"A seguro se lo llevaron preso" por Gerónimo López POR ACÁ NÚMERO 9, julio 2011

Elecciones en Santa Fe

A SEGURO SE LO LLEVARON PRESO

Por Gerónimo López

El Frente Progresista Cívico y Social y sus traiciones

Las primarias santafesinas dejaron mucha tela para cortar y poco hilo para coser lo que se rompió.
Previo a las internas, los socialistas tenían que cumplir con los “pactos preexistentes” rubricados 4 años atrás, así que en estas elecciones, el candidato a gobernador debía ser radical. Pero a los muchachos les gusta el poder más que el dulce de leche y con mucho protocolo y rigor formal le expresaron a sus socios de la boina blanca: ¡minga va a ser radical! Y se armó el cortocircuito. Los correligionarios estaban como abeja que le patearon el panal y buscaban un cuello donde dejar su aguijón. Pero no contentos con tanto daño causado, y sabiendo que así las cosas, era inevitable una interna en el Frente Progresista Cívico y Social, los socialistas sacan de la galera… bah! de un cajón, un proyecto tapado de telas de arañas e inoportunamente presentado por ¿un? sí, sí, por un radical, y en la anteúltima sesión del año, a las 12 de la noche y a 6 meses de las elecciones, aprueban el actual “Sistema de Boleta Única”. Una jugada “a lo peronista” dirían los gorilas. ¿El pretexto? La transparencia, inclusión, economía y piripipi, ¿Las verdaderas razones? Anular el aparato de los radicales en la interna del Frente. Hace 4 años, cuando el Frente ganaba las elecciones provinciales, el socialismo metió solamente al gobernador, pero sus socios radicales obtuvieron casi todas las localidades (Intendentes y Presidentes Comunales). Con el anterior sistema de “lista sábana”, las referencias locales radicales podían jugar un papel definitorio, traccionando votos para su candidato a gobernador en la interna con sus parientes de la rosa, y éstos, no podían permitir que ello sucediera. Ahora, con el nuevo sistema, las boletas van separadas por cada una de las categorias de cargos y los candidatos locales ya no arrastran votos para las otras candidaturas. “Clink caja” para los de Binner y se armó el segundo cortocircuito. En el medio de todo esto, y oliendo la carroña, apareció Giustiniani con los dientes afilados y dándole un poco de oxígeno a los correligionarios, se tuvo fe y se largó por la gobernación. Tercer cortocircuito, esta vez en las filas propias del socialismo. Y con este chisporroteo, llegaron y pasaron las internas del Frente Progresista Cívico y Social. La historia reciente dirá que los de Binner se salieron con la suya y su candidato Antonio Bonfatti ganó la interna con el 45,04%; seguido por el candidato radical y actual Intendente de la ciudad de Santa Fe, Mario Barletta (Unidad Progresista) con el 30,89%; Ruben Giustiniani (Ganamos Todos) con el 23,33%; y a los premios, un histórico del radicalismo, el “Changui” Cáceres (Adelante Santa Fe) haciendo historia también con un lamentable 0,75%. Todo ello, arrojando la suma total de 665.614 votos para el Frente Progresista Cívico y Social.

La boleta única y un parto festejado con pizza y champagne

El filósofo contemporáneo Jacobo Winograd podría sintetizar con claridad meridiana al nefasto sistema electoral impuesto en la provincia de Santa Fe en una sola frase: “Billetera mata galán”. La ecuación es simple y muchísimo más contundente que en cualquier otro sistema electoral: + publicidad + grado de conocimiento + votos.
El porcentaje de conocimiento en un primer momento en la provincia, del menos gracioso de los MiDaChi, era como el de las anticonceptivas, el 99,99%. No hay que restarle méritos a un alto porcentaje de la sociedad santafesina de características reaccionarias y goriláceas, que ha tenido incidencia en el caudal de votos que obtuvo, pero está claro que el nuevo sistema lo ayudó mucho.
Los sorpresivos 241.631 votos que obtuvo Del Sel, reviven aquellas urticarias generadas en los 90´s cuando las operaciones menemistas terminaron con la coronación de otro famoso en la gobernación y sepultando al peronismo militante de la provincia.
Igual y por cábala, “Miguel” (así se presenta en la campaña) festejó con sus amigotes de barrio Guadalupe con pizza y champagne, recordando viejas épocas de gloria neoliberal.
Datos a tener en cuenta: 1)  el cómico santafesino le sacó en estas elecciones más votos al Frente Progresista que al Justicialismo 2)  en donde no le fue para nada bien fue en su Santa Fe natal. Parece que donde lo conocen de verdad, no lo votan.
En fin…a mí siempre me gustó el Dadi, que además es hincha de Colón.

