"Entre la corresponsabilidad y la fragmentación" por Natalia Castrogiovanni SOCIAL NÚMERO 6, Abril 2011

Entre la corresponsabilidad y la fragmentación
La efectivización de derechos de adolescentes que conviven con VIH/SIDA



Por Natalia Castrogiovanni
nataliacastrogiovanni@elpancholacoca.com.ar

  Actualmente (hasta el 30 de Junio de 2009), la Dirección Nacional de SIDA y Enfermedades de Transmisión Sexual, a través del “Boletín sobre el VIH/SIDA en la Argentina”, estima que 120.000 personas conviven con VIH/SIDA en la Argentina. De este total, sólo alrededor del 60% conoce su condición de salud, registrándose 75.009 notificaciones de personas infectadas en el país. Por otro lado, alrededor de 56.000 personas se encuentran realizando un seguimiento en el sistema de salud.
  La vía de transmisión con mayor cantidad de casos relevada, corresponde para ambos sexos a la de relaciones heterosexuales, siendo el porcentaje de ésta en la situación de las mujeres, el 87% y el 48% en la de los varones. Respecto de la vía de transmisión vertical, el Boletín identifica que el 2% de los varones han contraído VIH a través de esta vía, así como el porcentaje asciende al 4% en mujeres.
  Los datos antes arrojados pueden parecer datos conocidos e inmóviles, pero en vistas de repensar las formas en que los sujetos acceden –o no- a efectivizar sus derechos a la salud, es que algunas categorías permiten pensar los pronósticos de aquellas personas que conviven actualmente con el virus. Por otro lado, y centrándonos en el lugar de los adolescentes de los sectores populares, les propongo pensar desde qué lugar podemos repensar nuestro involucramiento con los procesos de salud-enfermedad.
  Estas categorías representativas pueden ser: vínculos significativos y corresponsabilidad.
  Primero, debido a que los adolescentes se encuentran insertos en sus familias, en sus redes de contención y en su comunidad, en contraposición a entenderlos como sujetos-aislados, es que se definen los vínculos significativos de los mismos como centrales para el desarrollo de las vidas de los adolescentes: son aquellos presentes en la vida de los sujetos en su cotidianeidad. Son esenciales a la hora de sostener y dar respuestas a los sujetos, en dotar de significado a la vida de los mismos, de manera recíproca y constante. Se pueden clasificar estos vínculos de la siguiente manera: redes primarias (familias y grupos de pares) y redes secundarias tales como: efectores de salud, educativas, recreativas y religiosas, convivenciales, entre otras que se configuren como significativas para los sujetos. Las redes primarias y secundarias actúan como ámbitos de sostén de los adolescentes. Sin embargo, es a partir de su inserción situacional que se presentan para los sujetos como un todo, mostrando distintos niveles de vinculación o desvinculación, desde la conexión y lazos o desde la fragmentación y desconexión.
  Segundo, es interesante plantear para ilustrar los vínculos significativos de los adolescentes, la categoría de corresponsabilidad. La misma refiere a los compromisos asumidos de los vínculos sociales, familiares, institucionales en relación a cada uno de los sujetos –titulares- de derechos. De esta manera, la corresponsabilidad actúa en la plena efectivización de los derechos de los adolescentes a partir de entender como propios los derechos y obligaciones de cada vínculo materializado por las políticas públicas en instituciones al servicio de la sociedad.
  De esta manera, los procesos de salud-enfermedad de los adolescentes, complejizados por el VIH/SIDA, pueden ser abordados junto a los adolescentes que atraviesan los mismos procesos, a través del enfrentamiento con los conflictos que plantea la existencia. Esto se da no sólo desde la “gestión” de la enfermedad, sino a través de la corresponsabilidad institucional – territorial de los vínculos significativos que participan de la vida de los adolescentes, efectivizando sus Derechos Humanos, buscando –y encontrando- mayores niveles de libertad y autonomía.
  Por eso, desde este pequeño lugar es que proponemos repensar desde nuestros lugares de militancia, trabajo, recreación y cualquier otro, la inserción de personas que conviven con VIH/SIDA y la corresponsabilidad en el tratamiento que aquello implica. Porque la salud y la enfermedad no son sólo procesos biológicos, sino esencialmente, procesos sociales, que nos involucran a todos.


Bibliografía consultada:

BOKSER, Mirta; “Seres humanos – Personas – (su) Personalidad Jurídica (viceversa y recíprocamente)”; Ediciones Colihue, Buenos Aires,  2009.
BOKSER, Mirta; “Derechos de Niñas, Niños y Jóvenes: Políticas de Gestión Territorial”; Buenos Aires; Lumen Hvmanitas; 2005.
CASTEL, Robert; “La Dinámica de los Procesos de Marginalización: de la vulnerabilidad a la exclusión”; En El Espacio Institucional; Lugar Editorial, Buenos Aires, 1991.