imperio: la dictadura castrense. “Es un verdadero y amplio ejercicio democrático, el pueblo manifestó libremente sus opiniones, esclareció dudas, propuso modificaciones, expreso sus insatisfacciones y discrepancias, y también sugirió abordar la soluciones de otros problemas, no contenidos en el documento”, expresó ante multitudes Raúl Castro.  
Luego de estos tres meses de participación popular, se giró el documento para el análisis de Buró Político, el Comité Ejecutivo de Ministros, la Central de Trabajadores Cubana (CTC) y la Juventud Comunista (UJC); y finalmente, ese documento que deambuló por el 80% de los cubanos, llego al Comité del Partido. Se estima que durante los seis meses que se debatió el documento del VI Congreso, el 68% de su contenido original, fue reformulado, llegando así al inicio del VI Congreso de Partido Comunista.

Resultados

El principal punto del VI Congreso giró en torno a una reestructuración del modelo económico, para impulsar y renovar los vientos de la Isla. Ellos caracterizan como algunos problemas “el paternalismo, el igualitarismo y las concepciones idealistas de la revolución”, los cuales hoy atentan directamente contra el Socialismo. El mismo Fidel en un  discurso en 1975 expresó: “En la conducción de nuestra economía hemos adolecido indudablemente de errores de idealismo y en ocasiones hemos desconocido la realidad de las existentes leyes económicas objetivas a las cuales debemos atenernos”.  En esta línea, el evento cubano ha modificado eslabones como la libreta de alimento y ha propuesto otras formas de propiedad  y de gestión no estatales, bajo la supervisión del Estado revolucionario. Los cubanos buscan con el último punto, que el Estado pueda: “concentrarse en elevar la eficiencia de la producción y los servicios básicos y crear un espacio para la reubicación de cientos de miles de trabajadores del sector público. La educación y la salud gratuitas y universales, la seguridad y la asistencia social, conquistas históricas de la Revolución, continuarán dentro de la esfera estatal, que estará en mejores condiciones  de elevar su calidad y continuo perfeccionamiento, logrando mejor servicio con menos gasto”, cuenta Ángel Cablera.
El punto de la libreta de alimento fue el más polémico y simbólico, por su histórica aplicación. Desde los años ´60, cada cubano tiene garantizado de forma gratuita un abanico de alimentos para que no quede al desamparo. Pero, con el correr del tiempo se notó que esa política, tan vital para garantizar la igualdad cuarenta años atrás, hoy representa el desestímulo al trabajo y, en ocasiones, lucro de esos productos hacia el mercado negro. Por esto, este debate popular concluyó en su eliminación paulatina, dejando en claro que nunca el Estado dejará desprotegido a ningún ciudadano. “En Cuba, bajo el socialismo, jamás habrá espacio para las `terapias de choque´ en contra de los más necesitados y que son, tradicionalmente, los que apoyan a la Revolución con mayor firmeza, a diferencia de los paquetes de medidas que se emplean con frecuencia por mandato del Fondo Monetario Internacional y otras organizaciones económicas internacionales en detrimento de los pueblos del Tercer Mundo e incluso, en los últimos tiempos, en las naciones más desarrolladas, donde se reprimen con violencia las manifestaciones populares y estudiantiles”, expreso Raúl Castro.
El  modelo cubano, buscará entonces, expandir su economía para fomentar nuevas experiencias productivas que logren generar empleo fuera de la órbita estatal. Continúa Raúl Castro: El incremento del sector no estatal de la economía, lejos de significar una supuesta privatización de la propiedad social, como afirman algunos teóricos, está llamado a convertirse en un factor facilitador para la construcción del socialismo en Cuba, ya que permitirá al Estado concentrarse en la elevación de la eficiencia de los medios fundamentales de producción, propiedad de todo el pueblo y desprenderse de la administración de actividades no estratégicas para el país”.
Estos puntos, y demás, fueron acogidos por el pueblo caribeño con grades esperanzas y expectativas. Estas reformas económicas se encuadran en lo que la misma realidad demuestra, dándole la espalda a las mentiras compulsivas de los medios masivos que hace 60 años maldicen a la Isla: el Socialismo cubano renace día a día; se regenera. Su planificación, el dominio de Estado sobre los medios de producción estratégicos, la masiva participación y compromiso de la población, y su calidad educativa y sanitaria, reafirman el destino de la Isla. 

