"Histéricos antinacionales" por Gastón Florio POR ACÁ NÚMERO 4


 HISTÉRICOS ANTINACIONALES



Por Gastón Florio
gastonflorio@elpancholacoca.com.ar

  El gobierno de Barack Obama viene teniendo en los últimos meses episodios que colocan a la política internacional del Pentágono en la mira de los países que en los nuevos tiempos tiraron por la borda las relaciones carnales con el imperio, retomando las soberanías nacionales. Sin embargo, además de los servicios de inteligencia estadounidenses en el país operando para un cambio político que le sea más útil a las barras y estrellitas, también cuentan con parte de los sectores políticos argentinos y la multiprensa local, cuales sin la menor vergüenza, se enfrentan a los intereses nacionales, para socorrer a su capataz del Norte.
  El pasado domingo 13 de febrero Página 12 publicó en portada una nota de Horacio Verbitsky, titulada “La valija de Obama”, cual daba a conocer la detención de un avión militar de los Estados Unidos en el aeropuerto de Ezeiza. “El enorme C17, un carguero Boeing Globmaster III, más grande que los conocidos Hercules, llegó en la tarde del jueves con un arsenal de poderosas armas largas para un curso sobre manejo de crisis y toma de rehenes ofrecido por el gobierno de Estados Unidos al Grupo Especial de Operaciones Especiales de la Policía Federal (GEOF), que debía tener lugar durante todo febrero y marzo. El gobierno estima que el costo total del transporte y el curso ronda los dos millones de dólares. El curso estaba autorizado por el gobierno argentino, pero cuando el personal chequeó que el contenido de la carga coincidiera con la lista entregada de antemano, aparecieron cañones de ametralladora y carabina y una extraña valija que no habían sido incluidas en la declaración” cuenta Verbitsky. Después de seis horas de negarse a que abrieran esa valija, Héctor Timerman dio la orden que le llegó de la presidenta para investigar su contenido: medicamentos vencidos, Gps y estupefacientes, además de las armas (no declaradas), fueron hallados en el C17.
  Este episodio inició un entredicho entre los gobiernos de ambos países, cual hoy todavía no se aclaró. Como era de suponer, lo allanado quedó cautivo por el Estado Nacional, pidiendo de inmediato explicaciones al gobierno de Barack Obama del motivo de esta evasión aduanera y de su fin. Arturo Valenzuela (representante del Departamento de Estado en nuestra región y, en ocasiones, editorialista de los medios monopólicos locales), primero intentó hacer protesta contra el allanamiento del avión y luego, viéndose acorralado gracias a la falta de argumento, salió a poner paños fríos, pero sin ninguna explicación sólida en medio. ¿Qué pasaría, en esta misma situación, a la inversa? Sin dudas, ya seríamos los nuevos terroristas del Sur.
  Esta defensa a la soberanía del país, despertó de inmediato la histeria de los sectores de la oposición política y de los medios masivos. Apresuradamente salieron a criticar al Gobierno Nacional, dando la mediocre justificación que lo sucedido fue en represalia a que Barack Obama no vendrá al país en su visita a la región. Excepto Ricardo Alfonsín, todo el aglomerado opositor salió a la cancha a defender los intereses del Departamento de Estado. Por eso, parece grotesco que después, estos mismos hagan campaña por desarrollar algún futuro Nacional (empleo, educación, salud, etc) y ante un episodio menor, pero para atender, se pisotean por ser voceros del imperio. Ni siquiera esta agitación de la oposición encaja en una lucha preelectoral, aunque ellos quieran plantearlo así. ¿Qué pasaría si la valija que ingresaba a Ezeiza y traía en forma clandestina armas, drogas, medicamentos vencidos y equipos de inteligencia, en vez de provenir de los yanquis, venía de Venezuela? Seguro, todos los histéricos nativos que pusieron el grito en el cielo, hubiesen aplaudido el cumplimiento de las leyes aduaneras.
  Siempre son los mismos dos puntos ficticios que utilizan los empleados de las corporaciones para bastardear la política internacional actual. Una, “que estamos aislados del mundo” y la otra, que los poderosos de del planeta ven con preocupación a nuestro país. Sin embargo la realidad es otra. El país en los últimos años logró una política internacional que en los cuatros puntos cardinales del hemisferio es respetada. La verdad del asunto, es que esa política no es compartida por los otros partidos de la Argentina, sin embargo, todavía hoy no dijeron cual sería su política exterior. Pero en lo que respecta a este caso, la ceguedad de la oposición es mucho más peligrosa. Acudir a defender los intereses extranjeros antes que los nacionales, no establece margen de análisis sólido, nada más que decir que como opción política fracasaron. Los nuevos tiempos traen desafíos que pueden garantizar el progreso de nuestras sociedades sólo si logramos desprendernos de esa economía globalizante hija de décadas pasadas. Pero con las prehistóricas recetas, no va a ser posible. Que vale más, ¿un mimo del FMI o garantizarle el plato de comida a millones de argentinos? ¿Quedar bien con el Pentágono o defender la soberanía nacional?
  “Héctor Timerman resolvió convertir (lo sucedido) en un escándalo diplomático y político con Estados Unidos… Algo de ese material, lo aceptó Washington, no estaba en regla… Timerman es una persona rara, algo cachivachesca. Inútilmente la relación bilateral alcanzó otro pico de tensión” escribía Van der Kooy en Clarín.
  ¡Muchachos! ¿No se nota mucho?