EDITORIAL NÚMERO 9, julio 2011

  Nacimos hace nueve meses con algunos de nuestros objetivos bien claros, en especial la necesidad de expresar ideas que aporten a la historia de lucha de nuestro pueblo, que hoy va recobrando impulso en este nuevo contexto y de la mano de una generación que florece minuto a minuto. A 195 años del Congreso de Tucumán, los avances y retrocesos –victorias y derrotas- de la revolución popular, han sido muchos. Primero Mariano Moreno y José Gervasio Artigas, después San Martín; encontraron el sabor de la derrota contra los conservadores comandados por Rivadavia, dispuestos a hacer de estas tierras una Patria Chica al servicio de Inglaterra. Sin embargo, tantos cipayos no pudieron apagar esos fuegos democráticos e igualitarios y así, a través de los años, la historia se ha anunciado en ocasiones por aquellos convencidos de es posible un país que integre a un Todos inclusivo, y en otras por aquellos lacayos de la potencia imperial de turno.
  Esta pelea, que a veces le da un round a uno y otras veces a otro, hoy sigue vigente. Pelea que no es por cierto igualitaria; y aquí reside una razón de ser nuestra publicación. Uno mantiene la ventaja de tener el aparato cultural a su disposición, cuya herramienta más importante hoy son esos grandes medios de comunicación formadores de opinión. Por ello, no nos cansamos de decir que urge la necesidad de crear nuevos medios, de animarse a socializar ideas y opiniones, por que si no, estaremos fritos…
  El aplastante triunfo de Mauricio Macri en primera vuelta, dejó mucha tela para cortar, pero siempre apoyando los pies sobre la tierra. Por ende, partimos de que esta derrota –frente a la representación de Bernardino Rivadavia 200 años después, pero mucho más incapaz- está dada en un marco capitalino que siempre se manifestó en contra de proyectos populares, al mismo tiempo que el escenario nacional sigue pronosticando el triunfo de Cristina Fernández de Kirchner. La diferencia que logró el macrismo en la Capital fue enorme, al igual que la que se pronostica que sucederá en octubre, pero a la inversa. Aunque algunos amigos nuestros canalicen su bronca públicamente, nosotros –aclarando que los comprendemos y hasta en ocasiones nos sentimos reflejados en sus palabras- queremos preguntarnos y pensar porqué Macri sacó un 47% ¿Por qué nuestros compatriotas eligieron seguir destruyendo su Ciudad cuatro años más? ¿Qué es lo que, más allá de nuestro limitado alcance, no pudimos transmitir con claridad? ¿Qué cosas para nosotros son útiles, pero en realidad no tienen efectos gratificantes en los interlocutores? ¿Cómo combatir tantas mentiras hechas noticias, desde nuestra precariedad?
 En fin, hace pocos días en la Capital se perdió, pero seguramente en pocos años nos toque ganar. Porque las cartas están echadas, ojalá los nuevos tiempos den la razón a los que luchan por una Patria más justa. Algún día se le caerá la careta a la política vacía del marketing, para desnudarse y mostrar lo que en verdad es: ideología neoliberal y reaccionaria escondida en globos y papelitos de colores. Para esto, entre otras cosas, les ofrecemos un número nuevo de El Pancho La Coca