¿Qué significa autosuperarse? Ejemplo:    

Esta “actualización” del modelo económico cubano, trae una enorme esperanza en toda la región. De más esta decir, que muchos históricamente encontraron en la Revolución cubana, la luz que amparó las ideas por un mundo mejor, durante los fatales años del neoliberalismo. Hoy los movimientos populares del Sur, juntos a sus diferentes líderes, lograron renacer de las cenizas, y acompañar políticas anti-imperiales para luchar por la igualdad y la justicia social. Día a día se enfrenta al poder económico multinacional, intentando redistribuir la renta y liberarse de la extorsión del capital financiero. Cada uno confrontando con sus oligarquías locales, dando pelea en sus pugnas internas. Pero al mismo tiempo, reformulándose, para encontrar un nuevo modelo que acapare a las mayorías y unifique un bloque subcontinental solido, donde el Estado sea el único motor del futuro y con una identidad únicamente pensada de sus realidades y necesidades; no exportadas. Algunos hablan de capitalismo Nacional, otros de Socialismo del Siglo XXI. Lo cierto es que todavía esta historia se esta escribiendo.
Por esto, es un ejemplo, que el único pueblo que viene dando pelea al imperio, mano a mano hace más de medio siglo, ilumine su futuro y se disponga a pensarse y repensarse para lograr su superación demostrado a lo largo de este tiempo, dando pruebas que la liberación Nacional no se llama “utopía”. Raúl Castro dice: “ [El mundo reconoce] …a Cuba por ser uno de los países más seguros y tranquilos del mundo, sin narcotráfico ni crimen organizado, sin niños o adultos mendigos, sin trabajo infantil, sin cargas de caballería contra los trabajadores, estudiantes u otros sectores de la población, sin ejecuciones extrajudiciales, cárceles clandestinas ni torturas”.


"The war is not over" por Eva Stilman GLOBO NÚMERO 7, Mayo 2011

THE WAR IS NOT OVER
Notas sobre el discurso de Obama


Por Eva Stilman
evastilman@elpancholacoca.com.ar

  1 de mayo, día internacional del trabajador. Este año tuvo lugar una gran jornada de movilización con numerosos actos, reivindicaciones y protestas en países centrales y periféricos. Cuando estaba terminando el día símbolo de la lucha de los trabajadores en el mundo, habló el presidente de los EEUU, Barack Obama. Casualidad o causalidad, cada cual juzgará.
  Resulta evidente que un discurso del presidente de la principal potencia militar tiene cobertura mundial, pero teniendo en cuenta además de que se trata de un feriado internacional, podemos afirmar que existen pocas probabilidades de evadir la noticia. El discurso de Obama tiene como interlocutores al pueblo estadounidense y al mundo, plantea dar un mensaje (o varios, en realidad) no sólo a los habitantes de EEUU sino a todos los habitantes del planeta. Dejando en claro esto, veamos cuáles son algunos de los mensajes que el presidente Nobel de la Paz emitió al mundo.

