Entrevista a Fundación UNIENDO CAMINOS: "Repensando los límites de la educación" por Natalia Castrogiovanni SOCIAL NÚMERO 8, junio 2011

Entrevista a Fundación UNIENDO CAMINOS:
REPENSANDO LOS LÍMITES DE LA EDUCACIÓN 


Por Natalia Castrogiovani
nataliacastrogiovanni@elpancholacoca.com.ar

La Fundación Uniendo Caminos trabaja desde el año 2002 en la Villa 21-24, en el Barrio de Barracas. Con un largo camino recorrido pensando y repensando los espacios educativos en contextos de gran desigualdad y expulsión, Uniendo Caminos nos invita a mirar su trabajo y a repensar los límites de la educación: ¿Basta con instalar Apoyos Escolares para complementar el trabajo de las escuelas?
El Pancho La Coca Charla sobre esto con Valeria Castrogiovanni, referente de la Fundación.

Natalia Castrogiovanni: ¿Cuándo y por qué surge la Fundación Uniendo Caminos (UC)?

Valeria Castrogiovanni: La Fundación Uniendo Caminos nace en junio de 2002, con el objetivo de brindar una red de contención que integre a la escuela, la familia y a los adolescentes, para que estos últimos logren mantener la escolaridad y puedan completar el ciclo educativo, en el contexto de la crisis que hizo eclosión en diciembre de 2001. La tarea en esos primeros momentos consistió en generar un espacio de contención emocional del adolescente, que sirva como apoyo para que pueda transitar el secundario sin sobresaltos. A partir de 2004 comenzaron a surgir de los propios jóvenes, demandas que tenían que ver con la necesidad puntual de apoyo escolar para las distintas materias del secundario. Las primeras clases de lo que se llamó Programa de Apoyo Escolar se dieron en las mesas del comedor “Ayúdame a Crecer” hasta que, en 2006, se concreta una alianza con el comedor, en donde éste le cede un espacio propio para que funcione lo que se denominó “Centro de Apoyo Escolar” (CAE). Una vez conseguido el espacio, surge la posibilidad de plantearse nuevos desafíos, teniendo en cuenta que a partir de que los jóvenes concurren al apoyo escolar, comienza a conformarse un lugar de pertenencia, en donde no sólo se brinda ayuda en las materias, sino que se organiza una biblioteca, una sala de computadoras, y diferentes talleres. A partir de estas actividades, y como fruto de un proceso de reflexión a partir de las prácticas que se iban desarrollando, se llega a la conclusión de que el concepto “Apoyo escolar” no es suficiente para definir las actividades que se realizan en el Centro, y así se llega a la conclusión de que las tareas educativas no se restringen  sólo a lo estrictamente escolar, sino que las prácticas paralelas y complementarias que se llevan adelante trascienden el mismo.

NC: ¿Dónde trabaja UC y cómo caracteriza la inserción actual en dicho espacio?

VC: UC trabaja en la villa 21-24 en Barracas, Ciudad de Buenos Aires. La misma se encuentra ubicada entre el Riachuelo y  el estadio de Huracán. Hasta 1989 era un descampado. Pero en 20 años se convirtió en la villa más habitada de Buenos Aires. Actualmente, tiene 65 manzanas, con una población que asciende a los  60.000 habitantes (aproximadamente 11500 familias). Hay 21 comedores comunitarios, cuenta con 2 centros de salud de atención Primaria (dependientes del Hospital Penna) y funciona un Polo Educativo: jardín de infantes, escuela primaria, escuela secundaria y un centro de formación profesional.
Si bien esta zona presenta altas densidades de población, no existe la cantidad necesaria de instituciones educativas para albergar a la población en edad escolar. En algunos casos como en el Distrito Escolar V, la oferta de escuelas es inexistente para el nivel medio. Una mirada sobre los DE IV y V permite observar que, en el nivel primario concentran los índices más altos de repetidores de la zona sur (6,1%) -Datos del 2006, Dirección de estadísticas de la Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires-; altos niveles de sobreedad y abandono. Por ejemplo, según datos del 2001 comenzaron 7853 estudiantes la escuela primaria y concluyeron 7691. Según datos censales, la población que generalmente no asiste a los diferentes niveles de enseñanza y principalmente al nivel medio, se caracteriza por vivir en condiciones de extrema pobreza.
Teniendo en cuenta el contexto, y los datos estadísticos sumamente desalentadores,  se hace necesaria la existencia de una red que contenga a los jóvenes  para que puedan dar continuidad y sostener sus estudios secundarios y acompañarlos así mismo en lo que implica proyectar y planificar como seguir adelante una vez que finalicen los mismos.

