NI UN PASO ATRÁS
Por
Mauricio José Amiel
mauricioamiel@elpancholacoca.com
mauricioamiel@elpancholacoca.com
¿Cómo percibir, desde acá, desde todo el ancho de un país de por
medio, a pesar de toda la información, de la comunicación satelital, del
material audiovisual, cómo percibir, digo, en su justa medida, lo que está
sucediendo en Chile en este preciso instante? Universidades en constante
movilización. Secundarios que hace seis meses no tienen clases y en los cuales
70 mil estudiantes rechazan el plan estatal "Salvemos el año escolar"
por juzgarlo una solución no pedagógica, tomando posición frente a la constante
discusión cuando al momento de luchar por una mejor educación se suspenden las
clases. Mi opinión es la suya: más vale tardar un año más en hacer el
secundario si lo que se busca es hacer que el acceso a la educación sea
irrestricto. Más vale formarse como ciudadanos responsables que toman partido
en la construcción de la sociedad y de la presente, del futuro y de la historia
que se hará de ello. Sobre todo cuando la unión es tan fuerte y la situación
que se busca cambiar no incluye sólo el ámbito de la educación: Chile sufre
ahora los efectos de un desigual crecimiento de la economía generado por las
políticas neoliberales que su parlamento pinochetista impulsa, bancado en gran
medida por una clase media que se beneficia –sólo aparente y momentáneamente-
con ellas. La gestión actual tiene el apoyo popular por el suelo –y la tendría
enterrada ya sino fuera por el golpe mediático que fue el rescate de los
mineros y por los pinochetistas asumidos- y los estudiantes representan en este
momento el desafío más grande con el que tiene que lidiar el gobierno. Porque
hasta ahora lo único que han hecho es lidiar; no ha habido por parte del
gobierno de Piñera, ni con el anterior ministro –que provenía del Opus Dei-
Joaquín Lavin, ni con Felipe Bulnes, el actual, voluntad de acceder a los
justos reclamos de los estudiantes. Y que se entienda, de todos los
estudiantes, porque la movilización no la lleva adelante solamente, como sucede
acá, el sector público, por una clara razón: todas las universidades y la
mayoría de los colegios son pagos. El gobierno sigue proponiendo parches y
aceptando sólo a medias las propuestas de los movilizados. Giorgio Jackson,
presidente de la Federación
de estudiantes de la
Universidad Católica, lo expresa mejor: “no existe verdadera
voluntad por parte del gobierno de cambiar el escenario ni de cambiar las
injusticias que se viven hoy día en el sistema educacional. El gobierno no
quiere tener un diálogo constructivo, sino más bien ejercer presión para
desgastar el movimiento, que ha tenido eco en la mayoría del país”. [1] De hecho, Piñera y asociados
esperaban que la movilización cayera después de la tragedia aérea que
conmocionó a gran parte del país, pero eso no sucedió. El 22 de septiembre,
mientras él estaba en la
Asamblea de las Naciones Unidas diciendo que su gobierno
“está a favor de una causa noble, grande, hermosa como es dar educación de
calidad para todos los jóvenes” [2], 180 mil personas se
movilizaban por el centro de Santiago contradiciéndolo.
Al gobierno de Piñera parece no importarle en nada, y sigue en su
postura de denigrar la organización estudiantil. Denigrar y reprimir: nunca
olvidemos que el conflicto se ha cobrado, tristemente, la vida de un pibe, Manuel
Gutiérrez, de 16 años, que fue alcanzado por una bala que salió del arma de un
carabinero.
A la fecha el panorama es ese. Un gobierno tan intransigente en su
postura neoliberal de mantener una educación privatizada prácticamente en su
totalidad, para la cual su único aporte son créditos que los estudiantes tardan
largos años en pagar, frente a una movilización que aglutina a todos los
sectores de los estudiantes –y en menor medida a docentes y padres- que a la
par que va ganando apoyo popular[3] también se muestra
intransigente en su lucha por lograr la anhelada educación pública.
Les dejo, de yapa, algunos de los cantitos que se oían en las
marchas: “Menos plata pa’ los tanques, más plata pa’ los estudiantes” “No hay
beneficio sin sacrificio” “Nuestros hijos no pasarán de curso, pero pasarán a
la historia”.
[3] El apoyo subió 30 puntos
porcentuales de junio a septiembre, quedando en un 63,3 %.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-177375-2011-09-23.html
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-177375-2011-09-23.html