La familia (norte) americana
  Con lo que respecta al mensaje especialmente destinado al pueblo norteamericano, el énfasis estuvo puesto en la apelación a la cohesión interna bajo la imagen de “famila americana” que se reúne a partir de un atentado proveniente de un enemigo externo, pero que puede estar en cualquier lado. El relato de Obama sobre el 11 de septiembre utiliza frases como “un luminoso día”, “un cielo sin nubes”, donde se puede entrever la idea de que todo funcionaba de maravillas en la vida cotidiana estadounidense, hasta que alguien interrumpió el sueño (norte)americano. Interrupción que al mismo tiempo unió a la familia (norte)americana: “El 11 de septiembre de 2001, en nuestro tiempo de dolor, el pueblo estadounidense se unió. Ofrecimos una mano a nuestros vecinos, y a los heridos, nuestra sangre. Reafirmamos nuestros lazos en común, y nuestro amor por la comunidad y el país. Ese día, sin importar de dónde veníamos, a qué dios orábamos, o de qué raza o grupo étnico éramos, nos unimos como una familia americana.”
 Es bien sabido que las guerras son una herramienta de cohesión interna. Los Estados-Nación capitalistas (en especial los expansionistas) han utilizado este tipo de recursos a lo largo de su historia. La guerra constituye no solamente un negocio, sino que es una herramienta fundamental para sostener y/o consolidar órdenes sociales (políticos y económicos) tambaleantes. El imaginario colectivo se crea a partir de la construcción de un enemigo amenazante, frente al cual hay que unirse para combatirlo y en donde no cabe hacer críticas hacia el interior.

El relato de una guerra global 
 Obama sostiene que “pronto supieron” que los ataques fueron perpetrados por Al Qaeda, organización que “había declarado abiertamente la guerra a Estados Unidos y se había comprometido a matar inocentes en nuestro país y en todo el mundo. Y así fuimos a la guerra contra Al Qaeda, para proteger a nuestros ciudadanos, nuestros amigos y nuestros aliados.” El compromiso de matanza de inocentes era supuestamente “en todo el mundo”, sin embargo EEUU fue a la guerra para proteger a sus “ciudadanos, amigos y aliados”. He aquí una cuestión fundamental que se desprende en dicha frase, porque en todo caso, los que estarían en riesgo serían los “ciudadanos, amigos y aliados” de los EEUU y no “todo el mundo”, por lo que hacer eco de “el mundo bajo amenaza” resultaría una verdadera falacia. Otra posibilidad es que EEUU esté intentando poner en situación de alerta a todo el mundo para crear la necesidad de convertirse en amigos o aliados a los países que todavía no lo han hecho. Si fuera así estaríamos frente a la tradicional lógica mafiosa: yo creo y te meto en una situación de peligro, para ofrecerte luego protección.
  En el relato alarmista se incluye a sujetos que no tienen porqué preocuparse de posibles represalias. Esto ha sido reforzado por los medios hegemónicos del mundo y sus equivalentes locales bajo el lema: “El mundo bajo amenaza” que han repetido incansablemente. Los canales de noticias dieron una cobertura triunfalista, seguida de un curioso complemento: el miedo. Merece nuestra atención cómo se puede llegar a conjugar triunfo con miedo. Si algo caracteriza a un discurso triunfalista es precisamente una especie de omnipotencia, propia del recién vencedor. No resulta muy creíble que alguien que acaba de triunfar sienta miedo, a excepción de que considere que su triunfo no es muy justo que digamos. Sin embargo, Obama repite la palabra justicia, así que, al menos en lo que concierne a este discurso, no sería el caso. Otra de las opciones es que el triunfo pertenezca a unos y el miedo deba pertenecer a otros. En este caso, sí es posible conjugar en un mismo discurso triunfo y miedo: el triunfo le pertenece a un aparato militar y el miedo le pertenece a todos los ciudadanos y ciudadanas de todas las partes del mundo.


