Entrevista a Eduardo Anguita
“EL
ERROR ES PENSAR EN LOS MEDIOS COMO ALGO DIFERENTE A LA POLÍTICA”
Por Andrés Cottini
andrescottini@elpancholacoca.com.ar
El Pancho la
Coca entró a la redacción de
Miradas al Sur y tuvo la oportunidad de entrevistar a Eduardo Anguita, uno de
los referentes más importantes si de medios se trata. Nacido en Buenos Aires en
1953, es licenciado en Comunicación Social, escritor y periodista en medios
gráficos y radiales. Entre 1973 y 1984 estuvo preso por su militancia en el
ERP. También fue
secretario de Redacción de la
Agencia Télam, gerente de Noticias de Canal 7 y es autor,
junto con Martín Caparrós, de la saga La voluntad, una historia de la
militancia en los ‘70. Fiel
a su estilo, la entrevista abre nuevas incógnitas como para continuar el debate
y acompañar el “proceso de transformación colectivo” del que todos somos parte.
Cuando ganó Macri y Del Sel nació como figura política,
existía una preocupación por la influencia que podían tener los medios sobre el
electorado. Con el resultado de las primarias esto cambió. ¿Cuál es entonces el
lugar que ocupa los medios en la sociedad y en la política?
No es
fácil contestar esta pregunta porque la relación entre medios y política no es
la relación de dos factores o dos territorios que sean tan distintos el uno del
otro. Yo te diría que hoy, cualquier propuesta política, además de defender
intereses sectoriales, sabe que cualquier sistema de representación en
sociedades de altísimo componente urbano, un altísimo componente del relato
audiovisual, requieren una política de medios y esa política de medios, en
muchos casos, no es solamente una política de comunicación o de prensa sino que
son políticas de integración con sectores que ya tienen poderes.
Lo que
me parece interesante es que cuando el Kirchnerismo llegó al gobierno, lo hizo
en un momento de una presencia política de Clarín muy fuerte. Si vos recordás
la seguidilla de presidentes que duraban 24 horas hasta que llegó Duhalde, en
esos mismos días, el grupo Clarín presentó
un proyecto que el diario Ámbito Financiero, que en ese momento jugaba
un rol de hacerle la guerrilla a Clarín, llamaba la Ley Clarín. Tenía que
ver con un proyecto para evitar que las acciones del diario Clarín quedaran en
manos de sus acreedores.
Cuando
aparece el desorden donde uno no sabía cuanto valía un peso, el Diario Clarín
estaba con severas contracciones para pagarle a sus acreedores y, por supuesto,
el diario Clarín era una empresa que más que su valor patrimonial, su valor de
giro, era el valor simbólico. En la crisis política que había, tenér un diario
era como tener una botella de agua en el desierto. Entonces, ¿cuál era el
proyecto de ley Clarín? Un proyecto por el cual se evitaba que para las
industrias culturales funcionara el Crack
Down.
Bueno,
¿Quién es el que queda como presidente en una Argentina donde los presidentes
se quemaban en 24hs? Eduardo Duhalde. ¿Cuál es el primer proyecto que manda a
sesiones extraordinarias Eduardo Duhalde? La ley Clarín. Al final no se votó
esa ley, se votó una ley de Industrias Culturales que ¿qué hacía?, Como Clarín
era un industria de Capital Nacional, no podía funcionar el Crack Down para un empresa de industria
Cultural y de capital nacional. Cambiaron un poco el eje pero el sentido era el
mismo. Una barrera sanitaria para proteger a Clarín. Vos fijate que esto,
primero evitaba la caída, segundo, la revalorizaba. Todas las empresas, aún las
que producían tomates en conserva, podían irse a la lona, una empresa que vos
sabés que no puede quebrar, es una empresa muy interesante. Esto es importante
porque lo que sucede con Clarín y Duhalde es que éste prepara su salida con la
idea de, “yo salgo, nomino un sucesor, que se come la parte del ajuste y yo
quedo como el hombre de referencia y garante del proceso político”. Perfil que
a él siempre se le dio muy bien.
Y ahí
entra Néstor…
Bueno,
que hace Duhalde con el consejo de Magnetto, le propone Reuteman, le propone De
la Sota y “por h
o por b”, por maniobras de distinto tipo, porque sabían que era muy riesgoso,
no aceptan, y el que termina aceptando es Néstor Kirchner.
Con lo
cuál yo te diría que Néstor Kirchner sabía que asumía, no solamente con la
pesada deuda que estaba en ese momento en el %140, no te se decir con
precisión, del coeficiente de de deuda externa - PBI. Pero no era solamente esa
carga, no era sólo la carga del 20% de desocupación sino que quedaba con esa
sensación de estar en libertad condicional, un tipo que solamente había podido
darse el lujo de, en una elección nacional, tener el 22% de los votos.
