Entrevista a Eduardo Anguita, por Andrés Cottini MEDIOS NÚMERO 10, agosto 2011

Entrevista a Eduardo Anguita
“EL ERROR ES PENSAR EN LOS MEDIOS COMO ALGO DIFERENTE A LA POLÍTICA”

Por Andrés Cottini
andrescottini@elpancholacoca.com.ar
 
 
El Pancho la Coca entró a la redacción de Miradas al Sur y tuvo la oportunidad de entrevistar a Eduardo Anguita, uno de los referentes más importantes si de medios se trata. Nacido en Buenos Aires en 1953, es licenciado en Comunicación Social, escritor y periodista en medios gráficos y radiales. Entre 1973 y 1984 estuvo preso por su militancia en el ERP. También fue secretario de Redacción de la Agencia Télam, gerente de Noticias de Canal 7 y es autor, junto con Martín Caparrós, de la saga La voluntad, una historia de la militancia en los ‘70. Fiel a su estilo, la entrevista abre nuevas incógnitas como para continuar el debate y acompañar el “proceso de transformación colectivo” del que todos somos parte.

Cuando ganó Macri y Del Sel nació como figura política, existía una preocupación por la influencia que podían tener los medios sobre el electorado. Con el resultado de las primarias esto cambió. ¿Cuál es entonces el lugar que ocupa los medios en la sociedad y en la política?
No es fácil contestar esta pregunta porque la relación entre medios y política no es la relación de dos factores o dos territorios que sean tan distintos el uno del otro. Yo te diría que hoy, cualquier propuesta política, además de defender intereses sectoriales, sabe que cualquier sistema de representación en sociedades de altísimo componente urbano, un altísimo componente del relato audiovisual, requieren una política de medios y esa política de medios, en muchos casos, no es solamente una política de comunicación o de prensa sino que son políticas de integración con sectores que ya tienen poderes.
Lo que me parece interesante es que cuando el Kirchnerismo llegó al gobierno, lo hizo en un momento de una presencia política de Clarín muy fuerte. Si vos recordás la seguidilla de presidentes que duraban 24 horas hasta que llegó Duhalde, en esos mismos días, el grupo Clarín presentó  un proyecto que el diario Ámbito Financiero, que en ese momento jugaba un rol de hacerle la guerrilla a Clarín, llamaba la Ley Clarín. Tenía que ver con un proyecto para evitar que las acciones del diario Clarín quedaran en manos de sus acreedores.
Cuando aparece el desorden donde uno no sabía cuanto valía un peso, el Diario Clarín estaba con severas contracciones para pagarle a sus acreedores y, por supuesto, el diario Clarín era una empresa que más que su valor patrimonial, su valor de giro, era el valor simbólico. En la crisis política que había, tenér un diario era como tener una botella de agua en el desierto. Entonces, ¿cuál era el proyecto de ley Clarín? Un proyecto por el cual se evitaba que para las industrias culturales funcionara el Crack Down.
Bueno, ¿Quién es el que queda como presidente en una Argentina donde los presidentes se quemaban en 24hs? Eduardo Duhalde. ¿Cuál es el primer proyecto que manda a sesiones extraordinarias Eduardo Duhalde? La ley Clarín. Al final no se votó esa ley, se votó una ley de Industrias Culturales que ¿qué hacía?, Como Clarín era un industria de Capital Nacional, no podía funcionar el Crack Down para un empresa de industria Cultural y de capital nacional. Cambiaron un poco el eje pero el sentido era el mismo. Una barrera sanitaria para proteger a Clarín. Vos fijate que esto, primero evitaba la caída, segundo, la revalorizaba. Todas las empresas, aún las que producían tomates en conserva, podían irse a la lona, una empresa que vos sabés que no puede quebrar, es una empresa muy interesante. Esto es importante porque lo que sucede con Clarín y Duhalde es que éste prepara su salida con la idea de, “yo salgo, nomino un sucesor, que se come la parte del ajuste y yo quedo como el hombre de referencia y garante del proceso político”. Perfil que a él siempre se le dio muy bien.
Y ahí entra Néstor…
Bueno, que hace Duhalde con el consejo de Magnetto, le propone Reuteman, le propone De la Sota y “por h o por b”, por maniobras de distinto tipo, porque sabían que era muy riesgoso, no aceptan, y el que termina aceptando es Néstor Kirchner.
Con lo cuál yo te diría que Néstor Kirchner sabía que asumía, no solamente con la pesada deuda que estaba en ese momento en el %140, no te se decir con precisión, del coeficiente de de deuda externa - PBI. Pero no era solamente esa carga, no era sólo la carga del 20% de desocupación sino que quedaba con esa sensación de estar en libertad condicional, un tipo que solamente había podido darse el lujo de, en una elección nacional, tener el 22% de los votos.