Yo, el Comandante en Jefe
  Obama deja en claro que se ha puesto a la cabeza de la lucha antiterrorista: “ordené a Leon Panetta, director de la CIA”,  “decidí”, “bajo mi dirección”, “como Comandante en Jefe”. Obama nos dice: Sí, yo, Obama, el que recibió el Nobel de la Paz, soy ante todo el Comandante en Jefe de la potencia militar imperial más poderosa del mundo.
  Es ante todo el presidente de los EEUU, país que “puede hacer lo que se proponga”. No sólo eso, sino que establece una línea de continuidad al citar explícitamente al ex presidente Bush: “He dejado claro, al igual que el presidente Bush lo hizo poco después del 11-S, que nuestra guerra no es contra el Islam”. Obama establece una continuidad con la política intervencionista, aclarando a sus “amigos y aliados” islámicos que con ellos no hay problema mientras, claro está, continúen colaborando con la lucha antiterrorista.
  Obama construye (o más bien, retoma) un relato acerca de cuándo comenzó la guerra: “El pueblo estadounidense no eligió esta lucha. Llegó a nuestras costas, y comenzó con la masacre sin sentido de nuestros ciudadanos”. Obama omite las intervenciones norteamericanas en Medio Oriente y sostiene el mito de que todo comenzó un 11 de septiembre. La guerra “les llegó”, las labores de su aparato militar en el mundo nada tuvieron que ver. No hay un antes que explique o intente explicar un 11 de septiembre, porque las causas que podrían motivar atentados a EEUU (o a sus amigos o aliados) son definidas como “sin sentido”. Otra de las omisiones que hace Obama con respecto a la “guerra antiterrorista” es precisamente la invasión estadounidense a Irak.
  Cuando Obama hace referencias al aparato militar estadounidense y sus respectivas colaboraciones de inteligencia no hay más que halagos y agradecimientos: “incansable y heroico trabajo de nuestro ejército y nuestros expertos en contraterrorismo”, “tras años de duro trabajo de nuestros servicios de inteligencia”, “Un pequeño grupo de estadounidenses llevó a cabo la operación con extraordinaria valentía y capacidad”, “damos gracias a la inteligencia y a un sinnúmero de profesionales de la lucha contra el terrorismo que han trabajado incansablemente para lograr este resultado”, “Damos gracias por los hombres que llevaron a cabo esta operación, ya que ejemplifican el profesionalismo, el patriotismo y la valentía sin igual de los que sirven a nuestro país”. Constantemente se revindica la efectividad del aparato militar, remarcando así la necesidad de sostenerlo.


El deber ser y el deber hacer 
  Cuando Obama le habla al mundo aparece el famoso deber ser, claramente imperativo: aquellos que creen en la paz y en la dignidad humana, deben saludar este asesinato. Obama sostiene que “su desaparición debe ser bienvenida por todos los que creen en la paz y la dignidad humana”. El término utilizado es desaparición, palabra nefasta en la Argentina, al igual que la imagen de arrojar un cadáver al mar.
  Obama nos muestra además qué se debe hacer. La clave está en la cooperación: “Con los años, he manifestado en repetidas ocasiones que tomaríamos medidas en Pakistán si tuviéramos la certeza de que Bin Laden se encontraba allí. Eso es lo que hemos hecho. Pero es importante señalar que nuestra cooperación antiterrorista con Pakistán nos ayudó a llegar hasta Bin Laden y el recinto donde se escondía”. El mensaje es claro: esta es la forma en la cual queremos que se comporten las naciones del mundo. Si nosotros decidimos que vamos a intervenir en su territorio, ustedes deben cooperar en la lucha antiterrorista. Deberán cooperar, porque la guerra no ha terminado: “Esta noche he llamado al presidente Zardari, y mi equipo también ha hablado con sus homólogos paquistaníes. Están de acuerdo en que éste es un buen e histórico día para nuestras naciones. Y en el futuro, es esencial que Pakistán continúe unido a nosotros en la lucha contra Al Qaeda y sus afiliados”. Pakistán es el ejemplo a seguir. Obama sostiene que “en todo el mundo, trabajamos con nuestros amigos y aliados para capturar o matar a decenas de terroristas de Al Qaeda”. Es decir, EEUU no trabaja solo y es mejor que todos colaboren. 


