Entrevista a Eugenio Raúl Zaffaroni por Gastón Florio SOCIAL NÚMERO 9, julio 2011

Entrevista a Eugenio Raúl Zaffaroni

Los muertos que no hablan

Por Gastón Florio

Hablar de los altos magistrados a veces resulta un poco engorroso, difícil. Especialmente si se trata de un ministro de la Corte Suprema de la Nación. Muchos recordamos a la banda de delincuentes que ocuparon esos gigantescos sillones en los ´90. O los que hicieron oídos sordos a los reclamos de la Madres y de las Abuelas durante años. Sin embargo, los nuevos vientos también llegaron allí, o mejor dicho: empezaron por allí. Unas de las primeras medidas de Néstor Kirchner –como presidente- fue renovar esa Corte, aquella de la pizza y champán, y así colocar los primeros cimientos para empezar a combatir la impunidad.
Eugenio Raúl Zaffaroni se brindó a dialogar -vía mail- con El Pancho La Coca, luego de conocernos apresuradamente las caras. Ministro de la Corte Suprema de la Nación, y quizás una de las personalidades más respetadas por su estudio y militancia sobre criminología, prevención del delito, derecho penal; mencionar todos sus estudios y trabajos, seria extenderse demasiado.
En el año 2009 el jurado mundial independiente lo galardonó con el Premio Estocolmo en Criminología junto con el Catedrático de la Universidad del Noroeste del estado de Illinois (Estados Unidos), John Hagan, que representa la mayor condecoración en la  disciplina.
“El Maradona del derecho” lo definió Víctor Hugo en la presentación de su nuevo libro: “La palabra de los muertos”. Pero quizás, la comparación con el astro, no sólo se debe a lo antes dicho, sino que Zaffaroni no se conforma con todos los laureles que un profesional puede conseguir, y sistemáticamente se involucra con la realidad.
Gentilmente, entonces, el juez de la oxigenada Corte Suprema se dispone a cambiar ideas sobre distintos temas sociales, y a contarle un poco sobre su nuevo libro al El Pancho La Coca.

¿A qué se refiere el título de su nuevo libro “La Palabra de los Muertos”?

E. Raúl Zaffaroni.- Creo que la criminología de todos los tiempos se ha olvidado de un pequeño detalle: el genocidio. Se ocupó de todos los delitos, menos del genocidio. Cuando miramos el genocidio en el curso del siglo pasado vemos que los estados mataron entre 100 y 150 (millones de personas, sin contar con las “masacres por goteo”: ejecuciones sin proceso, desaparecidos aislados, muertos por tortura no sistemática, bebés mujeres muertas por quienes preferían hijos varones, y un largo etcétera). Sin esas “muertes goteadas” que no se cuentan por no ser tan evidentes, mataron a dos habitantes por cada 100 del planeta, por lo menos. ¿Quiénes lo hicieron? Los aparatos represivos que debían garantizar la vida y la seguridad, nada menos. Hubo ejércitos, es cierto, pero no en función bélica, sino policial y represiva. La KGB era una policía, la Gestapo también, para matar a los armenios sacaron a los criminales de las cárceles, para infectar a las mujeres en África sacaron a los presos con HIV, etc. Siempre el aparato punitivo. Y eso muertos no hablan, porque ni siquiera se registran en las estadísticas oficiales de homicidios de los países en que tuvieron lugar.

¿Que significa la “criminología mediática”?

E. Raúl Zaffaroni.- Hay una criminología académica, que es la que enseñamos en las universidades, pero hay otra que es la que enseñan los medios de comunicación y la que da lugar a la construcción de la realidad que vivencian las personas en la calle. Esta última es la criminología mediática.

¿Que responsabilidad tiene ese aparato mediático en la formación de la opinión publica, que muchas veces reclama “mano dura”?

E. Raúl Zaffaroni.- Los medios masivos de comunicación social son los que crean la realidad en que todos vivimos. La expresión y sus detalles se hallan descriptos en una obrita clásica que es la de Berger y Luckmann, que se lee en todas las carreras de periodismo. No conocemos la realidad en vivo y en directo, sino en la forma en que nos la construyen los medios. Yo no estoy en Libia ni en la Franja de Gaza, ni siquiera en el escenario de otro barrio de mi propia ciudad. Desde los Estados Unidos se reparte hacia todo el mundo una criminología mediática que muestra como único riesgo el delito callejero común, todos los demás no son riesgos, desde la amenaza al medio ambiente que puede destruir la habitabilidad humana del planeta hasta la muerte intrafamiliar, desde el hambre y la miseria que mató a miles de ancianos al dejar una generación sin sustento para pasar de un sistema solidario a otro de ahorro y fundir todo el sistema previsional hasta los que se murieron por depresión como consecuencia del “corralito”. ¿Qué ladrón “privado” perjudicó más la propiedad que todo esto? ¿Quién privó a más gente de sus ahorros o de sus aportes? Todo esto no entra en la criminología mediática que nos crea la realidad, el único riesgo es el asaltante o el ladrón común.

¿Cómo evalúa los cambios en el aparato policial, llevados a cabo por la ministra Nilda Garre?

E. Raúl Zaffaroni.- Creo que está aumentando el número de efectivos en la Capital y que además, al introducir otra fuerza policial generará un mecanismo de control recíproco muy interesante. De todas formas se requiere tiempo y una articulación más amplia de un nuevo modelo policial. De momento son medidas urgentes, no hay espacio para cosas más profundas en que hay que ir despacio. La seguridad es una cuestión en la que hay que reparar la máquina mientras sigue andando.

Para muchos, el fantasma que aqueja a nuestro pueblo es “la seguridad”, pensada como la criminalización de la pobreza. ¿Cuál es su opinión al respecto?

E. Raúl Zaffaroni.- Sí, no tengo dudas. Pero detrás de esto hay una propuesta de modelo de estado. La pregunta es: ¿Vamos a ir a un estado incluyente, con la aspiración de incorporar a los excluidos, o vamos a ir a un estado excluyente, que renuncie a esta aspiración y que directamente entienda que su única misión es la represión para mantenerlos a raya? El primero es el modelo de estado social y el segundo el del estado gendarme. Tenemos que elegir.

¿Que opinión le merece el debate acerca de la despenalización para el consumo personal?

E. Raúl Zaffaroni.- No hay debate. Hace cuarenta años que venimos repitiendo lo mismo y se reiteran los mismos argumentos. Cuando durante cuarenta años se siguen diciendo las mismas cosas de ambas partes es porque no se quiere discutir en serio. ¿Qué quiere? ¿Quiere que le siga respondiendo a López Rega? Se murió.