Pero en
ese momento estuvo acompañado por Clarín…
Si vos
volvés a la época, Clarín no le firmó el cheque en blanco pero lo apoyó. Mucho
eh, muchísimo. Al punto tal que si vos mirás la relación Néstor Kirchner –
Clarín, te vas a encontrar con un Alberto Fernández, un tipo que tenía el
diálogo con sectores corporativos muy importantes: Clarín, la Sociedad Rural,
importadores, Techint. Y Néstor Kirchner, que tenía que hacer una
transformación decía “estamos en el infierno”, y cuando uno está en el infierno
está con demonios, ¿no? Es una advertencia: “Miren estamos en el infierno, para
salir de esto tenemos que estar con interlocutores que no son necesariamente
los que uno quisiera”. Pero, la relación de fuerzas, el cambio cultural y sobre
todo el momento económico, no permitía
mucho más que eso.
Por
algún motivo, que no es fácil de desentrañar pero que es un dato de la
realidad, Néstor Kirchner mantuvo la relación con Clarín hasta el último
momento. Al punto tal que firmó, quien ese entonces estaba en defensa de la
competencia de la
Secretaría de Comercio,
un permiso para la fusión de Cablevisión - Multicanal.
El
momento de la política es el momento en el cuál uno se puede formular preguntas
con audacia pero no tiene las respuesta documentadas porque esas respuestas
quedarán para alguna autobiografía, alguna confesión, etc. Yo me hago una pregunta
pero no espero una respuesta equilibrada: ¿Por
qué Néstor y Cristina, en algún momento, decidieron tomar distancia de Clarín y
de una manera tan contundente como finalmente ser ellos mismos quienes tomaban
en sus manos el proyecto de reemplazar la vieja ley de radiodifusión? ¿Por
que te digo esto? Porque tradicionalmente los gobiernos cuando se tratan de
momentos muy complejos, ¿que prefieren? Que sea la propia comisión de
comunicaciones de diputados la que debata, tener alguno de los tantos diputados
que estaban jugados con esta historia desde el principio, que presenten el
proyecto, que haya tratamiento de comisión, que pase a otras comisiones.
Podrían haber hecho eso, sin embargo, decidieron cortar por lo sano. Porque
ellos también tenían un proyecto de medios. No solamente tenían un proyecto
político, un proyecto económico sino que también tenían un proyecto de medios.
Proyecto de medios que hoy es visible, que es fortalecer los medios públicos,
fortalecer la aparición de algunos medios privados y sobre todo, una concepción
diferente que es la multiplicidad de voces.
¿Es
quizás la ley de medios una de las fortalezas del kirchnerismo?
La
verdad, las fortalezas del Kirchnerismo devienen de entender que esta es una
sociedad con cambios muy vertiginosos. ¿Cuál es la diferencia sustantiva entre
este proyecto del kirchnerismo en una era donde todo se apuesta al poder de las
cúpulas? El kirchnerismo apostó a sembrar el pueblo, a ser genuino delegado de
los intereses populares. No quita que si vos te olvidas de cubrir todos los
casilleros, también tenés problemas. Si además de tener políticas sociales,
políticas de empleo, de defender los intereses de los trabajadores no tenés una
política para establecer vínculos de comunicación en una época donde la representación
es básicamente a través de medios, terminas teniendo problemas muy graves. Por
eso, en determinados momentos la percepción que uno puede tener es que las
elecciones en determinados distritos favorecen no a quienes son genuinos
representantes de los trabajadores o del pueblo sino a quien tienen una
política muy inteligente para aprovechar los medios de comunicación. Uno no
puede decir nos engañaron. No, en todo caso no se dieron las cosas en Santa Fe,
en Capital para que un proyecto genuino sea bien contado y pueda estimular al
votante a decir “me acerco a esto”. Muchas veces la política de comunicación de
sectores que no son genuinamente defensores de lo nacional, puede imponerse. Y
no hay que desesperarse por eso.
Según
tu opinión, ¿El ataque sistemático a Zaffaroni tiene como objetivo el
magistrado, la corte o el gobierno?