Estados Unidos puede hacer lo que se proponga
    El mensaje final remarca que EEUU es y seguirá siendo fuerte: “Seremos implacables en la defensa de nuestros ciudadanos y de nuestros amigos y aliados. Seremos fieles a los valores que nos hacen quienes somos”, “el logro de hoy es testimonio de la grandeza de nuestro país y la determinación del pueblo estadounidense”, “La causa para asegurar a nuestro país no se ha completado. Pero esta noche, volvemos a recordar que Estados Unidos puede hacer lo que se proponga. Esa es la historia de nuestra historia, ya sea la búsqueda de la prosperidad de nuestro pueblo, o la lucha por la igualdad para todos nuestros ciudadanos; nuestro compromiso de defender nuestros valores en el extranjero, y nuestros sacrificios para hacer del mundo un lugar más seguro.” La “historia de su historia” es que Estados Unidos puede hacer lo que se proponga porque es una potencia imperial. 
  Al pueblo norteamericano le dice: si nos unimos podemos hacer lo que queramos. No es momento de críticas, porque me he puesto a la cabeza de la lucha antiterrorista. Esta es una demostración de la efectividad de nuestro aparato militar. La guerra no ha terminado, debemos temer represalias por ello necesitamos sostener a nuestro aparato militar.
  Al mundo le dice: nuestro aparato militar puede hacer lo que queramos, es mejor que cooperen. No nos importan los juicios. No nos importan las leyes internacionales. EEUU sigue teniendo vocación imperial más allá del Nobel otorgado. EEUU seguirá interviniendo (bajo distintas formas) y atropellando las soberanías nacionales cuando lo considere necesario, porque EEUU declara su “compromiso de defender nuestros valores en el extranjero”.
 Las potencias imperialistas necesitan construir un enemigo para poner en marcha a sus aparatos militares y lograr redistribuciones del mundo. Después de la caída soviética, han ido construyendo al terrorismo como enemigo internacional para justificar intervenciones militares, políticas y económicas a lo largo y ancho del mundo. Osama ha sido siempre una excusa. Es cierto que a partir de este suceso el mundo tiene que estar alerta porque se encuentra bajo una real y concreta amenaza: los Estados Unidos de Norteamérica.



Nota: Para evitar que se acuse a la traducción de malintencionada, he tomado la versión que publicó el diario español El mundo, referente liberal de derecha. Disponible en: http://www.elmundo.es/america/2011/05/02/estados_unidos/1304331032.html
También puede verse el discurso en: http://www.youtube.com/watch?v=qnGbPFltG18

"Y entonces llegó la S.I.P." por Gastón Florio MEDIOS? NÚMERO 7, Mayo 2011

Y entonces llegó la S.I.P.


Por Gastón Florio
gastonflorio@elpancholacoca.com.ar

En medio de un mapa político donde el debacle de la oposición no presenta dudas, y sus monigotes marketineros se bajan poco a poco de sus candidaturas presidenciales, llegó al país la Sociedad Interamericana de Prensa para alivianar la decadencia del arco opositor. Pomposamente los medios masivos prepararon su llegada dictando a la opinión pública que el desembarco de la S.I.P traía su preocupación por la situación de la libertad de expresión en la Argentina, convirtiendo en juez y parte su monitoreo. La arquitectónica falacia promovida por Magneto & Cía., como suele pasar, poco coincide con la realidad. La S.I.P es una sociedad que acapara a la más grades empresas de comunicación del Continente y de Europa, que muchas veces calla cuando el poder se lo pide, al igual que Clarín y La Nación durante la última dictadura militar. Se expresa cuando nadie reclama su opinión, intentando defender los intereses de sus dueños, y se hace la distraída cuando una pregunta incomoda a alguno de sus patrones.