Pero en ese momento estuvo acompañado por Clarín…
Si vos volvés a la época, Clarín no le firmó el cheque en blanco pero lo apoyó. Mucho eh, muchísimo. Al punto tal que si vos mirás la relación Néstor Kirchner – Clarín, te vas a encontrar con un Alberto Fernández, un tipo que tenía el diálogo con sectores corporativos muy importantes: Clarín, la Sociedad Rural, importadores, Techint. Y Néstor Kirchner, que tenía que hacer una transformación decía “estamos en el infierno”, y cuando uno está en el infierno está con demonios, ¿no? Es una advertencia: “Miren estamos en el infierno, para salir de esto tenemos que estar con interlocutores que no son necesariamente los que uno quisiera”. Pero, la relación de fuerzas, el cambio cultural y sobre todo el momento económico,  no permitía mucho más que eso.
Por algún motivo, que no es fácil de desentrañar pero que es un dato de la realidad, Néstor Kirchner mantuvo la relación con Clarín hasta el último momento. Al punto tal que firmó, quien ese entonces estaba en defensa de la competencia de la Secretaría de Comercio,  un permiso para la fusión de Cablevisión - Multicanal.
El momento de la política es el momento en el cuál uno se puede formular preguntas con audacia pero no tiene las respuesta documentadas porque esas respuestas quedarán para alguna autobiografía, alguna confesión, etc. Yo me hago una pregunta pero no espero una respuesta equilibrada: ¿Por qué Néstor y Cristina, en algún momento, decidieron tomar distancia de Clarín y de una manera tan contundente como finalmente ser ellos mismos quienes tomaban en sus manos el proyecto de reemplazar la vieja ley de radiodifusión? ¿Por que te digo esto? Porque tradicionalmente los gobiernos cuando se tratan de momentos muy complejos, ¿que prefieren? Que sea la propia comisión de comunicaciones de diputados la que debata, tener alguno de los tantos diputados que estaban jugados con esta historia desde el principio, que presenten el proyecto, que haya tratamiento de comisión, que pase a otras comisiones. Podrían haber hecho eso, sin embargo, decidieron cortar por lo sano. Porque ellos también tenían un proyecto de medios. No solamente tenían un proyecto político, un proyecto económico sino que también tenían un proyecto de medios. Proyecto de medios que hoy es visible, que es fortalecer los medios públicos, fortalecer la aparición de algunos medios privados y sobre todo, una concepción diferente que es la multiplicidad de voces.
¿Es quizás la ley de medios una de las fortalezas del kirchnerismo?
La verdad, las fortalezas del Kirchnerismo devienen de entender que esta es una sociedad con cambios muy vertiginosos. ¿Cuál es la diferencia sustantiva entre este proyecto del kirchnerismo en una era donde todo se apuesta al poder de las cúpulas? El kirchnerismo apostó a sembrar el pueblo, a ser genuino delegado de los intereses populares. No quita que si vos te olvidas de cubrir todos los casilleros, también tenés problemas. Si además de tener políticas sociales, políticas de empleo, de defender los intereses de los trabajadores no tenés una política para establecer vínculos de comunicación en una época donde la representación es básicamente a través de medios, terminas teniendo problemas muy graves. Por eso, en determinados momentos la percepción que uno puede tener es que las elecciones en determinados distritos favorecen no a quienes son genuinos representantes de los trabajadores o del pueblo sino a quien tienen una política muy inteligente para aprovechar los medios de comunicación. Uno no puede decir nos engañaron. No, en todo caso no se dieron las cosas en Santa Fe, en Capital para que un proyecto genuino sea bien contado y pueda estimular al votante a decir “me acerco a esto”. Muchas veces la política de comunicación de sectores que no son genuinamente defensores de lo nacional, puede imponerse. Y no hay que desesperarse por eso.
Según tu opinión, ¿El ataque sistemático a Zaffaroni tiene como objetivo el magistrado, la corte o el gobierno?