Mirá,
habría que preguntarle a los que pulieron esta maniobra. Si tuviera cabal
dimensión de quienes la armaron, podría responderlo con más precisión. Me da la
impresión de que en general este tipo de operaciones están concebidas como una provocación sistémica. Como la
búsqueda de hacer tambalear toda una concepción de Nación. Porque hoy saltan
con Zaffaroni, cuando les sale mal lo de Zaffaroni, ya Perfil te pone en tapa
que el juico a Firmenich no va a prosperar. Bueno, los disparos pueden estar
urdidos de una manera, con más astucia, con menos astucia, lo de Zaffaroni lo
armaron más o menos bien digamos para lo perverso que fue. Pero bueno, van a
apuntar a eso y me da la impresión de que hay que estar preparados porque hay
sectores de la sociedad que frente a eso son permeables. Yo no me olvido que la
dictadura dura muchos años en un país como la argentina porque en determinado
momento los sectores de privilegio logran no solamente asustar, aterrorizar y
matar sino que también logran adecentar sectores pobres. Que se sienten
identificados con el discurso del amo. Y se sienten mucho más importantes
porque pasó un señor en un auto muy importante y lo saludó y le dijo: “como le
va don Pedro”. Y el tipo siente que de ahí es. Bueno, los fenómenos de
identidad son altamente complejos. Por eso digo, no hay que pensar que todos
tenemos el mismo imaginario a la hora de sentirnos representados,
identificados, estimulados.
¿Cual
es entonces el rol de los medios en la sociedad?
Me
parece que todavía tenemos una comprensión muy ligera como sociedad con
respecto a la importancia de los medios de comunicación. Se le adjudica
demasiado a los medios como medios, no se le adjudica a los medios como una
expresión de las relaciones políticas y culturales. Es como ver la timba
financiera y no ver el movimiento económico. Yo te diría, lo que me parece
interesante es que por estas horas otra mirada de la argentina que persiste,
vale decirlo, por ocho años representando a los argentinos en el Estado
nacional y que se encamina a ganar un nuevo período de cuatro años; esta fuerza
desafía muchos de los conceptos de esa argentina entregada, sometida, de esa
argentina que simbolizó Néstor Kirchner cuando dijo: “yo le ordeno que baje el
cuadro de un genocida”. O sea, el poder civil, elegido por el pueblo, le ordena
a la máxima figura de la institución militar a que ejecute el cumplimiento de
una orden. Es un gran mensaje. Lo que en ese momento el diario La Nación y Clarín decían:
“Este tipo está loco, como lo va a hacer subir a una silla. A un General…”. Y
lo entendió todo el mundo.
En la
nota que escribiste después de las primarias, “Cristina ganó con lo justo”, decís:
“mucha prensa no es buena prensa”. ¿Cuál es la diferencia?
No hay
que confundir más con mejor. Me parece que vivimos en una sociedad consumista,
en una sociedad en la que uno cree que si tiene mucho, compra mucho, le va a ir
mejor. Me parece que en política. Lilita Carrió con muchas apariciones televisivas,
por salir mucho, seguramente ella pensaba que le iba a ir bien, de hecho
después salió a decir: “la culpable soy yo”.
El
error es pensar en los medios como algo diferente a la política, a la cultura.
Nosotros no somos “los medios”, nosotros formamos parte de un entramado
político, cultural que además se expresa a través de una forma llamada Medios
de Comunicación. Pero a mí que vos seas politólogo, albañil o periodista
recibido, me importa un carajo. Es más, si vos sos peón golondrina, quizás tengas
mucha más capacidad para pensar una radio de los peones golondrina que un
periodista egresado de la UBA.
Saquémonos
la idea corporativa de la cabeza porque no es la manera de pensar estos nuevos
procesos de entramados sociales y culturales. A mi me dicen, che sos
periodista… Que se yo, cuando voy a nadar nado y cuando voy a correr corro.
Cada uno tiene que entender que esta es una sociedad en la cual uno en todo
caso lo que tiene que alimentar es la visión de que realmente se está en un
proceso de transformación. Pero es un proceso de transformación colectivo, que
ese proceso de transformación no apareció anteayer o el domingo pasado cuando
Cristina arrasó sino que apareció hace décadas. Posiblemente mucho más que
décadas, posiblemente sea justo pensar que hace doscientos años cuando Bolívar
y San Martín pensaron una patria grande. Bueno y hubo momentos en la historia
en la que aparecieron figuras capaces de liderar y condiciones históricas para
que esas figuras tengan un cierto peso. Bueno, yo creo que estamos en ese momento. No se si es pero creo que vale la
pena poner las dos bolas (y los ovarios, por supuesto) sobre la mesa y decir
“bueno, este es el momento y es un momento nuestro”. Es un momento colectivo.
Después, si vos lo haces desde una representación sindical, desde tu casa… yo
lo hago de un medio y bueno, que se yo… A mi la verdad me encantan los medios
pero no le otorgo ninguna ventaja sobre muchísimas otras actividades, oficios o
disciplinas de los cuales se está participando de este entramado. Hace seis
meses nadie hubiese pensado que Tecnópolis era una camiseta importante. Y yo te
digo, hoy, tener la camiseta de Tecnópolis es mucho más importante que tener la
de un medio porque ahí están expresando una cosa que es un entero y no un simple
medio.