"Cuando los olvidaos se ponen de pie" por M. Eugenia Asato NUESTRA AMÉRICA NÚMERO 4


Cuando los olvidaos se ponen de pie




Por María Eugenia Asato
eugeniaasato@elpancholacoca.com.ar


  Cuando uno empieza a buscar información acerca de la Bolivia actual, se encuentra que aparece mucho la palabra plurinacional, en relación al Estado, a la Constitución, a las instituciones, etc. Pero el Estado Plurinacional no es sólo una denominación sino una forma de construir una organización y poder distintos. Lo plurinacional hace referencia a muchas naciones y al respeto de los derechos de todos los bolivianos.  
  El concepto de Estado Plurinacional se relaciona con el término de República, palabra que nuestros amigos griegos entendían como la “cosa pública”. En palabras más simples, la República somos todos.
  En la décima cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), a mediados del 2010, los presidentes de Bolivia, Venezuela y Ecuador trataron la elaboración de planes de integración y reconocimiento a las culturas negra e indígena en América Latina y declararon la intención de impulsar Estados Plurinacionales para evitar que la historia la siga escribiendo el modelo europeo. Esto muestra una búsqueda de descolonización.      
  Políticamente, Bolivia se constituye como un Estado Plurinacional, descentralizado y con autonomías; étnica y culturalmente es multiétnica y pluricultural.
  Volviendo al plano político posee una Democracia participativa, representativa y comunitaria. Existen cinco niveles de gobierno: plurinacional, autónomo departamental, autónomo regional, autónomo indígena y municipal. Antes, los prefectos eran dependientes del poder central, mientras que los actuales gobernadores gozan de independencia. Los líderes territoriales son elegidos por sufragio universal. La Constitución plantea diputados especiales para los pueblos indígenas. ¡Esto es descentralización! La cual considero que no se contrapone a una centralización sino que pueden ser complementarias. La descentralización es una forma de organización, es transferencia de poder de un gobierno central hacia gobiernos locales que toman decisiones sobre un territorio. La descentralización le da más autonomía a los gobiernos locales, refuerza a la Democracia y a la Participación. Si funciona bien, apunta a la construcción de un gobierno DESDE ABAJO.
  En cuanto a la participación, en nuestro país en el Municipio de Morón en el Gran Buenos Aires, pudimos ver en la gestión de Sabatella, la experiencia del presupuesto participativo en el cual la comunidad decidía según prioridades la utilización de un porcentaje del presupuesto de este municipio para las necesidades del mismo. Es necesario participar desde el lugar que querramos y podamos ¡para ser sujetos de la historia y no meros objetos!
  Volviendo a Bolivia, según la socióloga Maristella Svampa en este país hay una distribución del poder social y un empoderamiento de los pueblos campesinos indígenas. Pero plantea como limitación el modelo productivo extractivista. Tema a debatir y que nos llevaría a desarrollar otra nota.
  En relación al actual presidente boliviano, la autora dice que Evo Morales se convirtió en el primer presidente indígena, proveniente de una población marginada y excluida. A pesar de que los pueblos indios representan el 62% de la población, según el censo del 2001, históricamente en Bolivia ha dominado una minoría mestizo-criolla. Pero desde el 2006, hay un proyecto de DESCONOLIZACIÓN con un modelo incluyente.
  En cuanto al idioma, los funcionarios públicos deben hablar con el castellano por lo menos una lengua indígena y desde la Constitución del 2009 hay un reconocimiento como oficiales a 37 lenguas de las naciones indígenas originarias. ¡Y pensar que en Latinoamérica hemos vistos a funcionarios que manejaban o manejan mejor el idioma yanqui que el local! Además, esto muestra la aceptación de la diversidad cultural y un reconocimiento a nuestras raíces. Otra cosa, a partir de la palabra, uno se expresa, opina, toma posición, ¡claramente estamos hablando de DIGNIDAD! Reconocer a los pueblos originarios en América Latina es volver a las raíces de nuestra tierra (si bien en la Argentina somos muchos descendientes de inmigrantes) y aprender de las culturas milenarias. Es necesario saber de dónde venimos para proyectar Nuestra América.
  El gobierno de Evo incluye con voz y voto a los pueblos originarios, a los olvidados. Como canta Mercedes Sosa en la Chacarera del Olvidao escrita por el Duende Garnica: “Soy el olvidao, el mismo que un día se puso DE PIE, tragando tierra y saliva. Camino hacia el sol para curar las heridas”. Y ahí van, los pueblos originarios de Bolivia, curándose las heridas del pasado, caminando, participando y abriéndose paso hacia una Bolivia más justa e igualitaria, y que NO SE OLVIDA de sus raíces.