NC: ¿Mantienen relación con instancias estatales?

VC: Como una de nuestras tareas consiste en acompañar a los/las  jóvenes en su recorrido por la escuela, mantenemos lazos con las instituciones educativas del barrio tanto en el nivel primario como en el medio. Conocemos a sus equipos directivos y muchas veces nos comunicamos con algunos docentes. Este año, durante el mes de previas en febrero algunos de los jóvenes que concurren a la secundaria N° 6 (que se encuentro dentro de la villa 21), se acercaron a recibir clases de apoyo en el comedor.
Asimismo, mantenemos relaciones estrechas con el Centro de Salud N° 35, con quienes planificamos el taller de género y salud sexual, y con el CESAC N° 8, donde en caso de ser necesario, realizamos las derivaciones correspondientes.
Desde FUC creemos que es muy importante el trabajo en red dentro del barrio, no solo con instancias estatales, sino también con otras organizaciones que realizan actividades en el barrio. Es por eso, que cuando surgen posibilidades de articulación, o encuentros de intercambio, tratamos de llevarlas a cabo.

NC: Respecto del trabajo de la Fundación, la información disponible enumera los siguientes proyectos: Camino Unido, Centro Educativo, Camino Digital y Camino Personal. ¿Podría informarnos respecto del trabajo que se realiza a partir de los mismos?

VC: Desde Uniendo Caminos consideramos que la educación no se reduce solamente a lo pedagógico, sino que contemplamos una mirada más integral, fomentando un trabajo personalizado con cada uno de los jóvenes, considerando no solo su recorrido por la escuela, sino también su historia personal y familiar. En este sentido, a través de los distintos proyectos intentamos dar una respuesta a las necesidades que los jóvenes manifiestan.
El objetivo del Centro Educativo es brindar un espacio de educación complementaria para acompañar a los adolescentes  en su escolaridad. Participan chicos que asisten a la escuela desde 7º grado hasta 5º año de la secundaria. El acompañamiento pedagógico contempla un plan de estudio trimestral, así como clases de apoyo en las distintas áreas de la escuela secundaria.
Camino Personal surge durante el año pasado con la iniciativa de  generar espacios de encuentro para los jóvenes, en donde se fomente el desarrollo de sus capacidades y potencialidades. Con una modalidad de trabajo que responde a la de talleres participativos, buscamos promover el desarrollo de sus capacidades de diálogo, reflexión y debate así como desarrollar  una visión crítica. Es en el marco de este proyecto donde se realizan talleres de género y sexualidad, la producción de una revista, y la participación  en la “Semana por los derechos de la juventud”, entre otras actividades.
Este año es muy especial en lo que respecta al proyecto Camino Digital, así como para todos los que formamos parte de FUC, ya que en pocas semanas se inaugurará una salita con diez computadores que tendrán acceso a internet. El objetivo es promover la inclusión digital de los jóvenes que participan de Uniendo Caminos.
Camino Unido responde a un pedido de orientación de los adolescentes en cuanto a sus posibilidades de estudio o trabajo. Participan jóvenes de 5º año o egresados recientemente que quieran continuar con su  capacitación académica y/o  insertarse en el mercado  laboral. Buscamos transmitir información, responder a su curiosidad y a sus demandas.

NC: Respecto del Proyecto Camino Unido que Ud. Coordina, o cualquier otro en el que haya participado, ¿Qué experiencia puede transmitir del trabajo en Villa 21-24?

VC: Mi experiencia en la villa 21-24 comenzó el año pasado a través de las tareas que desempeñé como voluntaria en la fundación. En ese momento buscaba acercarme a organizaciones que trabajasen con sectores desfavorecidos, y por eso llegué al barrio. Durante el año pasado conocí a muchísimos de los jóvenes que participan de la de las actividades que realizamos en la organización, jóvenes que se esfuerzan cotidianamente para completar sus estudios secundarios a pesar del contexto de desigualdad que los atraviesa. Desde el proyecto que me convoca hoy, buscamos acompañar a aquellos jóvenes que están en el último tramo de la escuela y aquellos que la han terminado recientemente. Muchos de los jóvenes continúan estudiando, en Universidades públicas y privadas, luchando por un presente y un futuro diferente. Otros trabajan, buscan nuevas experiencias, continúan capacitándose. Y otros tantos se esfuerzan por rendir las últimas materias que les quedan del secundario. En términos generales mi experiencia a través de estos jóvenes me obliga a pensar que es necesario e imprescindible pensar en la educación como la herramienta  de inclusión social, de cambio y de liberación, aunque muchas veces la escuela no está a la altura de estas circunstancias.

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