Mirá, habría que preguntarle a los que pulieron esta maniobra. Si tuviera cabal dimensión de quienes la armaron, podría responderlo con más precisión. Me da la impresión de que en general este tipo de operaciones están concebidas  como una provocación sistémica. Como la búsqueda de hacer tambalear toda una concepción de Nación. Porque hoy saltan con Zaffaroni, cuando les sale mal lo de Zaffaroni, ya Perfil te pone en tapa que el juico a Firmenich no va a prosperar. Bueno, los disparos pueden estar urdidos de una manera, con más astucia, con menos astucia, lo de Zaffaroni lo armaron más o menos bien digamos para lo perverso que fue. Pero bueno, van a apuntar a eso y me da la impresión de que hay que estar preparados porque hay sectores de la sociedad que frente a eso son permeables. Yo no me olvido que la dictadura dura muchos años en un país como la argentina porque en determinado momento los sectores de privilegio logran no solamente asustar, aterrorizar y matar sino que también logran adecentar sectores pobres. Que se sienten identificados con el discurso del amo. Y se sienten mucho más importantes porque pasó un señor en un auto muy importante y lo saludó y le dijo: “como le va don Pedro”. Y el tipo siente que de ahí es. Bueno, los fenómenos de identidad son altamente complejos. Por eso digo, no hay que pensar que todos tenemos el mismo imaginario a la hora de sentirnos representados, identificados, estimulados.
¿Cual es entonces el rol de los medios en la sociedad?
Me parece que todavía tenemos una comprensión muy ligera como sociedad con respecto a la importancia de los medios de comunicación. Se le adjudica demasiado a los medios como medios, no se le adjudica a los medios como una expresión de las relaciones políticas y culturales. Es como ver la timba financiera y no ver el movimiento económico. Yo te diría, lo que me parece interesante es que por estas horas otra mirada de la argentina que persiste, vale decirlo, por ocho años representando a los argentinos en el Estado nacional y que se encamina a ganar un nuevo período de cuatro años; esta fuerza desafía muchos de los conceptos de esa argentina entregada, sometida, de esa argentina que simbolizó Néstor Kirchner cuando dijo: “yo le ordeno que baje el cuadro de un genocida”. O sea, el poder civil, elegido por el pueblo, le ordena a la máxima figura de la institución militar a que ejecute el cumplimiento de una orden. Es un gran mensaje. Lo que en ese momento el diario La Nación y Clarín decían: “Este tipo está loco, como lo va a hacer subir a una silla. A un General…”. Y lo entendió todo el mundo.
En la nota que escribiste después de las primarias, “Cristina ganó con lo justo”, decís: “mucha prensa no es buena prensa”. ¿Cuál es la diferencia?
No hay que confundir más con mejor. Me parece que vivimos en una sociedad consumista, en una sociedad en la que uno cree que si tiene mucho, compra mucho, le va a ir mejor. Me parece que en política. Lilita Carrió con muchas apariciones televisivas, por salir mucho, seguramente ella pensaba que le iba a ir bien, de hecho después salió a decir: “la culpable soy yo”.
El error es pensar en los medios como algo diferente a la política, a la cultura. Nosotros no somos “los medios”, nosotros formamos parte de un entramado político, cultural que además se expresa a través de una forma llamada Medios de Comunicación. Pero a mí que vos seas politólogo, albañil o periodista recibido, me importa un carajo. Es más, si vos sos peón golondrina, quizás tengas mucha más capacidad para pensar una radio de los peones golondrina que un periodista egresado de la UBA.
Saquémonos la idea corporativa de la cabeza porque no es la manera de pensar estos nuevos procesos de entramados sociales y culturales. A mi me dicen, che sos periodista… Que se yo, cuando voy a nadar nado y cuando voy a correr corro. Cada uno tiene que entender que esta es una sociedad en la cual uno en todo caso lo que tiene que alimentar es la visión de que realmente se está en un proceso de transformación. Pero es un proceso de transformación colectivo, que ese proceso de transformación no apareció anteayer o el domingo pasado cuando Cristina arrasó sino que apareció hace décadas. Posiblemente mucho más que décadas, posiblemente sea justo pensar que hace doscientos años cuando Bolívar y San Martín pensaron una patria grande. Bueno y hubo momentos en la historia en la que aparecieron figuras capaces de liderar y condiciones históricas para que esas figuras tengan un cierto peso. Bueno, yo creo que estamos en ese momento. No se si es pero creo que vale la pena poner las dos bolas (y los ovarios, por supuesto) sobre la mesa y decir “bueno, este es el momento y es un momento nuestro”. Es un momento colectivo. Después, si vos lo haces desde una representación sindical, desde tu casa… yo lo hago de un medio y bueno, que se yo… A mi la verdad me encantan los medios pero no le otorgo ninguna ventaja sobre muchísimas otras actividades, oficios o disciplinas de los cuales se está participando de este entramado. Hace seis meses nadie hubiese pensado que Tecnópolis era una camiseta importante. Y yo te digo, hoy, tener la camiseta de Tecnópolis es mucho más importante que tener la de un medio porque ahí están expresando una cosa que es un entero y no un simple medio.