Un poco de historia nunca está de más

La historia de la Sociedad Interamericana de Prensa se sujeta a la Guerra Fría. Sólo siete años duró su autonomía de los magnates del Departamento de Estado. Creada en 1943 en la Ciudad de la Habana, la S.I.P será presa de la nueva CIA, nacida cuatro años mas tarde.
En 1947 los yanquis destinan un presupuesto de 500 millones de dólares a la Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), como fondo para financiar campañas publicitarias contra el avance del comunismo soviético, mayoritariamente en el viejo continente. Estas campañas tendrían como objetivo llenar de dinero a los periodistas para filtrar información, y a la vez, reproducir las noticias (operaciones) yanquis en contra de Rusia. Artículos, fotografías y reportajes inundarían todo el mundo en función de las conspiraciones para batallar en la Guerra Fría.
En 1953 el director de la CIA, Allen Dulles, organizará una reunión en Norteamérica con el fin de capacitar a los reporteros y dueños de medios de los países con más influencia de peligro  comunista, para detallar campañas antisoviéticas y crear el hábito del contacto entre la prensa y el Departamento de Estado. Stela Calloni escribe: “En las investigaciones de The New York Times en 1977, al menos 22 organizaciones periodísticas  de  EE.UU habían tenido contacto con la CIA*”
Dentro de esta estrategia (anticomunista, pro yanqui) cae la S.I.P en 1946. Tres representantes del Pentágono concurrieron a la reunión de la S.I.P que se celebró en Quito, Ecuador, con un objetivo bien planificado: tentar a los integrantes de la joven organización a que realicen una nueva reunión en suelo norteamericano, para poder torcer el rumbo de la organización y ponerla al servicio del anticomunismo; y penosamente, Jules Dubois, Joshua Powers y Tom Wallace alcanzaron los objetivos conspiradores.
Nueva York, 1950: la trampa estaba diseñada, obviando invitaciones de los medios progresistas de la S.I.P, negándole la visa a otros y atrapando policialmente a Carlos Rodríguez (cubano, tesorero de la organización), para que no participe en la reunión. De esta forma, se reformaron los estatutos originales y la S.I.P quedó en manos de los medios más poderosos y al servicio de la CIA.
De allí hasta hoy, la S.I.P actuará inmediatamente como eslabón de la Doctrina de Seguridad Nacional y poco tendrá que ver con la defensa de la libertad de expresión. “En realidad –continúa Calloni- la historia de la SIP es la historia de los golpes de estado contra los gobiernos constitucionales en los que estuvo involucrada. Se la presenta como la ‘Junta Calificadora’ de la libertad de expresión en el continente, cuando su papel real era y es destruir todo intento de rebelión contra los intereses coloniales y neocoloniales de Estados Unidos. En todos los documentos desclasificados sobre las dictaduras de América Latina surge la complicidad y el apoyo de la S.I.P a los dictadores y los ataques y maniobras contra  los gobiernos populares y democráticos”. En todos los golpes de Estado de América Latina, esta organización patronal, supo operar internacionalmente para encubrir los delitos de lesa humanidad cometidos, y a la vez, legitimar a los gobiernos militares frente a los medios extranjeros.
En síntesis. La opinión de la S.I.P siempre tiene que ser escuchada, pero sabiendo de dónde viene y a quiénes va a defender. Por eso, es poco recomendable que se explaye sobre “la libertad de expresión”; porque sería como si un sordo opina sobre el nuevo disco del Indio Solari…

“Es un cuestión de familia” ¿Humorada o falta de respeto?