Persevera y triunfarás

La discusión en el Frente para la Victoria, comandado por Agustín Rossi, antes del cierre de listas para las internas, era si se iba por dentro o por fuera del Partido Justicialista. Ir por afuera facilitaba la cuestión ideológica porque al final del camino no había que mezclarse con sectores del ¿peronismo? que habían sido opositores al gobierno de  Néstor o Cristina. Sin embargo esa decisión debilitaba las chances de poner a Agustín en la gobernación. Autoexcluidos Jorge Obeid y Carlos Reutemann las posibilidades del Chivo aumentaban exponencialmente.
La encrucijada se resolvió yendo dentro, respetando la tradición frentista del peronismo con el “Frente Santa Fe para Todos” y sin usar el sello del partido.
Ya en la interna, la disputa siempre se pensó entre dos: Agustín y Rafael Bielsa. Pero en política, 2 más 2 puede no ser 4 y en los últimos 20 metros antes de cruzar el disco, Omar Perotti metió la cabeza y terminó segundo, relegando a Bielsa al tercer lugar. La cuestión estaba sellada. Agustín Rossi era el candidato de todo el peronismo.
Sin lugar a dudas podemos decir que acá se hizo justicia, y la política no siempre la imparte. Un premio al tipo que construyó la masa militante más grande de la provincia, que defendió ideas por sobre conveniencias personales, que se bancó huevazos y escraches y que arriesgó todo su cuero por una causa. Por primera vez, y luego de tanto tiempo de intentarlo, el pueblo peronista tiene la oportunidad de poner en la gobernación a su más fiel exponente y con ello, provocar la transformación total de una provincia aplastada por la desidia.
Agustín (Frente para la Victoria) gana la interna con el 39.94% de los votos, seguido por Omar Perotti (Por más Santa Fe) con el 29,97%, Rafael Bielsa (Encuentro Santafesino) con el 28, 4% y Mercier (Soy Federal) con el 1,68%, arrojando la suma total de 692.400 votos para el Justicialismo. 

LOS TRES A LA FINAL

Las primarias tuvieron como ganador al Justicialismo con 692.400 votos, segundo al Frente Progresista con 665.614 votos y tercero al Pro–Federal (con el cómico a la cabeza) con 241.263 votos. Este resultado significó un golpe muy duro para el Frente, sobre todo porque ellos se presentaban en la previa como cómodos ganadores.
Ahora bien, frente a las elecciones generales del 24 de julio, los alquimistas de la política se rompen el mate viendo cómo se hace para mantener los porotos que se tienen, o como aumentarlos según el caso.
Por la casa del Frente Progresista, la cosa viene complicada. Las heridas fueron profundas y no hay garantías de que las ovejas no salten el corral. Y para agregarle nafta al fuego, Binner no le deja ni siquiera un lugar expectante en la lista de diputados nacionales a Mario Barletta. Los correligionarios andan con el cuchillo abajo del poncho y esto puede traerles serias complicaciones.
Cuentan las malas lenguas, que hubo una fuerte discusión entre Antonio Bonfatti y Hermes Binner por la candidatura de este último a la presidencia. Parece que Bonfatti entiende que la exposición de Binner le resta más de lo que le suma. Es que seamos sinceros: ¿Cuántos segundos deben pasar hasta que aparece la imagen de “chupete” en vuestra cabeza, joven argentino? En mi caso, milésimas.
Por si esto fuera poco, todos los análisis indican que cuanto más crece Miguelete, más baja Bonfatti manteniendo la tendencia que ya había arrancado en la interna.
Además, el hijo pródigo de Macri sigue empapelando la provincia con su “Ahora sí. Miguel gobernador” y esto preocupa a los socialistas tanto como debería preocuparles a los porteños si se enteraran que, en las tierras de Estanislao López, se están gastando algunos de los kilómetros de subte que Mauricio todavía no hizo para la ciudad.
A su favor, el frente tiene todo el aparato estatal provincial del que hacen uso y abuso, y la cartelera del grupo Clarín a disposición para que Hermes haga campaña provincial y de tanto en tanto un meta un bocadito nacional.

Las claves para el triunfo del Chivo

Por el lado del Chivo las claves son 2:
La primera está en los votos de Perotti, cuyos datos filiatorios fueron otorgados en gran parte por el reutemismo y el obeidismo y que podrían trasladarse a Del Sel. Frente a esto, el Chivo estuvo rápido de reflejos y atacó con dos operaciones: 1) convenció a Cristina de cederle el primer lugar de la lista de diputados nacionales a Omar Perotti; 2) empezó a explotar la figura de María Eugenia Bielsa, vicegobernadora de Obeid en el pasado lejano y en el cercano fue quien encabezó la lista de diputados provinciales de su hermano Rafael, duplicándolo en votos casi al propio consanguíneo y a la lista de Diputados del Chivo. Otro de los resultados que encuentra su explicación en el nuevo sistema electoral, la lista del chivo llevaba a un dirigente de raza y muy respetado en el mundo de la política como Luisito Rubeo, pero con la mitad del grado de conocimiento de María Eugenia Bielsa.
La cuestión es que Agustín se los cargó a los dos en el avión, se los llevó a la Rosada y se sacó la foto con ellos y Cristina. Hoy la provincia está empapelada con esa foto y la cuestión parece saldada.
La segunda clave está en el grado de intervención que Cristina tendrá en estas elecciones.
Humildemente, creo que Cristina no se despegaría de un resultado adverso en la Provincia por más que no venga, porque Agustín es Cristina y sí o sí no se va a salvar de que Magneto y Cía. al otro día de la derrota titulen: “Cristina empieza a caer a manos de Binner”. 
El peronismo auténtico y militante ha renacido con la figura del Chivo y de Cristina. No habrá otra ocasión igual en mucho tiempo, es la oportunidad histórica de recuperar la gobernación y también los valores de la política que, desde la década del 90, se perdieron en nuestra provincia.
Santa Fe sería un pilar fundamental para la defensa del modelo nacional y popular y la sintonía con el gobierno de Cristina revolucionaría a una provincia adormecida por el opio socialista.
Todo indica que la elección es muy pareja y como en toda disputa la diferencia la hacen los talentosos. Agustín tiene un jugador guardado y el peronismo espera que frote la lámpara para terminar de cerrar el partido.
El otro día un pronosticador consuetudinario me dijo: “Si Cristina viene, Agustín gana seguro”. Y yo le pregunté. “¿y si no viene?” Me respondió: “A Seguro se lo llevaron preso”