"Ni un paso atrás" por Mauricio Amiel NUESTRA AMÉRICA Nº11, septiembre 2011

NI UN PASO ATRÁS

Por Mauricio José Amiel
mauricioamiel@elpancholacoca.com

¿Cómo percibir, desde acá, desde todo el ancho de un país de por medio, a pesar de toda la información, de la comunicación satelital, del material audiovisual, cómo percibir, digo, en su justa medida, lo que está sucediendo en Chile en este preciso instante? Universidades en constante movilización. Secundarios que hace seis meses no tienen clases y en los cuales 70 mil estudiantes rechazan el plan estatal "Salvemos el año escolar" por juzgarlo una solución no pedagógica, tomando posición frente a la constante discusión cuando al momento de luchar por una mejor educación se suspenden las clases. Mi opinión es la suya: más vale tardar un año más en hacer el secundario si lo que se busca es hacer que el acceso a la educación sea irrestricto. Más vale formarse como ciudadanos responsables que toman partido en la construcción de la sociedad y de la presente, del futuro y de la historia que se hará de ello. Sobre todo cuando la unión es tan fuerte y la situación que se busca cambiar no incluye sólo el ámbito de la educación: Chile sufre ahora los efectos de un desigual crecimiento de la economía generado por las políticas neoliberales que su parlamento pinochetista impulsa, bancado en gran medida por una clase media que se beneficia –sólo aparente y momentáneamente- con ellas. La gestión actual tiene el apoyo popular por el suelo –y la tendría enterrada ya sino fuera por el golpe mediático que fue el rescate de los mineros y por los pinochetistas asumidos- y los estudiantes representan en este momento el desafío más grande con el que tiene que lidiar el gobierno. Porque hasta ahora lo único que han hecho es lidiar; no ha habido por parte del gobierno de Piñera, ni con el anterior ministro –que provenía del Opus Dei- Joaquín Lavin, ni con Felipe Bulnes, el actual, voluntad de acceder a los justos reclamos de los estudiantes. Y que se entienda, de todos los estudiantes, porque la movilización no la lleva adelante solamente, como sucede acá, el sector público, por una clara razón: todas las universidades y la mayoría de los colegios son pagos. El gobierno sigue proponiendo parches y aceptando sólo a medias las propuestas de los movilizados. Giorgio Jackson, presidente de la Federación de estudiantes de la Universidad Católica, lo expresa mejor: “no existe verdadera voluntad por parte del gobierno de cambiar el escenario ni de cambiar las injusticias que se viven hoy día en el sistema educacional. El gobierno no quiere tener un diálogo constructivo, sino más bien ejercer presión para desgastar el movimiento, que ha tenido eco en la mayoría del país”. [1] De hecho, Piñera y asociados esperaban que la movilización cayera después de la tragedia aérea que conmocionó a gran parte del país, pero eso no sucedió. El 22 de septiembre, mientras él estaba en la Asamblea de las Naciones Unidas diciendo que su gobierno “está a favor de una causa noble, grande, hermosa como es dar educación de calidad para todos los jóvenes” [2], 180 mil personas se movilizaban por el centro de Santiago contradiciéndolo.
Al gobierno de Piñera parece no importarle en nada, y sigue en su postura de denigrar la organización estudiantil. Denigrar y reprimir: nunca olvidemos que el conflicto se ha cobrado, tristemente, la vida de un pibe, Manuel Gutiérrez, de 16 años, que fue alcanzado por una bala que salió del arma de un carabinero.
A la fecha el panorama es ese. Un gobierno tan intransigente en su postura neoliberal de mantener una educación privatizada prácticamente en su totalidad, para la cual su único aporte son créditos que los estudiantes tardan largos años en pagar, frente a una movilización que aglutina a todos los sectores de los estudiantes –y en menor medida a docentes y padres- que a la par que va ganando apoyo popular[3] también se muestra intransigente en su lucha por lograr la anhelada educación pública.
Les dejo, de yapa, algunos de los cantitos que se oían en las marchas: “Menos plata pa’ los tanques, más plata pa’ los estudiantes” “No hay beneficio sin sacrificio” “Nuestros hijos no pasarán de curso, pero pasarán a la historia”.