Pese a las ilusiones que tenían la oposición y sus editoriales, la visita de la S.I.P no produjo ningún golpe político al país. Gonzalo Marroquín, presidente de la entidad, intentó acaparar las cámaras y las páginas, puestas a su disposición por los oligopolios mediáticos, pero se vio acorralado frente a preguntas que se escapaban de su speech. Defender lo indefendible, es muy difícil. Quizás, imposible, si se quiere decir que en la Argentina “peligra la libertad de expresión”, como se cansó de decir Marroquín. Tal vez si se adapta a términos jaurechianos; y si partimos desde que para algunos medios, la libertad de expresión, es en realidad la libertad de empresa, Marroquín podría tener razón. Sin embargo, el intelectual presidente, nunca leyó al “maldito” Arturo.
Con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales, los dolores de cabeza del monopolio parecen no cesar. La legitimidad de la Ley ante la sociedad y ante los otros países, posiciona como modelo a Argentina a la hora de plantear una verdadera democracia comunicativa. Sin embargo, el discurso de la S.I.P insiste en ir contra estos vientos de cambios: "Quiero respetuosamente expresarle nuestra más profunda preocupación por el debilitamiento de la libertad de prensa… [que la presidenta] impulse los cambios ejecutivos y legislativos necesarios para que la libertad de expresión y la democracia se vean fortalecidas". O sea, que el gobierno anule la nueva Ley de Medios sancionada por afano en ambas cámaras republicanas, y así garantice los monopolios. De esta forma, la S.I.P entiende la libertad de expresión.
Juan Manuel Abel Medina, Secretario de Comunicación Publica de la Nación, dirigió una carta a la S.I.P explayando en que situación se encuentra la libertad de expresión en la Argentina, no dando lugar al desperdicio de su lectura: “La Argentina recuperó en 1983 la institucionalidad democrática y desde entonces sostiene la plena vigencia del Estado de derecho. Los ciudadanos de nuestro país, entre ellos los periodistas, los trabajadores de prensa y los dueños de medios de comunicación, gozan de completa libertad para investigar, recabar información, opinar y expresar sus ideas… Nuestra gestión está comprometida con la defensa más irrestricta de la libertad de expresión, como puede comprobar cualquier ciudadano, e inclusive cualquier observador externo, hojeando un periódico local o viendo la televisión apenas unos minutos. Las críticas al gobierno nacional, en muchas ocasiones con tono despiadado y repetitivo, son moneda corriente en la mayoría de los medios que informan a los argentinos… En esta línea, hemos impulsado con mucha decisión un proceso de profunda transformación bajo el marco de una nueva Ley de servicios de comunicación audiovisual que se ha convertido en una referencia a nivel regional e internacional. Sus objetivos son claros: promover la desconcentración, fomentar la competencia y garantizar la participación del sector privado no comercial en el mercado de la comunicación para abaratar y universalizar el acceso a las nuevas tecnologías de la información y democratizar los contenidos que por su intermedio se difunden”.
Sin dudas, si la S.I.P pudiera volver el tiempo atrás, suspendería su visita al país. Cada uno de los cuestionamientos que realizo, no logró soportar una repregunta. Quedó en evidencia ante la sociedad, su matriz defensora del poder mediático dominante. Sino se embarca todo lo que ha pronunciado la S.I.P en hacer defensa de la pérdida de los monopolios de comunicación locales, gracias al avance de la democracia, se tendría que pensar que la S.I.P sufre una enfermedad, de criterio, aguda.
Sin embargo, la nota de color que desentonó, fue cuando una periodista le preguntó a Marroquín sobre el ADN de los hijos adoptivos de Noble Herrera, accionista y socia política de la S.I.P, y este señor haciéndose el distraído y burlándose de lo que el caso representa para la historia Argentina, dijo: “Es una cuestión de familia”.


……………….

* “…incluyendo las empresas ABC y CBCLa revista TIME, LIFE y NEWSWEEK los diarios The New York Times y The News Herald Tribune, United Press International (UPI), American Press International (APE)Otros periódicos como la Cadena Scripps - Howard y The Cristian Sciense Monitor, The Wall Street Journal y otros, incluyendo Fodor’s editora de guía para turistas. Hubo otros importantes como Business Internacional, Mc London Broadcasting Organazation, Film Daily y otros”.